El obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, mantiene el castigo de dos sacerdotes desde hace 5 y 3 años" Antonio Casado, sacerdote: "Las suspensiones cautelares de Rafael Vez y mía impusieron un régimen de sumisión y silencio cobarde"
"¿Cómo es posible que puedan permitirse este tipo de situaciones en la Iglesia?"
"Durante estos cinco años, a pesar de intentarlo en reiteradas ocasiones, no he conseguido que el Obispo me reciba para hablar con él"
"Mi situación y la del P. Rafael son un aviso a navegantes para clérigos, religiosos y seglares. Quienes no superen la tentación y hablen de lo que realmente ha pasado y pasa en el Obispado, corren el riesgo de ser represaliados, o arrojados directamente a la calle"
"Mi situación y la del P. Rafael son un aviso a navegantes para clérigos, religiosos y seglares. Quienes no superen la tentación y hablen de lo que realmente ha pasado y pasa en el Obispado, corren el riesgo de ser represaliados, o arrojados directamente a la calle"
| Antonio Casado, sacerdote
El día 26 de noviembre se cumplen tres años de cumplimiento de la pena de suspensión cautelar por el P. Rafael Vez acordada por el Obispo Zornoza. Cualquier persona con un mínimo de sensibilidad jurídica se preguntará cómo es posible que puedan permitirse este tipo de situaciones en la Iglesia.
El proceso canónico iniciado por el Obispo contra este sacerdote es por haber ejercido su legítimo derecho a expresarse libremente sobre cuestiones de ámbito público que aparecían publicadas en la prensa.
Quiero compartir esta reflexión sobre la situación en la diócesis de Cádiz y Ceuta, a propósito de la visita que harán los Obispos españoles próximamente para reunirse con el Papa Francisco, por si alguno de ellos tiene la amabilidad de hacérsela llegar.
Yo también estoy suspendido cautelarmente por el Obispo Zornoza. Mi situación se prolonga ya por más de cinco años. En todo este angustioso tiempo, y a pesar de intentarlo en reiteradas ocasiones, no he conseguido que el Obispo me reciba para hablar con él.
No entiendo la forma inmisericorde de ejercer la autoridad y el poder en la diócesis de Cádiz y Ceuta durante estos últimos doce años. Se cuentan por cientos los casos a los que puede aplicarse el dicho de que “toda obra buena tiene su justo castigo”. Y esto no es nuevo ya que hemos de recordar que el diablo le propuso a Adán y Eva en el paraíso “ser como dioses”.
Todas las desviaciones de poder y arbitrariedades tienen su origen en el deseo de gobernar siendo como dioses. Es una tentación continua a la que están sometidos los que tienen poder. Jesucristo también quiso sufrirla y permitió la propuesta del “te daré poder sobre todo esto que ves si me adoras”. La gran diferencia es que Jesucristo, perfecto hombre, la superó. Sin embargo, quienes dicen representarlo siguen queriendo ser como dioses.
Las suspensiones cautelares del P. Rafael y la mía han provocado, en parte, los efectos pretendidos por el Obispo Zornoza: imponer un régimen de sumisión y silencio cobarde a quienes sientan la tentación de hablar y decir la verdad. No parece una forma justa de gobernar.
Agradezco con estas líneas a todas las personas que de forma privada me envían mensajes de apoyo y solidaridad; muchas de ellas tienen vínculos laborales o pastorales con el Obispado de Cádiz y Ceuta y entiendo el miedo atroz que tienen a alzar la voz para no despertar la furia del Obispo Zornoza contra ellas.
Mi situación y la del P. Rafael son un aviso a navegantes para clérigos, religiosos y seglares. Quienes no superen la tentación y hablen de lo que realmente ha pasado y pasa en el Obispado, corren el riesgo de ser represaliados, o arrojados directamente a la calle. Valga como ejemplo este sucedido del que fui testigo directo.
El Obispo Zornoza trató de enviar como capellán del Hospital de Puerto Real al P. Rafael, a sabiendas de la fragilidad de su salud, en plena pandemia del covid. Ni los directivos del Hospital podían dar crédito a semejante despropósito. Nada nuevo en la historia de la Iglesia. Hay precedentes bíblicos sobre este modo de actuar. Basta recordar que el Rey David mandó a Urías, llevando en sus manos un escrito firmado por el mismo rey, a la primera línea del frente de batalla para premiarle con una muerte segura, por intenciones espurias.
Estamos próximos a la Navidad. Celebraremos que Dios se hizo hombre y vino a la tierra para enseñar a los gobernantes y poderosos de la tierra, también a los de la Iglesia, que gobernar es servir sin querer ser como dioses.
Etiquetas