Un divertimento literario de Txenti García DON MATEO (Primera entrega)
D.Mateo es un sacerdote de 55 años. Lleva tres años destinado en la única parroquia de Villalagar. Ha pasado gran parte de su vida en misiones. A los pocos años de ser ordenado sacerdote solicitó permiso para incorporarse al grupo misionero en Ecuador. A su regreso estuvo dos años colaborando en la delegación de misiones y ayudando en una parroquia de la ciudad y hace tres años el obispo le destinó a Villalagar un pueblo cercano a su pueblo natal, Rastrojo del Páramo, así pudo atender y acompañar a su madre el último año de su vida. Tras la muerte de su madre decidió arreglar la casa cural de Villalagar y trasladarse definitivamente.
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
DON MATEO
Para entender la estructura y la tipografía del relato
He leído en alguna ocasión que un escritor es alguien que desnuda su alma. Puede que haya algo de eso. También he leído que todos tenemos tres vidas: la pública, la privada y la secreta. Se me ocurre pensar que la madurez quizá se va alcanzando progresivamente en la medida que cada uno es consciente de cada una de sus tres vidas.
Respecto del tema de las tres vidas. Ser consciente de que uno tiene tres vidas (la pública, la privada y la secreta) me parece un descubrimiento para cualquiera y ojalá un día mis hijos reflexionen sobre ello y sobre sus respectivas “tres vidas”.
La vida pública, entiendo por ello, la que es evidente, notoria, conocida por muchos. Forma parte de nuestra imagen exterior y responde a verdades y mentiras dadas y fabricadas ex profeso.
La vida privada es menos conocida, está restringida a un círculo de personas. Algunas de ellas son de las que saben de ti más de lo que tú crees que saben. La vida privada está cargada de triunfos y miserias. La vida privada conforma una gran parte de lo que somos en realidad.
Y la vida secreta. La vida secreta es, a mi modo de ver, la que solo conoce nuestra mente, nuestro corazón y solo Dios. Es la vida llena de verdades porque incluso cuando intentamos mentirnos a nosotros mismos en el fondo somos conscientes de qué parte de nuestro discurso es verdad y cuál mentira y a Dios, … a Dios no se le puede engañar.
La vida secreta es de las pocas cosas, sino la única que nos llevamos a la tumba.
Quizá las personas con dotes artísticas son las que, de forma velada, son capaces de llegar a hacer públicas sus vidas secretas sin dejar de llegar a ser secretas: unas pinceladas, o unos brochazos, una talla de madera, piedra o barro, o cualquier otro material maleable o moldeable, unos versos, una prosa, un pentagrama, una creación perenne o efímera, qué más da. Muchas obras de artistas conocidos o desconocidos encerraron en su día una parte de su vida secreta y la expusieron a la vista de todos sin traicionarse a sí mismos.
A través de los personajes de esta novela iremos conociendo una parte de sus vidas, verdades y mentiras, y a través del protagonista nos acercaremos al mecanismo de las tres vidas.
En cualquier caso, que nadie pierda de vista que esto es solo una novela, un texto literario, un ejercicio de escritura para disfrute de quien lo hace y de quien lo lea.
Espero que el lector de esta obra disfrute con la narración y si le sirve de “excusa” para reflexionar sobre sus tres vidas y sobre, quizá, algunos temas más, pues ¡objetivo conseguido! Y me congratulo de antemano.
Cap. 1 Domingo por la mañana
Lectura del Santo Evangelio según san Juan: “Dirigiéndose a los judíos que habían creído en él, dijo Jesús: si os mantenéis fieles a mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; así conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.” Palabra de Dios.
- Te alabamos Señor.
Queridos hermanos y vecinos. El Evangelio de hoy nos ofrece la clave de la libertad, de la verdadera libertad: esa clave es la Verdad. Pero, y como se preguntaba Pilatos: ¿Y qué es la verdad?
Para los cristianos la Verdad es Cristo, y así nos lo dejó dicho “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn. 14,6). Pero ¿por qué Cristo dijo que El era la Verdad? ¿Existe solo una verdad? ¿Pilatos y Cristo hablaban de la misma Verdad?
No toda verdad nos hace libres, pero, y aunque resulte un juego de palabras: solo nos hace libres la verdad.
Solo este pasaje daría para mil sermones pero no quiero retrasar el blanco o el vermut, aunque sí quiero que salgáis hoy con algo para rumiar a lo largo de la semana. Quedaos con estas tres preguntas: ¿Cuántos tipos de verdad hay en mi vida? ¿Cuáles me hacen libre de verdad?¿Acepto a Cristo como la Verdad de mi vida? …
El resto de la misa estuvo de sobra para muchos ese día, las tres preguntas de D. Mateo hicieron su efecto.
Al final de la misa D. Mateo levantó la mano buscando la atención de la feligresía:
- Antes de daros la bendición y de que salgáis escopeteados, un aviso: los que se preparan para la confirmación que se queden, que pasen a la sacristía. Y ahora sí, os imparto la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, podéis ir en paz.
D.Mateo es un sacerdote de 55 años. Lleva tres años destinado en la única parroquia de Villalagar. Ha pasado gran parte de su vida en misiones. A los pocos años de ser ordenado sacerdote solicitó permiso para incorporarse al grupo misionero en Ecuador. A su regreso estuvo dos años colaborando en la delegación de misiones y ayudando en una parroquia de la ciudad y hace tres años el obispo le destinó a Villalagar un pueblo cercano a su pueblo natal, Rastrojo del Páramo, así pudo atender y acompañar a su madre el último año de su vida. Tras la muerte de su madre decidió arreglar la casa cural de Villalagar y trasladarse definitivamente.
- Entrad en mi despacho.
Los cinco jóvenes que se preparan para la confirmación, tres chicas y dos chicos, pasaron al despacho mientras D. Mateo terminaba de guardar el cáliz y la patena y la ropa litúrgica. Cuando estaba colgando la percha con el alba en el armario se detuvo un momento, cerró los ojos y musitó para sus adentros:
“Señor, háblales tú a estos chicos a través de este, tu humilde siervo. Tienen madera de buenas personas, alguno a pesar de lo que tiene en casa, que tú bien lo sabes. Entiendo que tú me los has confiado, pero para acercártelos, para ponerlos a tiro. Bueno, yo voy, pero háblales tú, vale!‖
- Bueno chicos, quedan pocas semanas para la confirmación. El obispo vendrá al pueblo y os confirmará en la fe. Hemos repasado muchos temas sobre la figura de Jesús, sobre su Iglesia, y sobre lo que opina la Iglesia sobre muchos asuntos de la vida. Hoy quiero que dediquemos la catequesis a esas tres preguntas que he dejado caer para todos en la homilía. Tomad papel y boli, vamos a ir viéndolas poco a poco y el que quiera que escriba lo que le venga a la cabeza. A ver, Mónica, Elvira y Ania, tomad, Sergio y Lucas, tomad vosotros también. La primera pregunta era ¿Cuántos tipos de verdad hay en mi vida? A ver si puedo ayudaros. Hay verdades empíricas, científicas que las asumimos por demostrables. Son verdades que responden a las leyes de la naturaleza. Por otro lado hay verdades que yo llamaría de la vida. Serían las verdades relacionadas con el discurrir de la vida desde que nacemos hasta que morimos. Verdades que nos vinculan al resto de personas con las que nos cruzamos a lo largo de nuestra vida. A veces son verdades “relativas” pero que se convierten en verdades absolutas en la convivencia humana. Y un tercer grupo para mí serían las verdades de la fe. No tenemos evidencia empírica, no son verdades “relativas”, son verdades absolutas pero muy personales, o se toman o no se toman, no hay opciones intermedias. Son las verdades que nacen de la parte espiritual del ser humano. Os dejo un rato para que escribáis si queréis algunas de esas verdades que están presentes en vuestras vidas.
“¿Y en mi vida? En tu vida Mateo, ¿cuáles son esas verdades? No está bien que cargues a estos chiquillos y a tu feligresía con esas preguntas y no hagas tú el ejercicio de responderlas. Sí, aunque tu misión está en el ayudar a los demás a encontrar las respuestas a sus propias preguntas, tú no estás por encima de su condición humana, tú eres uno más entre ellos, aunque ungido para ser un ministro de Dios. Entre las verdades empíricas uno descubre con los años que hasta la ciencia se retracta de sus verdades y reconoce sus errores. La medicina no es una ciencia exacta y en la vida son muchas las cosas que las hacemos bajo la máxima de prueba/error. De las verdades de la vida puedo decir que hay tantas verdades como personas. El confesionario es un observatorio privilegiado para descubrir estas verdades. La propia vida también te aporta muchas de estas verdades relativas. Y de las verdades de la fe. Quizá no esté bien que lo diga, ni siquiera que lo piense, un cura, pero para mi cada vez son menos. Aunque sí puedo afirmar que las que quedan son más firmes.‖
Levantó la vista y fue observando a cada uno de sus pupilos.
“Mónica. Lleva ya el tercer folio escrito. 17 años muy bien puestos. Arropada por una buena familia. Un padre trabajador, cumplidor y hogareño, además de un cristiano devoto pero sin ser un meapilas. Su madre una mujer de campo, curtida, educada para ser madre de familia. Mónica quiere estudiar medicina. Seguramente las verdades empíricas no serán un problema para ella y las de la fe, hoy tampoco. Las de la vida, … habría que saber lo que ha escrito. Elvira. La semana que viene cumplirá los 17. Su padre se mató en accidente laboral hace dos años. Su madre no lo ha superado y la chiquilla … bastante tiene con aguantar a su madre. Un día tengo que sacarle el tema, tengo la impresión de que necesita explotar por algún lado con ese asunto.
Ania. Tiene 18 años y es muy buena peluquera. Está haciendo prácticas en la peluquería de Marisa y el otro día me atreví a ponerme en sus manos, y aunque solo sea un corte de pelo, ¡tiene unas manos la chiquilla!, y quedé muy satisfecho. Es la mayor de cinco hermanos y entiendo que quiera volar de casa lo antes posible. Al final sus padres por trabajar para sacarlos adelante han cargado sobre ella muchas horas del cuidado de sus hermanos. Me crea curiosidad saber cuáles han sido las verdades de la fe que ha recogido en sus papeles.
Sergio. Majo chaval aunque la vida no le está tratando bien. Sus padres regentan uno de los bares del pueblo, el Mesón, y él se ha criado en el piso de arriba escuchando de todo y a todas horas. Son gente honrada pero demasiada taberna para este chaval. Habrá que ver que pone entre las verdades de la vida.
Lucas. ¡Dios bendito, Lucas! Es hijo de Marcela, una de las prostitutas del local de carretera que hay a las afueras del pueblo. La primera vez que hablamos sobre Dios Padre creo que lo pasé yo peor que él. Su madre bien puede ser una de las que nos preceda en el Reino de los Cielos a cualquiera de los del pueblo.
- Bueno chicos, ¿necesitáis más tiempo? ¿Seguimos? Si, Sergio, te esperamos. Seguimos con la segunda pregunta: ¿Cuáles de esas verdades me hacen libre de verdad? Lo que intento es que os preguntéis sobre esas verdades, de las que habéis tomado nota en vuestros papeles, cuáles os hacen sentiros más libres. El saber y la certeza que da la ciencia y el conocimiento, las verdades que aunque relativas las aceptamos como absolutas porque nos ayudan a vivir en paz y armonía con los demás, las verdades de la fe, las que nos acercan a ese Dios Padre que no nos juzga, que nos perdona, que nos entiende como nadie. Bueno tenéis otro rato para escribir.
Y tu Mateo. ¿Qué verdades te hacen verdaderamente libre? Siempre me ha gustado saber, las verdades contadas por la propia naturaleza siempre me han subyugado sobremanera. Los fósiles y la historia que nos cuentan, el arte y todo lo que deja ver de Dios y del hombre, todo eso me ha dado muchos ratos de felicidad, pero de libertad … no sabría decirlo ni me atrevería a afirmarlo. Las verdades de los demás y con los demás, las verdades de la vida sí me han ayudado a vivir y a convivir, pero lo mismo que me han inspirado sentimientos de libertad también he sentido que me restaban libertad en otros momentos. Y las verdades de la fe. De esas sí puedo afirmar que me han dado libertad pero quizá paradójicamente he sentido la libertad cuando esas verdades eran más desafectadas de mi condición de sacerdote o incluso de cristiano. Cuando han sido las verdades de fe entre Dios y yo. Sin duda los años y todo lo vivido ayudan. Descubrir a Dios en los pobres de la Tierra fue un gran regalo en mi vida. De ellos aprendí las mejores lecciones de teología. La cristología aprendida y vivida entre los desheredados de la Tierra han marcado el resto de mis días y han sido un peldaño importante en mi camino hacia mi libertad.‖
- Bueno chicos, pasamos a la última cuestión: ¿Acepto a Cristo como la Verdad en mi vida? No busco un “SI” o un “NO” o un “No sabe no contesta”. Para vosotros esa pregunta se podría reformular de otra manera: ¿Acepto decir públicamente que Cristo es importantísimo en mi vida? O dicho más sencillo ¿De verdad quiero que la Iglesia me confirme en la fe? Lo que estáis escribiendo tenéis la libertad de dejarlo, de quedártelo, y os doy una tercera opción, cuando terminemos iremos a la Iglesia y tras rezar unos minutos yo pondré un pebetero donde podréis quemar vuestros papeles. De manera que solo Dios y vosotros sepáis lo que ahí se ha escrito.
“Tú también deberías haber cogido papel y boli. O ¿cómo piensas que quede registrado todo lo que estas pensando? Qué fácilmente pecamos de incoherencia o de falta de testimonio. Y tu Mateo. ¿Aceptas a Cristo como la Verdad en tu vida? Si. Sabes que Te acepto como la verdad en mi vida desde hace años. Desde aquella noche en Guayaquil, cuando tuve la vida de otro hombre en mis manos, o mejor dicho cuando tuve en mis manos la posibilidad de quitarle la vida a un hombre. Un mal hombre, sí, un maltratador, un desgraciado, pero un ser humano. Aquel segundo con el machete en alto es uno de los momentos claves en mi vida. Y gracias a que Tú estabas allí hoy no tengo que arrepentirme de haber cometido una atrocidad. Yo no le perdoné la vida, fuiste tú quien me la perdonó a mí. Desde aquella noche cada Eucaristía la vivo con una especial sensación de tu presencia. A veces precisamos de un cataclismo, de una desgracia personal para encontrarnos de frente contigo. Para descubrirte a ti en el otro.‖
- Bueno chicos. ¿Os ha resultado interesante la dinámica de hoy? ¿Qué queréis que hagamos con los papeles? Mónica, Elvira, Ania? Dí Sergio.
- Creo que si uno solo de nosotros quisiera quemarlo lo deberíamos hacer todos, y el que quiera contárselo a D. Mateo que quede con usted otro día.
- Bueno ya que todos asentís con la cabeza la propuesta de Sergio ¿vamos a la iglesia y quemamos los papeles? … perfecto. Voy a por el pebetero.
De cara al Sagrario D. Mateo y sus cinco jóvenes cogidos de la mano guardaron unos minutos de silencio, rezaron un Padrenuestro y mientras se iban quemando los papeles D. Mateo dijo:
- Señor, Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Te presento a estos cinco jóvenes que quieren ser testigos de tu Amor y tu Verdad. Hazles libres desde la Libertad de los hijos de Dios, que son libres hasta para negarte. Acompáñales en su camino y que tu Iglesia sepa acompañarlos en su Confirmación de la Fe. Que el Dios de la Vida, del Amor y de la Paz os acompañe siempre. Feliz domingo chicos.
Los jóvenes fueron marchándose y D. Mateo se quedó esperando a que las llamas consumieran aquellos papeles llenos de verdades.