Coronavirus o Hambre la elección de los que nada tienen. (América II) Monseñor David, desde la Amazonía: “De nada sirve asustarnos y dejar de lado nuestras responsabilidades”
“Hay que lavarse las manos. Pero no como Pilatos, un lavarse las manos que nos hace ser responsables.”
“Distanciamiento social, pero no desentenderse del hermano necesitado.”
“Confinamiento. Vamos a ser obedientes, aprovechar este tiempo para crecer en familia, que es la base de la sociedad.”
“Confinamiento. Vamos a ser obedientes, aprovechar este tiempo para crecer en familia, que es la base de la sociedad.”
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
“Según el monitoreo realizado por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) las infecciones por coronavirus en los territorios amazónicos de los 09 países van multiplicándose día tras día. El Vicariato de Iquitos es, con unos 200 casos, la segunda jurisdicción eclesiástica de la Amazonía más golpeada, después de la Arquidiócesis de Manaos (Brasil), donde ya hay cerca de 500 infectados. La Amazonía de Brasil ya suma más de un millar de positivos.”
La semana pasada me llegaba este texto como cabecera de una información más detallada.
Por otro lado desde las procuras de Misiones Diocesanas Vascas se mantienen los canales de información abiertos para tener datos de primera mano de los efectos que el COVID-19 está teniendo tanto en Ecuador como en Angola, países donde se mantienen los vínculos.
La pasada semana pude conversar con amigos de Perú que me confirmaban algunas de las informaciones que están llegando a España sobre la situación en aquellos países.
Recogiendo todas las informaciones el panorama o la fotografía que desde aquí podemos hacernos, concretamente de los países de Latinoamérica, es:
La evolución de los contagios en estos países discurrirá de manera diferente a Europa. ¿Por qué? Porque la población no cumplirá las órdenes de confinamiento en sus casas. Y volvemos a preguntarnos ¿Por qué? básicamente por las siguientes razones: la indisciplina de la población se alimenta de la desconfianza en los poderes públicos y en los medios de comunicación; en unas culturas del contacto, del roce entre personas es muy difícil cambiar esos hábitos de la noche a la mañana; y, para muchos, una razón de peso es que vivir al día te obliga a salir de casa para conseguir o “plata” o comida, por lo que se repite la alternativa de los más pobres, o coronavirus o hambre.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es los servicios públicos tanto para la sanidad, la higiene, la limpieza de los espacios públicos, el funcionamiento de las fuerzas del orden, … cualquiera de estos servicios se verá desbordado con facilidad.
Y un último aspecto que tendrá su incidencia en la evolución de la pandemia es la calidad de vida, el nivel de defensas de los cuerpos, el acceso a medicamentos, la intervención de medicinas alternativas, ancestrales, aplicadas sin criterios ni testeo alguno.
El sacerdote vasco Paulino Ordax escribía a las misiones diocesanas vascas un texto del que entresaco estos párrafos: “Lo cierto es que en este momento Guayaquil es una ciudad en una situación de alto riesgo. A través de los vídeos que circulan en las redes, parece ser cierto, que los cadáveres de los difuntos están amontonados en salas, envueltos simplemente en plásticos negros. Pero también se pueden ver escenas de cadáveres abandonados en la calle porque nadie quiere hacerse cargo de ellos. Los familiares imploran que los saquen de las casa y oficialmente nadie responde.
Respecto a la situación de los hospitales aquí circulan dos versiones. La extraoficial, que posiblemente tenga algo de exagerado, que manifiesta que en los hospitales hay un colapso total. Son pocos médicos, mal pagados y algunos de ellos enfermos o ya difuntos. Lo cierto es que muchas personas necesitan ir al hospital y no pueden atenderles.
Sin embargo la versión oficial, sin mucha credibilidad, intenta transmitir ánimo. Hoy mismo se escuchaba en la radio, al viceministro de Gobernanza y Salud dando datos de los esfuerzos que estaban haciendo el ministerio para contratar nuevos profesionales de la Salud. Escuchándole daba la sensación de que ya empezaba a estar todo controlado. Me encantaría que fuera verdad.
Pero la cruda realidad es que desde que entró el nuevo gobierno de Lenin Moreno, siguiendo fielmente las indicaciones de Fondo Monetario Internacional, está siguiendo unas políticas neoliberales, diametralmente opuestas a las que él mismo ofreció en las elecciones generales que llevaron a su partido al poder. Pues desde entonces, todo su empeño, es empequeñecer el Estado. Está queriendo privatizar las empresas más rentables, las empresas que son fuente de ingresos para el Estado. También ha despedido a miles de funcionarios del Estado y entre ellos a cientos de profesionales de la salud, dejando los hospitales públicos en una pésima situación para afrontar esta pandemia.”
Otro misionero, Juan Ramón Echevarría, que se encuentra trabajando en la zona de San Isidro, en Ecuador, a través del whatsapp, me comentaba que “ahora se ponen de manifiesto con más evidencia la pobreza, la miseria, la injusticia, y el abandono de los más pobres.” JuanRa confirmaba la situación de Guayaquil como foco de la epidemia debido a la distancia de la realidad de los poderes públicos por un lado y la incredulidad de la población por otra. Por otro lado Guayaquil es una ciudad que ha visto crecer un cinturón de pobreza, de gentes llegadas de otros lugares del país y que viven hacinadas con problemas sanitarios previos al Coronavirus. “Cuando la pobreza es extrema y no hay condiciones de salud ni en los hospitales ni en las funerarias, el resultado es el que estamos viendo”.
Las personas que conviven con los misioneros vascos están cumpliendo las normas de confinamiento teniendo como referencia las medidas adoptadas en España y sabedores de las consecuencias que ya ha dejado el COVID 19 en Europa.
Y regresamos a la Amazonía para recoger el mensaje de esperanza grabado por el dominico vitoriano monseñor David Martínez, obispo de Puerto Maldonado. “ De nada sirve asustarnos y dejar de lado nuestras responsabilidades. Es cierto que se avecinan tiempos difíciles, que la vida nos ha colocado en nuestro sitio. Nos creíamos “todopoderosos”, se nos había olvidado nuestra vulnerabilidad, nuestra fragilidad. Pero vamos a salir adelante, porque Dios nunca abandona a su pueblo. Tenemos que confiar en Dios y en nuestras autoridades. Si buscamos el bien de todos, saldremos de esto.”
A continuación monseñor David recuerda tres reglas básicas para combatir la pandemia:
“Hay que lavarse las manos. Pero no como Pilatos, sino un lavarse las manos que nos hace ser responsables. Un distanciamiento social, pero no un desentenderse del hermano necesitado. Y tercero, el confinamiento. Vamos a ser obedientes, a quedarnos en nuestras casas. Y aprovechar este tiempo para crecer en familia que es la base de la sociedad.”
Non solum sed etiam
En algunos lugares de la Tierra la lucha contra las enfermedades conlleva una lucha más grande, es la lucha contra las injusticias, contra la pobreza, la miseria, contra el analfabetismo, contra los recursos precarios, contra la explotación de la tierra y las personas. Una pandemia no es un solo problema sanitario, es algo más complejo, que tendría que hacernos pensar y cambiar muchas cosas de este mundo. La solución no está en simples cálculos económicos, sino en compromisos humanos y humanitarios, que nazcan de la fe o de la pura filantropía, hoy eso es secundario, pero lo que no pueden dejar de ser es humanos.