"¿Justicia canónica? Será Justicia celestial, porque la eclesial no existe". Ana Cuevas, la madre de Juan, víctima del 'caso Gaztelueta' y presidenta de la Asociación Infancia Robada, observa la sentencia canónica del caso de su hijo con perplejidad. Pese a la expulsión de su abusador, pese a que se constatan los abusos al mismo nivel que lo hizo el Tribunal Supremo, Cuevas lamenta que "después de batallar 14 años, han tardado 11 años en dar una resolución canónica al caso. Esto ya de por sí es maltrato".
"Son crueles, no mencionan la actuación de Silverio Nieto, de Ladaria y del Opus de encubrimiento, complicidad y persecución a la víctima y a su familia", cuestiona Ana, quien insiste en que la sentencia "no reconoce que hubo errores en la investigación, algo que reconocieron públicamente en su día".
"Nos han destrozado la vida y no les importa. Algún día lo pagarán, en esta o en otra vida. No tienen principios ni valores, no les importan ni los pobres, ni las mujeres, ni las víctimas de pederastia eclesial", subraya, tajante, Ana Cuevas.
"Hacen mucho daño. Seguiré creyendo en Dios, pero en la Iglesia ya no", recalca, sabedora que esta noticia "va a destrozar a Juan". "No reconocen las agresiones mas graves que sufrió mi hijo, porque no pudo contarlo desde el inicio, aunque desde el inicio quedó grabado que había mucho más y que en ese momento no podía contarlo".