Comunicado del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos "Solo las luchas y la solidaridad de los trabajadores han mejorado las condiciones laborales"
En el Primero de Mayo, Día del Trabajo, y el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos ha querido recordar la importancia de esta fecha reivindicativaaunque la pandemia no permita manifestarse
Los derechos fundamentales de trabajadores y trabajadoras continúan sin respetarse y están en retroceso en muchos lugares
Los trabajadores cristianos del mundo invitan, por tanto, ante la celebración del Día Internacional de los Trabajadores a mantener y proseguir la lucha por una sociedad más justa, más fraterna y sostenible
Concluyen su mensaje con un llamamiento: "Allí donde estemos, llevemos a cabo pequeñas acciones que contribuyan al cambio a escala global que necesita nuestra sociedad"
Los trabajadores cristianos del mundo invitan, por tanto, ante la celebración del Día Internacional de los Trabajadores a mantener y proseguir la lucha por una sociedad más justa, más fraterna y sostenible
Concluyen su mensaje con un llamamiento: "Allí donde estemos, llevemos a cabo pequeñas acciones que contribuyan al cambio a escala global que necesita nuestra sociedad"
| Celia Naharro
Los derechos fundamentales de trabajadores y trabajadoras continúan sin respetarse y están en retroceso en muchos lugares, por lo que desde el MMTC llaman a la lucha diaria y a la realización de pequeñas acciones que contribuyan al cambio de nuestra sociedad.
A través de un comunicado redactado por el Movimiento de Trabajadores Cristianos de la Isla de Reunión, los trabajadores cristianos del mundo han puesto de manifiesto que el virus que tanto daño está causando a la vida de las personas y que está provocando una crisis social y económica también está produciendo “una corriente divisoria que disminuye la primacía del trabajo”. Así, ante la celebración del Primero de Mayo recuerdan que el trabajo es un valor social y personal, que eleva la dignidad de cada individuo.
Pero advierten que los derechos fundamentales de trabajadores y trabajadoras del mundo continúan vulnerándose y se preguntan si seremos capaces de resistir a la explotación económica y a tantas situaciones de injusticia y pobreza que se viven en numerosos lugares de nuestra Casa Común.
Más desempleo y precariedad
En su mensaje exponen que el número de desempleados sigue aumentando; que artesanos, pequeñas y medianas empresas tienen que despedir a sus empleados o quiebran; que el empleo se está precarizando cada vez más; que se pierden beneficios sociales; que falta a muchas personas una vivienda digna y decente o que continúan las desigualdades en el trato a hombres y mujeres. Todas estas situaciones tienen importantes repercusiones en el seno de las familias, donde el desempleo y la precariedad provocan aislamiento y tensiones intrafamiliares, violencia y problemas de salud y educación.
Asimismo, el MMTC recuerda que nuestra sociedad, en aras de la globalización, pierde valores y acentúa las desigualdades entre las personas, apoyada sobre un modelo económico que considera al trabajador como un engranaje, otorgándole el papel de consumidor. Denuncian que este modelo se preocupa más por su economía que por el ser humano y provoca que las empresas multinacionales sigan enriqueciéndose con beneficios colosales.
La lucha debe continuar
Los trabajadores cristianos del mundo invitan, por tanto, ante la celebración del Día Internacional de los Trabajadores a mantener y proseguir la lucha por una sociedad más justa, más fraterna y sostenible y animan a no olvidar que las condiciones laborales han mejorado a lo largo de los años como consecuencia de las luchas y la solidaridad de los trabajadores.
“Aún queda trabajo por hacer”, señalan, por lo que en este Primero de Mayo, debemos recordar que para los trabajadores cristianos de todo el mundo la lucha ha de de ser diaria, “centrada en el ser humano, en nombre de Cristo, con el Espíritu Santo”. Desde el MMTC se preguntan si seremos capaces de enriquecer nuestra forma de ver y de analizar con las armas del corazón y las enseñanzas extraídas del pensamiento social de la Iglesia, “poniendo a Dios y a su Hijo en nuestros juicios”.
Los trabajadores cristianos del mundo concluyen su mensaje con un llamamiento a que, allí donde estemos, llevemos a cabo pequeñas acciones que contribuyan al cambio a escala global que necesita nuestra sociedad.
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