Conservo un buen número de obras de teatro y entre los títulos de una colección que se la conoce como “pulga” el nº 428 corresponde a una obra de Vladimiro Cajoli titulada “Proceso a 4 monjas”. La curiosidad me ha llevado a leerla y he encontrado algunas frases que bien podrían pronunciarse en el caso de Belorado, aunque la trama ni de lejos nada tiene que ver. Pero me han chocado los siguientes párrafos:

“Puede parecer que todo sigue como hace siglos. Pero en el interior, y más que en el interior del convento, dentro de ellas, íntimamente, estoy seguro de que viven como si pertenecieran a otra congregación de la cual lo ignoro todo”.

Más de uno ha coincidido en comentar que tras la actuación llevada a cabo por estas mujeres, y en particular por la abadesa, era difícil reconocerlas como clarisas en su proceder.

“Monjas normales o monjas heréticas, pero monjas de verdad, obrarían de otro modo. Tendrían, creo yo, intereses menos prácticos, más en consonancia con las cosas del espíritu. Por lo tanto y para que me entiendas mejor, quítate de la cabeza la hipótesis de la herejía”.

Todo el turbio asunto económico las aleja nuevamente de esa condición de clarisas. Las hermanas de Vitoria estaban aguantando estoicamente  los impagos, por la paz de sus hermanas. Pero lo que las puso en alerta fue una premura en cambiar los términos del contrato de compraventa y la aparición de un misterioso y “desinteresado” benefactor. Por entre bambalinas aparentaba estar más el poderoso caballero “don dinero” que el Espíritu Consolador. 

“Si comprendiese el por qué, lo comprendería todo. En apariencia, desean hacernos ver que no son monjas como las otras. Impasibles, gentiles, tranquilas, como tú dices; pero casi como desafiandonos. Pues bien ¿Por qué no aprovechas esta disposición suya para avanzar algo más? Un convento ha de tener documentos, cartas de administración o como se llamen. Pídele a la Madre Fausta que te los enseñe. Según como reaccione ante tu petición como monseñor podremos orientarnos.”

Solemos decir que si las piedras hablaran cuántos secretos contarían. Las piedras no, pero seguro que hay escritos de los últimos años, diarios personales, correspondencias entre el fantoche de Rojas, el coctelero y la madre Abadesa que podrán desvelar cómo se ha llegado hasta aquí. ¡quien los pillara! quizá ayudaría a comprenderlo todo. 

Lo que hoy se dice que daría para una serie de Netflix otrora sería la trama para una obra de teatro, el Gran teatro del Mundo que como en el de Calderón de la Barca las pasiones humanas, las circunstancias de la vida cobran protagonismo y representan su rol. 

A la espera estamos de que se levante el telón otra vez y en breve podamos asistir a otro acto de este vodevil  con tintes dramáticos que acabe teniendo como título “Proceso a 3 monjas”.