En Emaús "sabían tenía que ser vigilado porque era peligroso para las mujeres que se le acercaban" La Iglesia francesa estaba al corriente de los abusos del Abbé Pierre, al menos, desde 1957
El presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, Eric Moulins-Beaufort, lo reconoce este lunes en un artículo publicado por Le Monde, tres días después de unos comentarios del papa Francisco sobre este mismo caso cuyas revelaciones suscitan reacciones sobre lo que unos y otros sabían
Moulins-Beaufort señala que desde esa fecha tan temprana, los obispos que conocían que el Abbé Pierre tenía «un comportamiento grave con las mujeres» se adoptaron medidas como «una cura psiquiátrica» o la imposición de un adjunto cuya vigilancia consiguió esquivar
| RD/EFE
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El presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, Eric Moulins-Beaufort, lo reconoce este lunes en un artículo publicado por Le Monde, tres días después de unos comentarios del papa Francisco sobre este mismo caso cuyas revelaciones suscitan reacciones sobre lo que unos y otros sabían.
Moulins-Beaufort señala que desde esa fecha tan temprana, los obispos que conocían que el Abbé Pierre tenía «un comportamiento grave con las mujeres» se adoptaron medidas como «una cura psiquiátrica» o la imposición de un adjunto cuya vigilancia consiguió esquivar.
Medidas "insuficientes"
El arzobispo de Reims admite que se las puede considerar «insuficientes» y se pueden criticar por haberse mantenido confidenciales, pero en cualquier caso subraya que «representan en cualquier caso una reacción fuerte teniendo en cuenta las formas de actuar en aquellos tiempos, sin duda en la Iglesia, pero también en toda la sociedad».
Igualmente hace hincapié en que en vida del sacerdote, «al menos en ciertos círculos de Emaús» se sabía que el famoso cura «tenía que ser vigilado porque era peligroso para las mujeres que se le acercaban».
Y en que, en paralelo, ninguna de las biografías que se escribieron de su figura, ni las películas que se le dedicaron dejaran entrever que cometía agresiones sexuales, una cuestión que a su juicio merece una reflexión.
La alegría del Papa
El papa Francisco afirmó el pasado viernes, en el vuelo de vuelta de su viaje por Asia y Oceanía, que se alegraba de que salieran a la luz casos de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia, como el del Abbé Pierre, y que hay que denunciarlos en todos los ámbitos pues son «algo demoníaco que destruye la dignidad de las personas».
El presidente de la Conferencia Episcopal de Francia había indicado un día antes que se levanta el secreto sobre los archivos que tienen que ver con esa controvertida figura, y que, en principio, estaban cubiertos todavía por un periodo de secreto.
En su artículo, el arzobispo francés insiste en que ahora las víctimas «pueden por fin hablar con la seguridad de que serán escuchadas y acompañadas» y eso «es un inmenso progreso social».
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