El cardenal da por zanjada la "disputa dolorosa" sobre la exhortación apostólica Kasper carga contra los críticos de 'Amoris laetitia' y les acusa de "objetivismo moral parcial"

(Cameron Doody).- Importante reconocimiento del cardenal Walter Kasper de una realidad que parecía obvia a la mayor parte de la Iglesia. El purpurado sostiene que "la gran mayoría del pueblo de Dios ya ha recibido con gratitud" Amoris laetitia del Papa Francisco, mientras que un número reducido de "críticos" sigue empeñado en un "objetivismo moral parcial", que subestima "la importancia de la conciencia personal al acto moral".

Con la publicación en el Acta Apostolicae Sedis de la correspondencia del pontífice con los obispos de la región de Buenos Aires "ojalá la disputa dolorosa sobre la exhortación apostólica... haya terminado", ha escrito el cardenal alemán en una tribuna para la edición alemana de Radio Vaticana.

El presidente emérito del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos ha añadido que con la divulgación oficial de estas cartas el pueblo de Dios "puede ahora sentirse confirmado" en su intuición de que los católicos divorciados y vueltos a casar por lo civil pueden -previo un proceso de acompañamiento y discernimiento- volver a recibir los sacramentos.

La doctrina contenida en la Amoris laetitia "no es ninguna novedad", ha afirmado Kasper, sino "una renovación de una tradición antigua" -"especialmente la de Tomás Aquino y el Concilio de Trento"- "contra las constricciones neo-escolásticas". "Tal y como han demostrado expertos en la doctrina del Papa Juan Pablo II", ha continuado, "no hay ninguna contradicción" en La alegría del amor "con los dos predecesores del Papa Francisco".

Para el purpurado, todo gira en torno al puesto de preeminencia que el Papa Bergoglio ha recuperado para la conciencia. Dicha facultad debe seguir prestando atención "a los mandamientos objetivos de Dios", sostiene Kasper. Pero la Amoris laetitia reconoce que "los mandamientos objetivos y universalmente válidos... no pueden aplicarse mecánicamente o a través de una deducción puramente lógica a situaciones concretas y a menudo complejas y desconcertantes". De forma muy similar, ha apostillado el cardenal, a la distinción en la ley criminal entre el homicidio voluntario e involuntario en casos de homicidio.

Y es más: al recuperar este lugar central en el acto moral para la conciencia, el Papa Francisco se ha colocado firmemente "en el terreno del Vaticano II, que enseñó que 'la conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquélla' (Gaudium et spes, 16)".

Y si la decisión sobre volver o no a los sacramentos reside en la conciencia propia, ha sostenido por último el cardenal Kasper, he aquí la razón por la que la Amoris laetitia "no tiene nada que ver con la ética situacional que no conoce ningún mandamiento universal, ni con excepciones al mandamiento, sino más bien con la virtud cardinal de la prudencia".

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