"No olvidemos que la UE era un proyecto de paz" Cardenal Jean-Claude Hollerich: "Si nos detenemos en los miedos no haremos nunca nada"
El presidente de la COMECE (Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea) ha acogido en su diócesis a varias familias refugiadas, asegurando que "si nos ocupamos en serio de los refugiados pueden integrarse perfectamente"
Ha denunciado que desde Europa se habla de "valores europeos" pero "al ver lo que pasa en el Mediterráneo no estamos viviendo esos valores"
"Entrar en política puede ser una auténtica vocación cristiana"
"Entrar en política puede ser una auténtica vocación cristiana"
Cardenal desde el pasado 5 de octubre, Jean-Claude Hollerich es el presidente de la COMECE (Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea) desde 2018. El también jesuita y arzobispo de Luxemburgo ha contado, entrevistado por Ángeles Conde en la Revista Ecclesia, que le gusta la parroquia que el Papa Francisco le ha asignado en Roma porque está "llena de niños porque hay una escuela primaria e infantil de la parroquia. También hay un grupo de Scouts de Europa".
Al lado de los jóvenes en las reivindicaciones por el cuidado de la tierra (la pasada Marcha por el Clima, por ejemplo), ha confesado que cada año procura "hacer al menos un viaje con jóvenes".
Preocupado, pues, por el futuro de Europa, Hollerich acogió recientemente a dos familias de refugiados en su archidiócesis. "Han llegado desde el campo de refugiados de Moria, en Lesbos. Son una familia cristiana que viene de Siria y una musulmana que viene de Kuwait".
Los refugiados "llevan muchos años sin respuesta"
No es la primera vez que el cardenal Hollerich acoge a personas refugiadas, consciente de su vulnerabilidad y de que lo que vienen buscando a Europa es el abrigo de un trabajo y un futuro. "Durante tres años en mi casa vivieron dos jóvenes cristianos coptos de Eritrea. Después de tres años han sido reconocidos por el Estado y ahora aprenden una profesión", ha declarado en la entrevista.
Rotundo al transmitir un mensaje contra la xenofobia, ha expresado que "si nos ocupamos en serio de los refugiados pueden integrarse perfectamente, pero, si están en los centros de internamiento, será difícil". Llamando a actuar con cercanía, viendo la vulnerabilidad de las personas, su necesidad de ayuda, y rechazando el miedo a lo diferente, ha afirmado que "si nos detenemos en los miedos no haremos nunca nada".
"A veces pasan por tantos de estos lugares que en ellos mismos aparece la ira o la angustia permanente", ha reconocido el cardenal. Pero ha opinado que, como repite siempre el Papa Francisco, "es bueno hacer juntos aquello que podamos hacer juntos", a pesar de nuestras diferencias.
Sin tapujos, ha denunciado que desde Europa se habla de "valores europeos" en relación con el pacifismo, la unión y la solidaridad, pero "al ver lo que pasa en el Mediterráneo no estamos viviendo esos valores europeos".
Espectadores de guerras y abandono en campos de refugiados
El cardenal ha recordado su visita campamento de Moria. "Hablé con jóvenes afganos que me decían que tenían que hacer dos horas de fila para recibir un tomate y una cebolla, su comida diaria", ha dicho. "No entiendo que Europa no pueda por lo menos acoger a los menores no acompañados".
Ha admitido que en la guerra de Ucrania Europa "no está haciendo nada" y que, en un contexto más amplio, "somos espectadores de la guerra de Siria"
Reconociendo que los refugiados "llevan allí muchos años sin respuesta", ha alertado a los indiferentes: "No olvidemos que la UE era un proyecto de paz".
En la misma línea, ha admitido que en la guerra de Ucrania Europa "no está haciendo nada" y que, en un contexto más amplio, "somos espectadores de la guerra de Siria". La solución a esta pasividad inhumana de Europa, desde su visión, pasa por una práctica política que se responsabilice intensamente de lo que ocurre en la aldea global. Por ello, "entrar en política puede ser una auténtica vocación cristiana", ha dicho, apuntando después: "si no se ve manchada por intereses personales". Sin eurocentrismo, por último, ha manifestado que "el bien común es más grande que Europa".