La reacción de cristianos españoles ante el caso Rita Maestre
Lo que sucede es que además de cristianos somos ciudadanos como todos los demás y lo que queremos es una convivencia pacífica; pero esto sólo es posible cuando existe un respeto mutuo y se cumplen las leyes establecidas. Los católicos nos acogemos a la misericordia divina, pero tenemos también la obligación de luchar por la justicia para que se aplique siempre y para todos, sin fariseísmos oportunistas. Ambas cosas son compatibles con el Evangelio, donde se dice “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia” como “Bienaventurados son también los misericordiosos” (Mat 5; 6,7). En la defensa de la dignidad del hombre, en la que tan comprometidos estamos todos, también vosotros los laicistas, va incluido el respeto a las convicciones y sentimientos religiosos, tal como está reflejado en el artículo 524 del Código Penal. Por ello muchos cristianos nos sentimos orgullosos de quienes han tomado la iniciativa de denunciar ese lamentable hecho en el que tú interviniste, para que el juez aplique la ley sin acepción de personas y todos podamos sentirnos más protegidos y seguros; porque verás…
Imaginemos por un momento que se diera carpetazo al asunto y dijéramos: aquí no ha pasado nada, todo ha sido una broma de mal gusto. ¿En qué situación quedaría el estado de derecho? ¿No estaríamos abriendo la puerta a otros desmanes que ya apuntan por el horizonte? A lo mejor con una medida ejemplar te estamos protegiendo a ti misma de que un día se presenten en tu despacho un grupo de desalmados y te den a probar tu misma medicina, o quién sabe si aumentada y corregida. De modo que nuestro perdón lo tienes, pero por bien de todos, conviene que los protocolos se hagan conforme a derecho.
No quisiera acabar sin prestar mi apoyo a los abogados que han intervenido a favor de la causa cristiana, agradecérselo y acompañarles en su soledad y desamparo. No me gustaría tampoco acabar sin dejar una pregunta en el aire, para que sea respondida por quien corresponda. ¿Por qué las actuaciones pastorales unas veces son tan implacables y otras tan condescendientes y evasivas? Nunca mejor traídas aquellas palabras sabias según las cuales " para que el mal triunfe sólo hace falta que los buenos no hagan nada"