El fundador del hogar de Nazaret presenta su libro en Vitoria-Gasteiz Ignacio María Doñoro, el hombre al que la Providencia le llamó por su nombre

Ignacio María Doñoro, el hombre al que la Providencia le llamó por su nombre
Ignacio María Doñoro, el hombre al que la Providencia le llamó por su nombre

Tras ejercer como capellán de la Guardia Civil en Intxaurrondo y de las FFAA en Bosnia y Kosovo, pidió una excedencia para dedicarse a sus hijos de la Amazonía

Doñoro fue quien puso en manos de Benedicto XVI un tricornio de la Guardia Civil 

Este jueves 2 de febrero, a las 19:30 horas, en el Aula San Pablo del Obispado de Vitoria, calle Vicente Goikoetxea 5, presentará su segundo libro, “El Secreto es Jesús” el sacerdote bilbaíno Ignacio María Doñoro de los Ríos. Le acompañará el obispo de Vitoria Juan Carlos Elizalde. 

Doñoro es un sacerdote que se enamoró de Dios a los 18 años y desde entonces trabaja codo con codo con Él, o al menos así se desprende cuando habla “en plural”. 

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Un proceso de discernimiento vocacional tortuoso que le llevó de Burgos a Bilbao para acabar ordenándose sacerdote en Cuenca fue parte de su acrisolamiento sacerdotal que le iba preparando para lidiar con el dolor, el sufrimiento y las injusticias. 

Su disposición y predisposición de demostrarle a Dios su amor le llevó a aceptar retos y destinos desechados por la mayoría, como capellán de la Guardia Civil en Itxaurrondo o capellán de las Fuerzas Armadas en Bosnia y Kosovo.

Desde que regaló con cuatro años su camión de los bomberos al “Niño Jesús” la encarnación de Cristo en los más pequeños le tiene subyugado, así fue como acabó fundando una ONG para salvar a niños en riesgo de extrema pobreza abriendo casas en Tánger, Mozambique, Colombia, El Salvador y otros países. Desde hace unos años ha encontrado su Hogar de Nazaret en la Amazonía peruana, desde allí regresa a España para proclamar que Jesús de Nazaret sigue sufriendo, teniendo hambre, pasando frío, siendo violentado, “en el siglo XXI la pasión de Cristo continúa”… y que todos podemos hacer algo para remediarlo. 

Doñoro saltó a los medios de comunicación de forma anónima al ser quien pusiera en manos de Benedicto XVI un tricornio de la benemérita. 

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En su primer libro, El fuego de María hace un pequeño recorrido autobiográfico que permite al lector entender el camino que ha hecho este sacerdote, "nacido del fuego de María" y de la mano de Dios.

En una segunda parte de este libro se relata la génesis de su Hogar de Nazaret, un proyecto en el que Ignacio está ahora entregado en cuerpo y alma tras pedir su excedencia como capellán de las Fuerzas Armadas. Si la biografía personal de Doñoro está cargada de anécdotas curiosas, la historia del Hogar de Nazaret no es menos atractiva para el lector, es más adictiva a seguir leyendo.  

La tercera parte del libro son historias reales, duras, trágicas pero con un toque de esperanza, son historias donde la tragedia toma nombre y rostro.

En el segundo libro, el que presentará en Vitoria-Gasteiz, Doñoro expone su experiencia personal de amar a Dios y ser amado por Él, de su relación con la Virgen María y de cómo toda esa experiencia se concreta en su servicio a los más pobres.

Non solum sed etiam 

No es el primer cura free lance y todoterreno que conozco. Son muchos los sacerdotes que tras encajar difícilmente en estructuras organizadas sienten la necesidad de hacer en cierto modo la guerra por su cuenta, dicho esto no como crítica sino como constatación empírica. Son sacerdotes que suelen ser mirados a veces con recelo y otras con envidia dentro de su propio colectivo. Muchos tienen una ong con la que están vinculados, bien obra suya o bien un carro al que se han sumado. Dentro del espectro sacerdotal son un modelo de sacerdote que combinan acción y oración casi a partes iguales; viven una intensa pastoral social pero sin descuidar la sacramental; no son curas obreros pero curran y hacen de todo desde albañilería hasta macramé; viven muchas veces al límite, se juegan literalmente el pellejo en ocasiones y son misioneros de vocación, pero también con vocación de padre, de hermano mayor, y de sacerdote enamorado de Dios. Son como son y hacen su labor, ¿Qué más se puede pedir?

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