La Archidiócesis de Toronto publica un informe sobre las tumbas halladas en los internados católicos para indígenas Cardenal Collins (Toronto): "La Iglesia de Canadá debe seguir pidiendo perdón por nuestra implicación en esta historia"
La sociedad canadiense sigue conmocionada por el descubrimiento de miles de tumbas sin nombre de menores en internados católicos para indígenas
Tras recibir multitud de peticiones de información por parte de la población católica, la Iglesia ha dado respuesta a través de un informe elaborado por la Archidiócesis de Toronto
El informe revela que los niños separados por la fuerza de sus familias murieron, mayoritariamente, de tuberculosis, gripe y neumonía
El informe revela que los niños separados por la fuerza de sus familias murieron, mayoritariamente, de tuberculosis, gripe y neumonía
La sociedad canadiense sigue conmocionada por el descubrimiento de miles de tumbas sin nombre de menores en internados católicos para indígenas. Ante esta dolorosa realidad, y teniendo en cuenta que apenas un diez por ciento de los y las canadienses conocen a fondo esta historia, las peticiones de información que reciben las diócesis del país por parte de muchos católicos obligan a la Iglesia de Canadá a dar respuestas que arrojen algo de luz ante lo que SIR define como un “asesinato en masa”.
En este contexto, el documento elaborado durante las últimas semanas por la archidiócesis de Toronto revela que los niños arrancados de sus familias murieron, mayoritariamente, de tuberculosis, gripe y neumonía. Sin embargo, conocer con detalle la historia de cada menor, su nombre, la causa de su muerte, se presenta como una tarea ardua. Tras muchas décadas de abominables prácticas, las tumbas halladas en las escuelas residenciales a las que fueron llevados los hijos de los nativos canadienses están rodeadas de silencio, sin registros, en un anonimato casi total.
Esto es lo que se desprende, según SIR, del documento redactado por la archidiócesis de Toronto y enviado a través de correo electrónico el pasado 9 de julio a los periodistas por el cardenal arzobispo Card. Thomas Collins. “Reconocemos el terrible sufrimiento que se ha producido y condenamos el sistema, establecido por el gobierno federal y dirigido por las comunidades religiosas, que separó a los niños de sus padres, a menudo por la fuerza, e intentó privarlos de su lengua, cultura e identidad. La Iglesia católica debe seguir pidiendo perdón por nuestra participación en esta oscura historia”, asegura Collins.
La Iglesia canadiense y el sistema federal de internados
El sistema federal de internados que dio lugar a estas prácticas comenzó alrededor de 1883. Se estima que entre ese año y 1996, 150.000 menores de entre 3 y 16 años fueron obligados a asistir a internados en Canadá. De las 139 escuelas residenciales identificadas en el Acuerdo de Establecimiento de Escuelas Residenciales Indígenas (IRSSA), el 46% (64 escuelas) eran gestionadas por entidades católicas; esto implica que unas 16 de las 70 diócesis católicas de Canadá estaban implicadas, sin contar las docenas de comunidades religiosas.
Durante todo ese tiempo, más de un siglo, la política federal canadiense ha tenido como principal objetivo eliminar los gobiernos aborígenes; ignorar sus derechos y, mediante un proceso de asimilación, hacer que los pueblos indígenas dejaran de existir como entidades. En este empeño de separar a los niños de sus padres y “asimilarlos” desde el punto de vista lingüístico y cultural, los internados fueron un elemento central, y la Iglesia, una aliada.
Según el documento archidiocesano de Toronto, el número de niños que se estima que murieron en los internados ha aumentado, por el momento, hasta los 4.100. “El escaso mantenimiento de los registros por parte de las iglesias y el gobierno federal”, dice el informe, “hace que sea muy difícil conocer el número exacto de víctimas”. Además, tal como apunta SIR, entre 1936 y 1944, el gobierno federal destruyó 200.000 archivos. Por todo ello, el cardenal Thomas Collins y otros obispos canadienses, han pedido a las instituciones católicas que compartan la información si no lo han hecho ya.
Por otra parte, el informe sostiene que no existen pruebas de que el Vaticano oculte archivos secretos relacionados con los internados. La archidiócesis de Toronto, que no albergó en su territorio ninguno de estos centros, da cuenta de su investigación dos semanas después de conocerse que los supervivientes indígenas del horror de los internados católicos se encontrarán con el papa Francisco en Roma del 17 al 20 de diciembre de 2021. La audiencia tendrá por objeto fomentar un “encuentro significativo de diálogo y sanación”.