Lamentan "el egoísmo, la indiferencia y la irresponsabilidad" de quienes no defienden "cada vida y toda vida" Los obispos italianos denuncian los "atajos hipócritas" para promover el aborto y la eutanasia tras la pandemia
"Acabar con una existencia nunca es una victoria, ni para la libertad, ni para la humanidad, ni para la democracia: casi siempre es el resultado trágico de personas que se quedan solas con sus problemas y su desesperación"
La Iglesia italiana lamenta los "comportamientos y discursos" de algunas fuerzas políticas, que muestran "una visión de la persona humana y de las relaciones sociales muy alejada del Evangelio y del espíritu de la Constitución"
"Cada persona necesita a alguien que le cuide, que proteja su vida del mal, de la necesidad, de la soledad, de la desesperación, especialmente en el caso de los más débiles, que son los que más han sufrido la pandemia"
"Cuidar es tener respeto por cada criatura de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es cuidar a la gente, cuidar a todos, a cada persona, con amor, especialmente a los niños, a los ancianos, a los que son más frágiles"
"Cada persona necesita a alguien que le cuide, que proteja su vida del mal, de la necesidad, de la soledad, de la desesperación, especialmente en el caso de los más débiles, que son los que más han sufrido la pandemia"
"Cuidar es tener respeto por cada criatura de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es cuidar a la gente, cuidar a todos, a cada persona, con amor, especialmente a los niños, a los ancianos, a los que son más frágiles"
"Acabar con una existencia nunca es una victoria, ni para la libertad, ni para la humanidad, ni para la democracia: casi siempre es el resultado trágico de personas que se quedan solas con sus problemas y su desesperación". Los obispos italianos han arremetido contra los "atajos hipócritas" que suponen el aborto y la eutanasia, al tiempo que lamentan "el egoísmo, la indiferencia y la irresponsabilidad" de los que no defienden "cada vida y toda vida".
En un duro mensaje, la Iglesia italiana lamenta los "comportamientos y discursos" de algunas fuerzas políticas, que muestran "una visión de la persona humana y de las relaciones sociales muy alejada del Evangelio y del espíritu de la Constitución". "La reafirmación del 'derecho al aborto' y la perspectiva de un referéndum para despenalizar el asesinato de personas con consentimiento también apuntan en la misma dirección", sostienen.
El texto arranca apuntando que la pandemia "ha revelado numerosas fragilidades personales, comunitarias y sociales", así como "una conciencia renovada de que hay que cuidar la vida" y de que todos nos necesitamos: "Cada persona necesita a alguien que le cuide, que proteja su vida del mal, de la necesidad, de la soledad, de la desesperación", especialmente en el caso de "los más débiles, que son los que más han sufrido la pandemia y los que soportarán el peso de sus consecuencias durante más tiempo que los demás".
"No podemos dejar de constatar que, como siempre, las consecuencias de la pandemia son aún más graves en las personas pobres, que todavía están muy lejos del nivel de profilaxis alcanzado en los países ricos gracias a la vacunación masiva", apunta la nota, que ofrece (junto al Papa) el modelo de San José como custodio de la humanidad sufriente.
Tras agradecer la labor de sanitarios, personal público y sacerdotes ("sois lo mejor de la Iglesia y de la sociedad"), los obispos italianos denuncian la "concepción nihilista" detrás de la "falsa expresión de compasión" en la ayuda a la muerte. "Hay que acompañar a los que sufren y ayudarles a encontrar razones para volver a vivir; hay que pedir que se aplique la ley de cuidados paliativos y terapia del dolor", añaden.
"El verdadero derecho que hay que reclamar es que toda vida, ya sea terminal o naciente, sea atendida adecuadamente. Acabar con una existencia nunca es una victoria, ni para la libertad, ni para la humanidad, ni para la democracia: casi siempre es el resultado trágico de personas que se quedan solas con sus problemas y su desesperación", culmina el texto.
"Cuidar es tener respeto por cada criatura de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es cuidar a la gente, cuidar a todos, a cada persona, con amor, especialmente a los niños, a los ancianos, a los que son más frágiles y que a menudo están en la periferia de nuestro corazón. Es cuidarse mutuamente en la familia: los cónyuges se cuidan mutuamente, como los padres cuidan a sus hijos, y con el tiempo los hijos también se convierten en los tutores de sus padres. Es la vivencia sincera de las amistades, que son una tutela mutua en la confianza, el respeto y la bondad".
Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME
Etiquetas