El obispo de Kiev bendice a los soldados que parten a primera línea La guerra alcanza a los prelados ucranianos: "El perdón será un largo viaje y difícil", dice Vitalii Kryvytskyi

Vitalii Kryvytskyi bendice a los soldados
Vitalii Kryvytskyi bendice a los soldados

El obispo de Kiev, Vitalii Kryvytskyi, le dio su bendición "a los soldados en el frente", antes de partir a la primera línea, y aseguró que el perdón a los rusos "será un camino largo y difícil"

"Los bendigo, es mi derecho hacerlo, y toda la comunidad ora por ellos cuando están en el frente. Vivimos en una situación que hace dos meses podíamos leer en libros", afirma

El obispo y los párrocos señalaron "una línea roja" a los militares: "No deben torturar a los rusos, deben enterrar a los muertos. Cada soldado está al frente para defender la Patria pero no para sentir odio"

Preguntado por los llamados de la Iglesia católica, fuera de las fronteras, a la paz, contesta: "No se puede perdonar en el lugar de otro. Aquí, por desgracia, cuando hablamos de perdón no es una discusión abstracta. Será un largo viaje y difícil"

El obispo de Kiev, Vitalii Kryvytskyi, le dio su bendición "a los soldados en el frente", antes de partir a la primera línea, y aseguró que el perdón a los rusos "será un camino largo y difícil".

"Los bendigo, es mi derecho hacerlo, y toda la comunidad ora por ellos cuando están en el frente", aseveró Kryvytskyi, arzobispo latino de la diócesis de Kiev-Zhytomyr, en la que hay 200.000 católicos divididos en 160 parroquias, dentro de las cuales también están las ciudades "mártires" de Bucha, Irpin y Borodjanka.

Soldado
Soldado

"No elegimos hacer la guerra, pero nos obligaron. Defender tu país es una responsabilidad civil, no sólo militar, y todos estamos obligados a hacerlo", dijo en entrevista con ANSA.

En el palacio del arzobispo de Kiev, cerca de Maidan, la plaza que fue escenario de movilizaciones por la libertad en 2014, Kryvytskyi recibió a ANSA en la sobria sala de la planta alta. En la planta baja, mientras tanto, se celebraba la Misa, con cantos y oraciones.

"Los jóvenes vienen a mí y me dicen: es hora de irse a la vanguardia. Y digo a nuestros fieles: oren porque ahora empiezan a combatir. Vivimos en una situación que hace dos meses podíamos leer en libros", prosiguió.

Por otro lado, no hubo discusiones entre los sacerdotes que estaban en el este y que viven toda esta situación, muy difícil, ya desde 2014.

"Hoy también nosotros hemos empezado a entender lo que significa bendecir a alguien que tiene que ir a la guerra para servir a su pueblo", aseveró.

El pacifismo, incluso el pacifismo cristiano, no es comprensible, porque "debemos obtener la paz justa", insistió el obispo.

Sin embargo, el obispo y los párrocos señalaron "una línea roja" a los militares: "No deben torturar a los rusos, deben enterrar a los muertos. Cada soldado está al frente para defender la Patria pero no para sentir odio".

"Ahora hay que responder con la defensa, luego habrá un camino de reconciliación", aseveró.

Al comentar sobre los llamados de la Iglesia católica, fuera de las fronteras de Ucrania, a la paz y a la reconciliación, el obispo respondió: "No se puede perdonar en el lugar de otro. Aquí, por desgracia, cuando hablamos de perdón no es una discusión abstracta. Será un largo viaje y difícil".

Papa

Luego habló del hecho de que "la guerra aumentó la fe. Hay nuevas personas que se acercan a la Iglesia. Los sacerdotes permanecieron en su lugar, incluso los de Irpin y Bucha, y ayudaron a la gente incluso en los días difíciles de la ocupación rusa".

La situación, entonces, acortó el tiempo casarse por la iglesia: ahora pueden hacerlo incluso sin la preparación de seis meses que se había solicitado con anterioridad a la guerra.

Por otro lado, sí están suspendidas en las zonas de mayor riesgo tanto las primeras comuniones como las confirmaciones, tanto por "razones de seguridad" como por "esperar a las familias que se fueron y querrán volver". (ANSA).

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