(Vatican News).- A los primeros, el cardenal les invita "a participar en las elecciones en gran número y a elegir candidatos que tengan la capacidad de representarlos, es decir, habilidades políticas, conocimiento de la ley y conciencia de las necesidades de la población". Deben ser candidatos "con las manos limpias" y la conciencia recta, continúa el cardenal, es decir, personas que "tengan en el corazón no las ganancias fáciles, sino el bienestar del país y de sus ciudadanos".
El Patriarca Sako pidió al gobierno que fomente "un clima que permita a los ciudadanos votar libremente, sin presiones". "La Iglesia caldea expresa su cercanía a las aspiraciones de los iraquíes por la paz, la estabilidad, la unidad nacional, la prestación de servicios y una vida digna.
En cuanto a los cristianos, el cardenal Sako les invita a elegir a sus representantes según criterios precisos, es decir, "a votar a personas que amen a Iraq y trabajen por el bien de su pueblo". La nota del Patriarca caldeo concluye con una oración para que "las elecciones tengan éxito, el país se levante de nuevo y los iraquíes vuelvan a tener una sociedad cohesionada, amorosa y armoniosa".
Los observadores internacionales se preparan para las elecciones de Irak https://t.co/N65htD4SrF
— SINE ISEN (@sineisen_te) September 2, 2021
Cabe señalar que las próximas consultas se celebrarán sobre la base de la ley electoral ratificada por el presidente Barham Salih el 5 de noviembre de 2020. Esta nueva legislación permite a los votantes dar su preferencia no sólo a los partidos políticos, sino también a los candidatos independientes.
Como consecuencia de la nueva ley, las 18 provincias de Irak se han transformado en 83 circunscripciones uninominales de 10.000 votantes y los partidos ya no pueden hacer campaña con listas unificadas. Esto significa que los partidos políticos independientes tienen más posibilidades de conseguir escaños: a partir de ahora, sólo se asignarán a los que obtengan más votos en las listas electorales de sus circunscripciones. Por último, las gobernaciones se han dividido en escaños de forma que se garantice que el 25 % de los elegidos sean mujeres.