El presidente de los obispos alemanes sigue clamando por una "convrersión radical" Georg Bätzing: “El temor a un supuesto nuevo cisma es un fantasma construido para desacreditar el proceso de conversión de la Iglesia en Alemania”
“Hemos perdido autoridad y credibilidad, por culpa nuestra. El escándalo de la violencia sexualizada en nuestra Iglesia y su encubrimiento es una llamada al arrepentimiento a la propia Iglesia”
"Observar las necesidades de los afectados y su sufrimiento debe convertirse en el punto de partida de un análisis sin concesiones de la realidad y las estructuras en las que el abuso fue posible en primer lugar”
“La Iglesia de los pobres, de los explotados, de los explotadores, ese es el objetivo que el papa Francisco subraya repetidamente y nos exige. Si la Iglesia no está al servicio de la gente, la sociedad la tomará cada vez menos en serio"
“La Iglesia de los pobres, de los explotados, de los explotadores, ese es el objetivo que el papa Francisco subraya repetidamente y nos exige. Si la Iglesia no está al servicio de la gente, la sociedad la tomará cada vez menos en serio"
Exige una “conversión radical” de la Iglesia y afirma que el dilema está servido. Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK) tiene claro que la Iglesia no puede ni continuar simplemente “con lo viejo” ni fusionarse completamente “con lo nuevo”. Así lo ha expresado recientemente en un artículo publicado en el portal protestante zeitzeichen.
“La conversión, quizá sea especialmente difícil incluso para nosotros, los obispos que, después de todo, nos vemos en la tradición de los discípulos a los que el Señor llamó personalmente”, señala el obispo de Limburgo, que en marzo de 2020 sustituyó al cardenal Reinhard Marx al frente de los prelados alemanes.
Si bien se trata de “línea de tradición casi bimilenaria y una vocación que a veces se le sube a uno a la cabeza, todo lo que no sea una conversión radical no hace justicia a la fuerza del escándalo y al drama de la de esta Iglesia que vivimos cada día”, subrayó Bätzing, en alusión al drama de los abusos, que ha preocupado y lastrado a la Iglesia durante años.
“Hemos perdido autoridad y credibilidad, por culpa nuestra. El escándalo de la violencia sexualizada en nuestra iglesia y su encubrimiento, además de toda la culpa que nos hemos buscado, es una llamada al arrepentimiento a la propia Iglesia”, observa el prelado, para quien observar las necesidades de los afectados y su sufrimiento “debe convertirse en el punto de partida de un análisis sin concesiones de la realidad y las estructuras en las que el abuso fue posible en primer lugar”.
El proceso de reforma en la Iglesia alemana
Para este obispo de 60 años, la perspectiva que ha de tomar la Iglesia se muestra evidente: “La Iglesia de los pobres, de los explotados, de los explotadores, ese es el objetivo que el papa Francisco subraya repetidamente y nos exige. Si la Iglesia no está al servicio de la gente, la sociedad la tomará cada vez menos en serio", sentencia: “Entonces, como Iglesia, iremos hacia el cero” agrega.
“El temor a una supuesta secesión de la Iglesia católica en Alemania de la Iglesia universal, a un nuevo cisma en el curso del Camino Sinodal, es un fantasma que se está construyendo para desacreditar el proceso de conversión que nos estamos atreviendo a emprender en este país”, escribe Bätzing a propósito del proceso de reforma de la Iglesia católica en Alemania.
Bätzing, recordemos, lidera una Iglesia en la que la pasada primavera más de un centenar de sacerdotes desafiaron al Vaticano con bendiciones públicas de parejas del mismo sexo. En este sentido, el presidente de los obispos alemanes se mostró a favor de "acoger el deseo" de estas personas, frente a la negativa lanzada el pasado mes de marzo por la Congregación para la Doctrina de la Fe.
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