"Odessa está preparada y esperando los ataques desde el mar. Y estamos rezando" Obispo de Odessa: "Ayúdennos a defendernos. Los rusos lanzan bombas y misiles contra casas, escuelas y hospitales. Exclusión aérea"

(Sir).- "Ayúdennos a defendernos de este agresor que está bombardeando nuestras casas, escuelas, guarderías y hospitales desde el cielo. Exclusión aerea". Este es el llamamiento desesperado que hace Monseñor Stanislav Szyrokoradiuk, obispo de la diócesis católica de Odessa-Simferopol.

En estas horas se han intensificado las incursiones rusas contra la ciudad de Mykolaiv, a unos sesenta kilómetros al noroeste de Kherson, ya tomada por los rusos. La ciudad portuaria está situada en la carretera de Odessa, que desde hace días está en el punto de mira del avance estratégico de Moscú, que pretende soldar las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, en el Donbass, con Crimea, bloqueando el acceso de Ucrania al Mar de Azov.

"La ciudad de Mykolaiv está resistiendo los ataques del agresor ruso", confirmó el obispo desde Odessa. "Los rusos están procediendo con tanques, disparando, lanzando bombas y misiles. Están atacando escuelas, guarderías, hospitales, casas de civiles. Tenemos católicos allí y nuestro sacerdote permanece en la ciudad".

Si Mykolaiv no consigue resistir los ataques rusos, el obispo asegura que "Odessa está preparada y esperando los ataques desde el mar. Y estamos rezando". Y añade: "De momento, todo está tranquilo. Aunque esta paz se ve interrumpida a menudo por alertas aéreas, tiroteos, etc., mucha gente ha abandonado la ciudad".

"Muchas personas han abandonado la ciudad. Pero muchos pobres, solitarios, ancianos y sin techo se han quedado. Hacemos lo que podemos para ayudar a los necesitados. Acogemos a los refugiados en nuestros centros para retiros y vacaciones, distribuimos productos de primera necesidad como alimentos, ropa, higiene, medicamentos, etc., damos apoyo espiritual y rezamos por las víctimas de la guerra".

Las palabras pronunciadas el domingo por el Papa Francisco al final del Ángelus también llegaron hasta Odessa. "El domingo, la voz del Santo Padre era más fuerte. Sus palabras de condolencia fueron muy importantes, especialmente para nuestro pueblo. El Papa hizo un llamamiento para detener esta masacre y pronunció fuertes palabras. Aunque no se dirigieron ni al agresor ni al líder espiritual de Rusia, que es cómplice y corresponsable de estos atroces genocidios. No sé si las palabras de los líderes espirituales pueden detener la guerra. Pero ciertamente no deben permanecer en silencio".

"Aprovecho esta oportunidad, concluye el obispo, para agradecer a todas las personas de buena voluntad su solidaridad, su oración y sus protestas visibles contra esta guerra".