El país cuenta con entre 30.000 y 35.000 católicos Marruecos espera con expectación la visita del Papa de Roma

Cristianos de Marruecos: misa en la catedral de Rabat
Cristianos de Marruecos: misa en la catedral de Rabat

La comunidad cristiana de Marruecos aguarda con ilusión la visita de Francisco: "Es algo extraordianario"

Monseñor Cristóbal López Romero: "Es una ocasión única" de mostrar que "valoramos más lo que nos une que lo que nos divide"

A la entrada de la catedral de Rabat, una multitud espera por un boleto para ver al papa Francisco el fin de semana durante su visita a Marruecos, donde reside una comunidad católica diversa y cosmopolita.

"¡Tenemos suerte, el Papa viene a África! Va a reagrupar a comunidades que vendrán de todos los horizontes de un país musulmán. Es algo extraordinario", dice Ernould Kumba, de 27 años, originario de la República del Congo.

En este primer domingo de Cuaresma, una multitud compacta se agolpa en la nave central. Se ven algunos rostros blancos, de turistas o "expatriados", como el padre Daniel llama a los europeos que vinieron a trabajar o a disfrutar de su jubilación bajo el sol de Marruecos.

Los migrantes en Marruecos

Todos los demás vienen de diferentes países africanos para estudiar, ganarse la vida o tratar de llegar al continente europeo.

"Traen un nuevo aliento, nunca he visto una iglesia tan joven, con un promedio de edad de entre 30 y 35 años", se entusiasma el padre Daniel, párroco de la catedral de Rabat.

Marruecos cuenta con entre 30.000 y 35.000 católicos, aproximadamente 10 veces menos que en el momento de su independencia, en 1956. Durante la colonización española y francesa había unas 200 iglesias católicas en el país, aunque ahora apenas restan 44.

Misa en la catedral de Rabat

Esas iglesias fueron rescatadas del abandono por subsaharianos que llegaron en dos grandes oleadas: los estudiantes de los años 1990, atraídos por el sistema de becas universitarias, y los inmigrantes de la última década, que mantienen vivo el sueño de llegar a Europa.

"Iglesia viva"

"Julienne, Costa de Marfil. Jason, Guinea Bisáu. Bienvenue, Benín. Yvette, Gabón, Jean-Pierre, Guinea..." Los 42 futuros bautizados que al ser llamados avanzan por la nave central son todos subsaharianos.

"Ustedes vienen de todos los pueblos y de todos los países", dice monseñor Romero, el obispo de Rabat, con un fuerte acento español. Los integrantes del coro usan vistosas togas negras y blancas mientras cantan con fuerte ritmo africano antes de la lectura de un texto en portugués y de un Padre Nuestro en árabe.

"Es un placer ver una iglesia tan viva y tan llena", dice Florence, una parisina católica de 37 años, quien está de visita en Rabat.

Mientras tanto, Lizzie, de 20 años, se prepara con fervor para su bautismo. Esta estudiante marfileña "no era muy creyente" cuando vivía en Abiyán, pero "todo cambió" desde que llegó a Marruecos a estudiar derecho. "Las cosas aquí no son fáciles pero la fe es una gran ayuda", cuenta.

Una lectura menciona la "miseria, el dolor y la opresión" de los pueblos nómadas expulsados de Egipto. Los fieles escuchan con atención, ya que muchos viven las dificultades diarias del exilio y frecuentan la iglesia para "crear una hermandad", como comenta el también marfileño Jean-Baptiste.

Los inmigrantes subsaharianos han rescatado del abandono las iglesias católicas de Marruecos

"Algunos musulmanes piensan que no tenemos el mismo Dios y que terminaremos en el Infierno. Pero la visita del papa será una oportunidad para reunir las comunidades y religiones", dijo Cyrvine, de 24 años, un congoleño que canta en el coro y espera "con impaciencia" la llegada de Francisco.

"La presión está aumentando", dijo Ernould Kumba, responsable de los ensayos del coro.

"Oportunidad única"

El Papa fue invitado por el rey y "comandante de los Creyentes" Mohamed VI para una visita en el marco del "desarrollo del diálogo interreligioso", de acuerdo con una nota oficial publicada por las autoridades marroquíes.

Para el obispo de Rabat, "es una ocasión única" de mostrar que "valoramos más lo que nos une que lo que nos divide".

"Recibir al Papa es una prueba de apertura para un país musulmán", dice Xavier, un francés de 45 años que se define como "budista" y acudió a la iglesia para acompañar a una amiga.

Mohamed, un marroquí de 70 años que se convirtió al catolicismo en 2016 reconoce que "es verdad que, comparado con otros países árabes, tenemos una cierta libertad".

El hombre explica que se convirtió a causa de "los sermones del padre Rachid", hijo de un imán de Marruecos.

"No es tan fácil, pero yo no me escondo", dice Mohamed con orgullo. La parroquia, sin embargo, evita destacar a los fieles locales porque "es un asunto sensible".

Según la Constitución de Marruecos, "el Islam es la religión del Estado, que garantiza a todos el libre ejercicio del culto", aunque el Código Penal sanciona el "proselitismo" con pena de entre seis meses y tres años de cárcel.

Catedral de Rabat

Durante su visita a Rabat este fin de semana, la Iglesia de Marruecos regalará al Papa Francisco una obra de arte de un escultor marroquí musulmán que representa a Jesucristo con la cruz a cuestas, y un árbol de argán, originario del noroeste de Marruecos.

Monseñor Cristóbal López ha explicado en una entrevista con Europa Press que no será una sorpresa porque "todo está calculado, medido al segundo, hasta el regalo", pues han tenido que comunicarlo al Vaticano, ya que la Santa Sede corresponde con otro presente.

"Pensamos regalar un Jesús con la cruz a cuestas, una obra artística de un escultor marroquí musulmán y un árbol de argán, del cual se saca un aceite muy apreciado. Se trata de un árbol que solo crece aquí en Marruecos. Un grupo de jóvenes musulmanes han preparado este árbol vivo para regalárselo al Papa, no se si echará raíces (en el Vaticano) porque no existe en otras latitudes. Si arraiga allá será un verdadero milagro", ha subrayado.

López ha precisado que se encuentran en "el sprint final" de los preparativos del viaje y los sentimientos ante la visita son de "alegría y entusiasmo" aunque el obispo también reconoce que siente una "cierta preocupación" porque tienen "muchas cosas que poner a punto".

"Es algo que a nosotros, la pequeña Iglesia de Marruecos, nos supera. Gracias a Dios las autoridades marroquíes están poniéndose a total disposición y están ofreciendo todos los medios para que las cosas salgan bien", ha precisado.

Entre otros preparativos que deben ultimar, ha citado los detalles para el local donde tendrá lugar la Misa. También están estudiando cómo alimentar a los 500 jóvenes que cantarán en esa misa y a los 400 jóvenes que estarán como servidores y organizadores en esa jornada. Asimismo están viendo cómo encaminar a todos los cristianos que quieren estar presentes en la explanada de la Torre Hasán.

El obispo ha precisado que no puede dar una cifra de personas que están trabajando en la preparación de la visita del pontífice porque son muchos, "desde pintores, albañiles, artistas" hasta cristianos que están preparando las celebraciones.

El perfil del católico: Hombre joven y negro

"En cualquiera de nuestra iglesias a las que vayas un domingo, vas a encontrar más hombres que mujeres, más jóvenes que adultos y, por supuesto, más negros que blancos", ha concretado López.

Los pilares del viaje de Francisco serán, a su juicio, el refuerzo del diálogo entre Cristianismo e Islam "al servicio de la paz y la fraternidad universal"; y la acogida de los migrantes. En concreto, el Papa visitará la sede central de la Cáritas diocesana en Rabat desde donde se dirige toda la acción social.

López espera que el Pontífice ratifique los cuatro verbos famosos de "acoger, proteger, promover e insertar" y no cree que "entre en detalles que pudieran inmiscuirse en las políticas de migración concretas de un país o de otro".

"Sobre todo es un mensaje para dentro de la Iglesia misma, no puede ser que haya católicos que cierren el corazón al hermano porque es extranjero o de otro color. Ese es el mensaje más potente que el Papa da con su ejemplo", ha enfatizado.

Por el lado más pastoral esperan que "aliente" a la Iglesia católica de Marruecos, que les dé "ánimos" y reconozca su "aportación". A la Misa del domingo, estiman que acudirán unas 10.000 personas. "Hay mucha demanda y es gratuito entrar", recuerda López.

Una vigilia de migrantes 'sin papeles' en Tánger

Aunque en su viaje a Marruecos, el Papa no visitará Tánger, el obispo de esta diócesis, el español Santiago Agrelo, también ha organizado algún acto para que los católicos de allí, sobre todo los migrantes sin papeles acogidos en el recinto de la Catedral de Tánger, se sientan de alguna manera presentes junto al Papa.

"Tengo previsto que el sábado, el día en que el Papa se encontrará con migrantes en Rabat, los migrantes de aquí que están en la Catedral acogidos desde hace varios meses, que no se pueden acercar a Rabat porque no tienen papeles, tengan una vigilia de oración, como un modo de estar presentes en la visita del Papa", ha explicado.

Agrelo espera que el Papa dirija alguna palabra para estos migrantes que duermen desde el pasado mes de agosto en uno de los portales de la Catedral y que reciben ayuda de la Iglesia.

El obispo de Tánger tiene el encargo de dirigir un saludo de dos minutos al Papa el próximo sábado en el encuentro con migrantes en el centro de Cáritas, en el que aprovechará para recordar a los migrantes en situación irregular.

"Le agradeceré que haya venido, que visite un centro de acogida para migrantes (en ese caso son migrantes con papeles) y recordaré que hay otros migrantes que no pueden estar allí", ha precisado.

Agrelo también ha destacado la importancia del encuentro con el Rey Mohamed VI y con los imanes. "Es un encuentro entre el representante supremo de la Iglesia Católica y el representante supremo de los musulmanes en Marruecos. Esto es de gran importancia para el futuro de todos los católicos y musulmanes, vamos en todas partes hacia una colaboración cordial y un buen entendimiento", ha afirmado.

Santiago Agrelo


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