Hoy saltaba la noticia a los medios, nadie se la podía callar, y menos Fidel Molina, diácono permanente y delegado de la Diócesis para el Programa Berakah.

Desde primera hora de la mañana y a través de los grupos de whassap Fidel Molina comunicaba la noticia a los casi 300 voluntarios y les animaba a participar en la fiesta que por la tarde se ha organizado en los  locales de Betania para celebrar este "milagro". 

A la fiesta acudirán los medios locales para poder inmortalizar el momento. 

La historia

Ayer por la mañana dos voluntarias estaban revisando, como es costumbre, las prendas de ropa que son donadas a Berakah. Esta tarea es importante porque la ropa no siempre llega en perfectas condiciones para ser entregada a los usuarios de Berakah. Si precisan un pequeño arreglo allí mismo se lleva a cabo, y si la ropa está muy deteriorada se desecha directamente. Esta tarea pone en valor la dignidad de las personas a las que se les entrega la ropa. 

Por otro lado esta tarea siempre depara alguna sorpresa, por lo general monedillas que quedan en los bolsillos de los abrigos y de los pantalones y que pasan a una caja de "donativos espontáneos".

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Pero ayer la sorpresa sería mayúscula. Aunque no en un primer momento. Una de las voluntarias encontró entre la ropa el décimo, y sin más lo dejó sobre la mesa que tenía a su lado. "Pensé que era un décimo que habían mirado ya y que no estaba premiado". Al poco su compañera se fijó en el décimo, y empezó a dar gritos como loca. La primera asustada le preguntó que qué le pasaba y entonces se dieron cuenta de que tenían en sus manos un billete ganador.

Inmediatamente llamaron a Fidel para comunicárselo, pero Fidel no cogía el teléfono. Entonces le mandaron un whassap y Fidel respondió. Se presentó en Betania y pudo comprobar que efectivamente era un billete de la Lotería de Navidad con el número agraciado. 

Se interesó por cómo había aparecido

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Y, claro la pregunta surgió de forma natural ¿Cómo así no os lo habéis quedado para vosotras?  La respuesta fue unánime: "No podríamos vivir con eso en la conciencia, ese billete no es nuestro es de Berakah"

Fidel cree en los milagros, así lo reconoce, y sin duda esto ha sido un milagro que hoy todos celebran.

Non solum sed etiam

Qué milagro más hermoso, sin duda sería. Pero como dice Fidel milagros en Berakah suceden cada día. Milagro es cuando el propietario de una vivienda la alquila a un emigrante o la pone en nuestras manos para el proyecto 13 casas. Milagro es cuando alguna de las personas que están en la residencia accede a las ayudas sociales, puede empezar a caminar por su cuenta y deja un espacio libre para otro que esté peor que él o que ella; milagro es recuperar la sonrisa de aquella persona que estaba atrapada en la prostitución y ha dado el paso de dejarlo, o el de la familia que con sus hijos llevaba días o semanas durmiendo en la calle y hoy tienen un techo y un plato de comida caliente; milagro es que que sigan llegando donaciones para mantener este proyecto en pie cada día; milagro son los casi 300 voluntarios.

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El gordo cae en Berakah cada día porque tenemos la suerte de compartir y de hacerlo para los preferidos de Dios. El gordo cae cada día en Berakah porque la gente da algo más valioso que el dinero, su tiempo, su cariño, su amor al prójimo. 

Hoy, Día de los santos inocentes, como cada año, Fidel Molina arranca una sonrisa a quien se cree su típica inocentada. Porque, aun cuando en el mundo que nos rodea suceden noticias que nos queman el alma, no por ello renunciaremos nunca a sacar una sonrisa, a apostar por la felicidad.

Si tu eres de los que se creyeron la noticia, felicidades; si eres de los que sospecharon que era una inocentada, felicidades; si eres de los que han llegado a leer todo felicidades, ya sabes ahora los milagros de Berakah.

Y para terminar, no olvido que esta jornada recuerda el asesinato de niños inocentes por orden de Herodes, por desgracia hoy, y no solo en la misma tierra donde se sitúan estos hechos, siguen siendo asesinados pequeños y mayores, inocentes de unas guerras que ni ellos provocaron ni nunca quisieron.