(Vatican News).- El ecumenismo como camino hacia la paz, la oración como apoyo contra las adversidades de la vida, el temor por los vientos de guerra en Ucrania y el creciente antisemitismo en varios países del mundo. El cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, toca muchos temas en su diálogo con Vatican News, pocos días después de la conclusión de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos celebrada del 18 al 25 de enero, centrada en el lema "Hemos visto aparecer su estrella en Oriente y venimos a adorarlo» (Mt 2:2).
- Al final de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Papa, en su homilía de las segundas vísperas, invitó a superar los prejuicios y a no tener miedo de la novedad, de lo nuevo. Para usted, ¿qué tuvo de especial la oración por la unidad de los cristianos de este año? ¿Qué cree usted personalmente que es importante y debe compartir con nosotros?
-Creo que fueron principalmente dos cosas. La primera se refiere al lema de esta Semana de Oración y proviene del evangelista Mateo. En el segundo capítulo, se habla de la llegada de los Reyes Magos al pesebre de Belén: esto muestra que los cristianos también estamos siempre en camino hacia el pesebre y debemos encontrar la unidad en la adoración del misterio de un Dios que se hizo hombre. Lo segundo es el lema que propuso el Consejo de Iglesias de Oriente Medio.
Estos cristianos viven en una gran oscuridad, sobre todo si pensamos en el Líbano. Fue una oportunidad para pensar en ellos en la oración, a pesar de que viven en estas situaciones tan difíciles.
- No sólo en relación con el Líbano, sino también -por ejemplo- con la situación en Ucrania, el pasado miércoles el Papa convocó una jornada de oración por la paz en este país. ¿Cómo ayuda el diálogo ecuménico en la búsqueda de la paz?
-En primer lugar, la propuesta del Santo Padre de una jornada de oración por la paz en Ucrania fue importante porque la paz es siempre un don y al mismo tiempo es un desafío para nosotros, el rezar juntos por la paz. Asimismo, es convicción común de todos los cristianos que la guerra nunca es una solución; la guerra es siempre el fin de todos los esfuerzos humanos, de todos los esfuerzos diplomáticos. Y sí, los cristianos profesan juntos que la guerra nunca es una solución. Y eso es una gran ayuda.
- Tras la Semana de Oración, el 27 de enero se celebró el Día de la Memoria del Holocausto. El Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso también participa en el diálogo con los judíos. ¿Qué importancia tiene esto desde su punto de vista?
-Antes de la Semana por la Unidad de los Cristianos, el 17 de enero es el Día del Judaísmo y me alegro mucho de que, especialmente en Italia, se celebre este día, porque nos recuerda que el fundamento, la madre -por así decirlo- del cristianismo es el judaísmo, que tenemos estas raíces.
Estoy convencido de que si todos los cristianos fueran conscientes de que el judaísmo es el fundamento de nuestra religión, esto también podría ayudarnos a redescubrir la unidad. Y luego, el 27 de enero, se conmemora el Holocausto, una gran tragedia en Europa. La conmemoración de este desastre de la humanidad es muy importante en las sociedades actuales, ya que las tendencias antisemitas están creciendo en nuestras sociedades, especialmente en Alemania. En este tiempo es imprescindible repetir lo que siempre dice el Papa Francisco: es absolutamente imposible ser cristiano y antisemita al mismo tiempo.
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