Obispos de Tierra Santa denuncian la expulsión de 40.000 refugiados "El bienestar de Israel no se puede lograr a costa de tantas personas rechazadas"
(C. Doody/AsiaNews).- Los líderes católicos de Tierra Santa han reaccionado con horror a la noticia de que el gobierno israelí se prepara para expulsar a casi cuarenta mil solicitantes de asilo procedentes de Eritrea y Sudán. "El bienestar de la sociedad israelí no puede ser obtenido a expensas de tantas personas rechazadas y de tantas vidas expuestas al peligro y a un futuro muy incierto", han denunciado en un comunicado.
La declaración denuncia los términos impuestos por la autoridad: los personas que huyeron [de sus países de origen] deberán dejar el país antes de finalizar marzo, provistos de un "subsidio" de 3.500 dólares y la cobertura del viaje al país natal o a un "tercer" país. Quien no parta será encarcelado. El comunicado de los líderes católicos subraya la posibilidad de que las autoridades decidan ampliar la "población que tienen previsto deportar", incluyendo a cuantos "han solicitado asilo, aunque el trámite aún esté en curso".
En el presente, en Israel hay cerca de 40.000 eritreos y sudaneses que huyeron de sus países, llegados en su mayor parte a través del Sinaí, donde han sufrido torturas y maltratos.
"Si bien se reconocen las necesidades de controlar el flujo de solicitantes de asilo en nuestro país, como en cualquier otro lugar, no podemos permanecer indiferentes al pedido de tantos refugiados que escapan de dictaduras, guerras u otras condiciones terribles", afirman los jefes de la Iglesia.
Los líderes católicos recuerdan el versículo del Levítico 19:34 y el pedido de Dios de "tratar al forastero que mora entre vosotros... como a aquel que nació entre vosotros". "Esperamos que la administración tenga en consideración el sufrimiento de los solicitantes de asilo presentes en Israel y encuentre soluciones más humanas que ofrecer", concluyen.
El comunicado fue firmado por monseñor Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del patriarcado latino de Jerusalén; monseñor Georges Bacouni, arzobispo greco-melquita de Akka; monseñor Mousasa al-Hage, arzobispo maronita de Haifa y de Tierra Santa; monseñor Giacinto-Boulos Marcuzzo, obispo auxiliar del vicariato patriarcal de Jerusalén y Palestina; el padre Hanna Kaldani, vicario patriarcal latino de Israel; y el padre Rafic Nahara, vicario patriarcal del Vicariato de San Santiago para los católicos de lengua hebrea en Israel.