"Para mí, el asunto está claro y decidido", recalca el purpurado alemán El cardenal Marx sostiene que las 'correcciones' no harán cambiar la decisión del Papa

(Cameron Doody).- Si bien un solo obispo se ha atrevido a firmar la "corrección filial" del Papa Francisco, no para de crecer el número de prelados que han salido a defender al pontífice de las acusaciones de propagar "posturas heréticas" en la Amoris laetitia. El cardenal Parolin, el arzobispo Bruno Forte, el cardenal Marc Ouellet... y ahora el cardenal Reinhard Marx, quien ha recordado que todo lo que hay en la exhortación apostólica, y "también en los pasajes críticos", es una representación literal del parecer de los obispos que tomaron parte en los Sínodos sobre la Familia en 2014 y 2015.

Así, en comentarios ofrecidos en una rueda de prensa tras la reunión otoñal del episcopado alemán, el cardenal Marx -presidente de la Conferencia Episcopal nacional y también arzobispo de Munich y Frisinga- ha rechazado de forma contundente las demandas de las ultras para que el Papa rectifique ciertas enseñanzas contenidas en su escrito sobre aspectos del matrimonio, la moral y la recepción de los sacramentos.

Por más debates y 'correcciones' a Amoris laetitia que se dieran, no cambiará la decisión de los obispos y del pontífice de abrir los sacramentos, en ciertas circunstancias, a fieles divorciados y vueltos a casar. "Para mí, el asunto está claro y decidido", declaró Marx, uno de los padres sinodales responsables de idear la "apertura pastoral" a católicos que se encuentran en situaciones familiares "irregulares".

La semana pasada, La Civiltá Cattolica difundió el texto de un encuentro-entrevista que el Papa Francisco sostuvo con más de medio centenar de jesuitas en Cartagena de Indias, en que también el pontífice da a entender que no piensa enmendar de ninguna forma su exhortación apostólica. "Escucho muchos comentarios -respetables porque los dicen hijos de Dios, pero equivocados- sobre la Exhortación apostólica postsinodal", afirmó Francisco en aquella ocasión, apuntando a la vez que para entenderla bien "hay que leerla de principio a fin", en el curso de cual lectura uno puede comprobar "que la moral de Amoris laetitia es tomista", y mucho más que "pura casuística".

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