La Santa Sede había dado un ultimátum al fundador de la congregación Enzo Bianchi vuelve a desafiar a Roma y se niega a abandonar la Comunidad de Bosé
Bianchi debía trasladarse a Cellole di San Gimignano, una antigua rectoría en la Toscana, según un decreto del delegado pontificio, Amedeo Cencini. Se le cedía, en préstamo, la rectoría, al fundador de Bosé, quien iba a estar acompañado por tres o cuatro monjes, con permiso ‘extra domum’. No lo hizo
Tenía una semana para abandonar, para siempre, la Comunidad de Bosé, que él fundó y contribuyó a elevar a fenómeno mundial. Sin embargo, a última hora, y "con profunda tristeza", la congregación ha emitido un comunicado en el que "constata que el hermano Enzo Bianchi no acudió a Cellole en el plazo indicado" por el delegado pontificio el pasado 4 de enero.
Como adelantó RD, Bianchi debía trasladarse a Cellole di San Gimignano, una antigua rectoría en la Toscana, según un decreto del delegado pontificio, Amedeo Cencini. Se le cedía, en préstamo, la rectoría, al fundador de Bosé, quien iba a estar acompañado por tres o cuatro monjes, con permiso ‘extra domum’.
Todos daban por hecho que, así, se ponía fin a una desgraciada ruptura entre el fundador, apoyado por un pequeño grupo de fieles, y los otros ochenta monjes que, tras pedir ayuda a la Santa Sede, se encontraron con la decisión de la Secretaría de Estado. Sin embargo, y en una última vuelta de tuerca, Bianchi no dio su brazo a torcer.
"La Comunidad había buscado una forma de respetar el decreto singular que permitiera a fray Enzo ir a vivir a un lugar que amaba, a cuya reestructuración había contribuido activamente, llegando incluso a determinar la disposición de los locales que podrían acogerlo una vez que hubiera dimitido como prior", señala en un comunicado Bosé, que añadí que "el traslado del H. Enzo a Cellole habría contribuido a aliviar la tensión y el sufrimiento de todos y habría facilitado el lento camino de la reconciliación y la comprensión mutua".
De hecho, los hermanos de Cellole se trasladaron a Bosé "hace una semana", mientras que "otros dos, entre los que habían dado su disponibilidad, fueron a Cellole para preparar la llegada del H. Enzo de la mejor manera posible".
"Desgraciadamente, la mano tendida no fue aceptada y ahora la Comunidad tendrá que afrontar también la exigente tarea de reanudar la Fraternidad de Cellole, ya que su cierre sólo habría sido plenamente efectivo tras la llegada de Fr. Enzo", añade el comunicado, que lamenta la situación que, de momento, queda a la espera de alguna medida sancionadora por parte de la Santa Sede.
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