Calzarse el zapato del otro “Bálsamo entre palabras. Contigo en el Duelo” Un libro nacido en el confinamiento
El autor, Carlos Ortíz de Zárate, es párroco de La Esperanza en Vitoria.
“Benditos los que pueden vivir el recuerdo de sus difuntos en paz.”
| Vicente Luis García Corres (Txenti
Hace unos días recibí un regalo de manos de su autor. Un libro titulado “Bálsamo de las palabras”. Su autor el sacerdote, y buen amigo, Carlos Ortiz de Zárate. Es un libro nacido en el tiempo del confinamiento.
Son relatos escritos con diversos estilos literarios, en los que el autor ha hecho el ejercicio de ponerse en los zapatos del otro. Así, se ha sabido calzar un 27 del niño que perdió a su abuelo, un 40 del hombre que perdió a su esposa, o incluso calzar dos pares a la vez para sentir el dolor y la esperanza de unos padres que se despiden de su hijo con síndrome de Down.
A esta habilidad de calzarse los zapatos del otro se le llama empatía. Un atributo más que añadir a esa descripción que un día hacía de lo que consideraba esencial en un sacerdote:
Sacerdote es (hoy) el varón que cree en Jesús de Nazaret, desea ser su apóstol, es consagrado por el rito del sacramento del orden sacerdotal , y cree firmemente en la presencia de Cristo en la Eucaristía y en el perdón de los pecados, y lo demuestra desde su capacidad de misericordia (y empatía) para con el prójimo. Por ello se alimenta a diario del Pan de la Eucaristía y de la Palabra de Dios.
Atributos que, por cierto, podrían ser predicados también para una mujer. Más aún, la empatía creo que es una virtud más frecuente entre el sexo femenino que entre el masculino, aunque en eso quizá también hayamos avanzado y “perdido” en aras de una paridad.
Pero regresando al libro. Esta obra, que se acompaña de una colección de fotografías de calidad, del mismo autor que los textos, está pensada para acompañar a las personas en momentos de duelo. Por ello, no descarto que para algunas personas que trabajan y desempeñan su labor solidaria en el acompañamiento al duelo, este libro se convierta en manual de cabecera para entender y atender al otro, y para leerle un texto que servirá para saber que alguien se supo poner en su piel. Que su dolor, sus pensamientos, sus miedos, han sido sentidos por alguien antes que él o ella.
Al fin y al cabo, eso es lo que hizo Cristo en la cruz, ponerse en la piel de toda la humanidad. Por eso, ser imagen de Cristo es tener la capacidad de empatizar con el prójimo hasta llegar a ponerse sus zapatos.
Con el permiso del autor transcribo algunas de las frases que más han llamado mi atención del libro. Si después de leer estas frases alguno se anima a adquirir el libro acuda a la parroquia de la Esperanza de Vitoria o llame al teléfono de la parroquia, Carlos muy gustoso les facilitará un ejemplar. Teléfono: 945 25 24 45
Frases escogidas
Pag.9.- “la mejor manera de afrontar y superar las pérdidas en nuestras vidas es ocuparnos, de forma permanente, de la felicidad que seamos capaces de crear a nuestro alrededor.”
Pag.11.- “El vacío que deja un ser querido es irremplazable, pero las lágrimas que brotan son menos amargas, si tenemos a nuestro lado quien nos las pueda enjugar”
Pag. 13.- “(hay ocasiones en las que, cuando se marcha una visita, el enfermo respira aliviado)”
“Para la familia creyente, rezar con el enfermo puede ser de gran ayuda. Pero no debe ser una oración rutinaria, ritualista, sino sentida, vivida con profundidad.”
Pag. 15.- “Cuando un niño vive la muerte de un familiar y se le intenta aclarar qué es el cielo, no le ayudamos mucho hablándole de nubes y del firmamento estrellado. En este caso, lo mejor que podemos hacer es tomarlo entre nuestros brazos y así, explicarle la seguridad en la que ha sido acogido un ser humano que <<está en el cielo>>.”
Pag. 27.- “el hecho de que avisen a un cristiano de la proximidad de la muerte, es el mayor favor que nos pueden hacer (…) para atender la única tarea importante que nos queda por realizar: prepararnos para morir.”
“Una vida completa su ciclo, si somos capaces de saludar desde el escenario, recibir la ovación del público y retirarnos discretamente cuando baja el telón.”
Pag. 29.- “Que nadie te diga lo que tienes que sentir. Escucha otras vivencias; quizás te puedan servir. (…) Pero recuerda que tus sentimientos son únicos y sagrados. Y no digas a nadie lo que tiene que sentir.”
Pag. 43.- “Muero contigo porque sin ti, no sé morir.”
Pag. 45.- “Es posible que seamos la primera generación que se siente infeliz por no ser feliz.”
“Quien piense vivir siempre en una continua primavera, se sorprenderá cuando un día le atenace el invierno. Y, es probable, que muera de frío por no estar preparado para su llegada.”
Pag. 51.- “Partir de este mundo teniendo la oportunidad de hacerlo con todo resuelto, es un gran privilegio.”
Pag. 55.- “el dolor compartido crea una invisible red de solidaridad. Solidaridad para ayudarnos unos a otros a mantenernos en pie, cuando es el mismo dolor el que une.”
Pag. 71.- “La verdad es más fácil de asimilar que una mentira edulcorada. La verdad es un antídoto contra el miedo.”
“Es bueno que (el niño) vea llorar a los suyos, pues eso le indicará que es natural expresar los sentimientos. Y esto es importante para su presente y para su futuro.”
Pag. 77.- “Me da miedo despertarme cada mañana pensando que todo ha sido un sueño, y comprobar con tristeza, al abrir los ojos, que es verdad lo que soñaba.”
Pag.85.- “Recordar es hacer presente el pasado.”
“Las riendas de la vida del que se queda, se deben ir cogiendo para recorrer un nuevo camino. Es ahí, en ese nuevo sendero y transcurrido un tiempo prudencial, cuando permitirse recordar sanamente indica que el corazón va haciendo positivamente su trabajo. Ya el recuerdo, aunque emocione, no hace daño.”
Pag. 86.- “El ser humano se salta algo muy esencial en el proceso del duelo cuando elude la ceremonia fúnebre con un entierro anónimo.”
“Un funeral bien celebrado alivia el corazón de la familia, socializa el dolor y propicia la esperanza.”
Pag. 95.- “Gracias por hacerme descubrir que amar a una persona es, aprender la canción que hay en su corazón y cantársela cuando la ha olvidado.”
Pag. 97.- “Un diálogo sincero exorciza los temores y permite la sana despedida. Una despedida sincera es dolorosa, pero sanadora.”
Pag. 111.- “No nos equivoquemos, por muchos años y deterioro que acumule el ser humano, la vida merece la pena hasta el último segundo.”
Pag. 123.- “Benditos los que pueden vivir el recuerdo de sus difuntos en paz.”
Pag. 179.- “Siento que la fe da sentido a la vida y, por ende, da sentido también a la muerte.”
Pag. 187.- “Todo tiempo de crisis puede ser una oportunidad.”
Non solum sed etiam
Tras el confinamiento quedan muchos duelos por hacer, incluso los funerales están sujetos a unas normas que no permiten el abrazo, el llorar en el hombro del otro. Por eso, que una obra nos ayude a gestionar las múltiples situaciones de duelo que podemos acabar afrontando es de agradecer. En esta obra también se dan las pistas para un funeral como Dios manda, para cuidar esa socialización del dolor que tanto bien hace. Gracias Carlos por tu empatía y tu labor como sacerdote.