| Jordi Pacheco
La negativa del Vaticano a bendecir las parejas homosexuales sigue desatando respuestas de toda índole. En esta ocasión ha sido el obispo de Innsbruck, Austria, Hermann Glettler, quien ha salido al paso con una propuesta que, según asegura, podría contribuir a desactivar la discusión iniciada por el “Responsum ad dubium” publicado a mediados de marzo.
“Es erróneo y propio de la 'vieja escuela' pensar que un tema tan delicado podía resolverse con una simple aclaración”, advirtió Glettler a este respecto en una entrevista recogida por el portal alemán Katholish.de en la que el prelado proponía trasladar al ámbito privado el rito de bendición de las parejas homosexuales, concretamente en el marco de una liturgia de la palabra en el círculo familiar.
Para el obispo, tratar con los homosexuales supone “un importante campo pastoral” que hay que dejar en manos de la Iglesia local. “Me hubiera gustado que no se hubiera codificado todo”, dijo el obispo. “La mortificación ha tenido lugar, se ha enviado una especie de señal a los homosexuales diciéndoles: ‘La forma en que vives no está bien’”, subrayó Glettler.
Pese a que el purpurado suizo asegura que la Iglesia siempre defenderá el matrimonio como comunidad de vida entre hombre y mujer (porque “la complementariedad que da la diferencia de género es algo muy valioso”), esto quedaría al margen del debate sobre la bendición de los homosexuales ya que el matrimonio, según la concepción católica, es “no sólo una bendición, sino también un sacramento”, lo que a menudo se olvida en el debate actual.
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