"Nos ha dicho que rezará por nosotros y que está haciendo todo lo que puede" Las esposas de oficiales del Azov: "Esperamos que el papa pueda salvar sus vidas"

El Papa, tras la audiencia
El Papa, tras la audiencia

Francisco saludó hoy durante unos cinco minutos, al término de la audiencia general en la plaza de San Pedro, a Kateryna Prokopenko, esposa del comandante de Azov Denis Prokopenko, y a Yulya Fedosiuk, esposa de Arseniy Fedosiuk, ambas refugiadas en Roma gracias a la Embajada de Ucrania ante la Santa Sede

Las esposas de dos oficiales del regimiento Azov, la unidad militar ucraniana actualmente atrincherada en los túneles de la acería Azovstal en Mariupol bajo ataque ruso, mostraron su deseo de que el breve encuentro que mantuvieron hoy con el papa sirva para poder salvar la vida de los soldados, que, aseguraron, están dispuestos a ser evacuados.

Francisco saludó hoy durante unos cinco minutos, al término de la audiencia general en la plaza de San Pedro, a Kateryna Prokopenko, esposa del comandante de Azov Denis Prokopenko, y a Yulya Fedosiuk, esposa de Arseniy Fedosiuk, ambas refugiadas en Roma gracias a la Embajada de Ucrania ante la Santa Sede.

"Ni siquiera puedo explicar lo que sentí en ese momento. Estaba nerviosa, porque era histórico, y esperamos juntos que pueda ayudar a salvar las vidas de nuestros maridos, de nuestros militares. Esperamos que esta reunión nos ayude a salvar sus vidas. Estamos agradecidos por las acciones del Papa", dijo Kateryna Prokopenko a los medios tras el encuentro.

"Francisco, salva a la gente atrapada en Mariúpol"
"Francisco, salva a la gente atrapada en Mariúpol"



La mujer, de 27 años, aseguró que los soldados que resisten en la acería "están listos para ser evacuados a un tercer país", para "dejar sus armas en caso de ser evacuados a otro país" y propusieron la posibilidad de ir a Turquía, Suiza "o cualquier otro país que diga que sí".

Las mujeres explicaron al papa que hay cerca de 700 soldados heridos "con gangrena, amputaciones, con la carne podrida" y que hay "muchos de ellos muertos y no pueden recibir una sepultura cristiana".

"Le pedimos al papa que nos ayude, que les ayude a utilizar los corredores humanitarios. Nos ha dicho que rezará por nosotros y que está haciendo todo lo que puede", agregó.

Explicaron que hablan en nombre de todas las esposas y novias de los soldados atrapados en la acería e incluso con algunas esposas cuyos maridos han muerto, que quieren enterrar a sus maridos

Las dos jóvenes pidieron a Francisco que viaje a Ucrania y que hable con el presidente ruso, Vladimir Putin, para pedirle que deje salir a sus maridos. "Dijo que rezaría por nosotros y asintió", añadieron.

El Papa Francisco, en la audiencia



Prokopenk contó que anoche habló por última vez con su marido: "Me dijo que me ama, y yo le dije que también lo amo, y que haré todo lo que pueda para salvar su vida. Haremos cualquier cosa", dijo visiblemente emocionada.

Relataron que las condiciones en los sótanos de la Azovstal son "terribles" porque no tienen comida, ni agua, ni medicinas y el último hospital fue bombardeado por soldados rusos.

Yulya Fedosiuk explicó que su marido le escribió hace dos días, pidiéndole "que encontrara un artículo sobre cómo sobrevivir sin agua ni comida, si es posible" y agregó que "cada día mueren uno o dos soldados heridos".

"Quedan algunos civiles allí, porque son familiares de los militares. Tienen miedo de ser evacuados, porque temen que Rusia no les deje entrar en territorio ucraniano, porque muchos, cuando son evacuados, son llevados a campos de concentración. Así que, por supuesto, tienen miedo de ser torturados o asesinados por la Federación Rusa. Así que podrían morir allí, con nuestros soldados", denunció Fedosiuk, de 29 años.

Ambas aseguraron que el cautiverio en Rusia "no es una opción" porque "serán torturados, asesinados".

"Si nuestros maridos son evacuados, nos reuniremos con ellos en cualquier país. Pero queremos volver a casa. No queremos ser refugiadas. Queremos ayudar a reconstruir nuestro país", subrayaron las dos mujeres ucranianas que ahora irán a Alemania para seguir intentado movilizar ayuda para sus maridos y el resto de soldados.

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