La carta abierta pide una investigación inmediata por parte de una comisión independiente Católicos portugueses apremian a sus obispos: "No hay alternativa a la investigación de los abusos"
"Llegados a este punto, ¡no hay alternativa!: la CEP [Conferencia Episcopal Portuguesa] debe tomar la iniciativa de organizar una investigación independiente sobre los delitos de abusos sexuales en la Iglesia. Eso es lo que ahora te pedimos encarecidamente"
La carta fue entregada el lunes 8 a la Conferencia Episcopal y enviada por correo electrónico a todos los obispos católicos. También se envió al Nuncio Apostólico, representante de la Santa Sede en Portugal
El "marco de malestar público tiene un alto potencial para generar sentimientos anticlericales, acelerar el alejamiento de las personas de la vida religiosa y degradar la relación de la sociedad con la Iglesia", añade el documento
Nuno Caiado dice que espera que la carta surta efecto: "Es una esperanza moderada, pero tengo que tenerla, incluso contra la realidad". Su "temor es que los obispos se atengan a la tradición de no escuchar las voces más incómodas dentro de la Iglesia, que es de todos"
El "marco de malestar público tiene un alto potencial para generar sentimientos anticlericales, acelerar el alejamiento de las personas de la vida religiosa y degradar la relación de la sociedad con la Iglesia", añade el documento
Nuno Caiado dice que espera que la carta surta efecto: "Es una esperanza moderada, pero tengo que tenerla, incluso contra la realidad". Su "temor es que los obispos se atengan a la tradición de no escuchar las voces más incómodas dentro de la Iglesia, que es de todos"
| Antonio Marujo
(7 Margens).- "Llegados a este punto, ¡no hay alternativa!: la CEP [Conferencia Episcopal Portuguesa] debe tomar la iniciativa de organizar una investigación independiente sobre los delitos de abusos sexuales en la Iglesia. Eso es lo que ahora le pedimos encarecidamente". De esta manera casi imperativa, casi suplicante, comienza una carta firmada por casi dos centenares y medio de católicos -250, en sentido estricto-, entre los que se encuentran profesores (varios de ellos de la Universidad Católica), clérigos, médicos, las escritoras Alice Vieira y Leonor Xavier, y el ex presidente de Cáritas Portuguesa, Eugénio Fonseca.
La carta fue entregada el lunes 8 a la Conferencia Episcopal y enviada por correo electrónico a todos los obispos católicos. También se envió al Nuncio Apostólico, representante de la Santa Sede en Portugal. "Si queremos mantener un diálogo con la sociedad a la que pertenecemos y a la que servimos, ¡no hay alternativa!", dice el texto, en referencia al tema que ocupará buena parte de la asamblea plenaria de la CEP, reunida desde el lunes por la tarde hasta el jueves por la mañana en Fátima.
En su discurso de apertura, el presidente de la CEP, D. José Ornelas, dijo que el tema de la protección de los menores y de las personas vulnerables es "un reto para toda la sociedad" y la Iglesia lo asume como una "prioridad". En estos días, los obispos pretenden "verificar los procesos en curso, articular mejor los organismos diocesanos y la coordinación nacional, para ofrecer oportunidades seguras y confiables en la recepción de denuncias y acompañamiento a las víctimas de abuso, en la clarificación de los procesos y, sobre todo, en la formación de las personas".
Insinuando que está del lado de los que abogan por una investigación de lo ocurrido, añadió: "Haremos todo lo posible para proteger a las víctimas, para averiguar la verdad histórica y para evitar estas situaciones dramáticas que destruyen a las personas y contradicen el ser y la misión de la Iglesia." Y terminó su referencia al tema citando al Papa Francisco, en un mensaje la semana pasada a una conferencia también dedicada al tema: "La protección de los menores es, cada vez más concretamente, una prioridad ordinaria en la acción educativa de la Iglesia, es la promoción de un servicio abierto, fiable y autorizado, en firme contraste con cualquier forma de dominación, desfiguración de la intimidad y silencio cómplice."
Investigar para evitar sorpresas negativas
El primer firmante e impulsor de la iniciativa dice que lleva un par de años pensando en cómo abordar esta cuestión. "La sorpresa de los resultados de la investigación encargada por los obispos franceses y los artículos de opinión unánimes y muy críticos con las reacciones al problema de los obispos portugueses me impulsaron a actuar", dice a 7MARGENS. "No tanto como el ciudadano profundamente indignado que soy, sino como católico perturbado por la insensibilidad mostrada por la jerarquía ante el problema y la incapacidad de la Iglesia portuguesa para mirarse a sí misma".
"De ahí la iniciativa de interpelar directamente a los obispos, pidiéndoles que despierten, que piensen estratégicamente y con el corazón en Jesús, y que pongan en marcha una investigación en la línea de lo ocurrido en Francia", explica Nuno Caiado, que ya ha publicado varios artículos de opinión en 7MARGENS, entre ellos uno sobre el tema.
El "marco de malestar público tiene un alto potencial para generar sentimientos anticlericales, acelerar el alejamiento de las personas de la vida religiosa y degradar la relación de la sociedad con la Iglesia", añade el documento, antes de hacer un llamamiento "enérgico para que se lleve a cabo, "con carácter de urgencia", una "investigación nacional rigurosa, exhaustiva y verdaderamente independiente". Nuno Caiado dice tener la esperanza de que la comisión pueda asesorar a un miembro del clero, y que lo haga de forma independiente, y que pueda llevar a cabo una investigación nacional "con carácter de urgencia".
Nuno Caiado dice que espera que la carta surta efecto: "Es una esperanza moderada, pero tengo que tenerla, incluso contra la realidad". Su "temor es que los obispos se atengan a la tradición de no escuchar las voces más incómodas dentro de la Iglesia, que es de todos". Pero eso, añade, "tendrá que cambiar, y aunque lo venimos diciendo desde hace décadas, la oportunidad que nos brinda la frescura, el realismo, la clarividencia y la decencia de nuestro Papa Francisco tiene que ser aprovechada a favor del cambio."
El texto concluye con el mismo tono de esperanza de que los firmantes sean escuchados y se sigan sus "consejos fraternales, ahora sin vacilar". Admitiendo también "que las posiciones adoptadas por los obispos portugueses tienen buenas intenciones, destinadas a proteger a la Iglesia", la carta dice que "no evocan ninguna razón teológica, moral o sociológica que las fundamente." A continuación, afirma: "Creemos, con nuestros obispos, que los derechos de las víctimas y los valores sagrados del Evangelio, aquí vulnerados, son los únicos que hay que salvaguardar"
Nuno Caiado también añade que "los obispos lo entenderán; si no es ahora, como debería ser, algún día lo será". Pero, añade, "quizá nos sorprendan: somos muchos los que rezamos con convicción para que les sorprendan y nos quiten la razón de tener poca esperanza".
La carta también menciona que se puede adivinar "la respuesta a la suposición anticipada de la existencia de víctimas en el contexto de la realidad portuguesa: casi no hay casos denunciados". Pero, añade, este argumento no puede ser "considerado seriamente", pues ya se entiende que "este tipo de actuaciones, observadas en la Iglesia católica en todas las latitudes y ámbitos culturales, son sistémicas y están directamente relacionadas con el ejercicio del poder en su seno y, en otro nivel, con maniobras de encubrimiento pasivo o activo". Pero también se desconoce "qué razones sociológicas o de otro tipo puede haber que protejan específicamente a la Iglesia portuguesa", añade el texto.
Para los firmantes, lo que está en juego es que sólo la verdad "permite una relación libre y transparente con aquellos" a los que la fe invita a servir. "Por lo tanto, creemos que sólo una investigación exhaustiva e independiente puede confirmar esta posible excepcionalidad de la Iglesia en Portugal. Si no se toma esta iniciativa, tememos que la inacción del CEP sea vista por la sociedad portuguesa como un encubrimiento".
El texto también expresa la "fundada convicción" de que si los obispos no deciden avanzar en la creación de esta investigación, ésta "acabará produciéndose por decisión política, lo que supondrá, con toda seguridad, un agravamiento de los costes reputacionales para la Iglesia."
Nuno Caiado destaca la acogida que ha tenido la idea, que ha movilizado a un "número muy expresivo" de personas, muchas de las cuales "agradecieron la idea y la apoyaron con mucha fuerza". Entre los firmantes, además de los nombres ya mencionados, se encuentran profesores de la Universidad Católica como Juan Ambrósio e Inês Espada Vieira, y la asesora de la respectiva rectoría, Rita Paiva e Pona. También hay sacerdotes en la lista (António Samelo, de Coimbra, José Luzia, misionero en Mozambique, y José Serafim Alves de Sousa, sacerdote casado). El abogado André Folque, miembro de la Comisión de Libertad Religiosa, también firma el documento, al igual que el diputado José Manuel Pureza y el ex ministro Fernando Gomes da Silva.
Para los firmantes, la investigación independiente no debería ser responsabilidad del organismo que la conferencia episcopal propone crear para coordinar las comisiones diocesanas de protección de menores y unificar los procedimientos sobre el problema.
La lista incluye a profesores como Adel Sidarus, Alfreda Fonseca, André Lamas Leite, Ângela Barreto Xavier, Deolinda Machado, Helena Topa Valentim, Isabel Allegro de Magalhães, José Rosa, José Vieira Lourenço, Luís Mah, Luís Soares Barbosa, Manuel Brandão Alves, Manuel Pinto, Maria Luísa Ribeiro Ferreira, Maria Paula Madeira, Mendo Castro Henriques, Paula Abreu o Teresa Toldy.
También hay varios nombres de médicos (António Cardoso Ferreira, Alice Cardoso, Carlos Araújo, Cláudia Conceição, Emília Leitão, Isabel Osório, Inês Nolasco, Luís Lito, Marta Parada), artistas y periodistas (Ana Cordovil, Catarina Castel-Branco, Cláudia Alves, Jorge Wemans). Pero en los dos centenares de firmantes también hay quienes se presentan simplemente como "lectora en una parroquia" (Margarida Carvalho) o "ama de casa" (Victória Corrêa de Sampaio).
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