Segundo encuentro de Laicos y Laicas de la Zona Sur. Metrenco Junio 2019 Crisis de la Iglesia: ¿Empecemos nuevamente desde nuestras parroquias? ¿Es posible?
La polémica respecto a la crisis de la Iglesia (católica principalmente) generada por el destape de abusos y crímenes, pareciera haberse radicado en torno a su jerarquía, falencias de un modelo organizacional medieval fenecido, y negación de su sentido de misión y servicio.
En consecuencia… ¿debe ser nuestra principal preocupación, dedicación, y asignación de recursos, el regenerar-crear una nueva “institucionalidad-Organización”?
| Felipe González Clarke
Estimado Enrique:
A modo de introducción agradezco tu invitación al encuentro teológico de Metrenco del mes pasado y tu documento propositivo respecto a las sugerencias a la “IV Comisión de Formación del Laicado” que se desprende del análisis y diálogo sobre el documento final del Sínodo Auto-convocado de Laicos y Laicas (Santiago Enero 2019).
Al mismo tiempo, respecto a la crisis de nuestra iglesia y su reforma, concuerdo contigo que “…la dificultad y desafío no están tanto en el “qué”, en el “por qué” ni en el “para qué” (creo que ya están bastante delineados en el Documento de Trabajo), sino en el “cómo”.
Asimismo me asiste la convicción que el tema que te entusiasma y lo comparto, Teología de la Liberación, y el tema que te ocupa desde años a la fecha, la “formación de la espiritualidad de los laic@s” son los escenarios en los que se desarrollará la ortopraxis de “ese cómo”. En ese sentido pienso que tus sugerencias y sobre todo tu experiencia son un gran aporte, y me decepcionaría que no hubiera reacciones por parte de sus lectores, y un largo continuará de intercambio de aportes.
Por otra parte, buscando aplicar una “mirada de vaso medio lleno” esto es, una mirada positiva sin caer en la ingenuidad intrínseca en todas nuestras aspiraciones, y estando atento a sus dificultades, confieso mis dudas o temores respecto a los horizontes de acción de nuestra mirada. Un enfoque “intra-Iglesia” o “una Iglesia en salida que arriesga”. Intentaré explicarme.
La polémica respecto a la crisis de la Iglesia (católica principalmente) generada por el destape de abusos y crímenes, pareciera haberse radicado en torno a su jerarquía, falencias de un modelo organizacional medieval fenecido, y negación de su sentido de misión y servicio. En consecuencia… ¿debe ser nuestra principal preocupación, dedicación, y asignación de recursos, el regenerar-crear una nueva “institucionalidad-Organización”?, Cristo no la necesitó; ¿esperamos realmente que ello nos devolverá a los “católicos” el sentido de Misión perdido?
Si entendemos como “pueblo de Dios” lo definido por Vaticano II, y la teología de la liberación (Gutiérrez, Segundo, Boff, Comblin y tantos otros que nos abrieron el camino), … ¿cuándo el pueblo real y sufriente de los “descartados”, marginados, segregados, sin techo, sin tierra, sin trabajo, sin educación, sin salud, sin esperanza, verá en sus “hermanos mayores, los más afortunados y privilegiados” una actitud de trabajo, conducta y generosidad que apunte a la construcción de una comunidad organizada y dispuesta a reparar una estructura de poder vertical y ambiciosa que ha generado esta “economía que mata” y que nos ha transformado en una “sociedad de mercado donde techo, tierra, trabajo, educación, salud… se han transformado en mercancía de trueque y especulación?... donde “el culto a la libertad (individualismo), ha devorado los principios que animan las virtudes de justicia, equidad, solidaridad y misericordia que sustentan toda sociedad sana y que tan nítidamente propicia la construcción del REINO!,… ¿no son éstas las virtudes en que debe fundarse nuestra “reconversión” personal para que pueda ser social, a las que Francisco con tanta fuerza y convicción nos llama (E.G. y LS) si queremos ser verdaderos discípulos de Cristo?
¿No fueron éstas las virtudes que inspiraron los movimientos eclesiales de base durante los 50´s (P. Hurtado), los 60´s (JXXII; Mons. Larraín, Mons. Helder Camara), CELAM de los 70´s, que la romana curia desmanteló en los 80´s y 90´s y sigue obstaculizando?, ¿podrá haber una reforma exitosa de la Iglesia sin una radical reforma socio-cultural?
Si las Bienaventuranzas de Cristo tuvieron, en mi opinión, un fundamento para la acción y no solo una promesa, es decir justicia, equidad, solidaridad y misericordia AHORA!... fue porque envió a sus 12, y luego a sus 72, … de dos en dos… a cumplirlas…! a dar de comer al hambriento, a dar de beber al sediento, a curar al enfermo, proteger a las viudas, los niños y ancianos! No al estudio de las escrituras!!! ¿hemos sido fieles, lo hemos hecho?
Ver, juzgar y actuar sobre las sombras y oscuridades de ÉSTA realidad de social actual (P: Hurtado “es Chile un país católico?”), la nuestra, para abrir espacio a la construcción del Reino, requiere, en mi opinión, formación para el discernimiento (leer los signos de los tiempos), sin el cual es difícil tomar conciencia (sentir con el otro) comprender las responsabilidades (compromiso) que debemos asumir para ser consecuentes con nuestras convicciones (honestos), lo que a su vez constituye requisito para una acción disciplinada, coherente, perseverante, generosa, solidaria, en la misión de co-constructores del Reino.
¿Están dichas virtudes y esta secuencia implícita en la metodología y objetivos de formación de nuestros consagrados?, ¿de nuestros empresarios?, ¿de nuestros profesionales?, ¿de nuestros trabajadores?, ¿en nuestras escuelas y universidades?, ¿en el Gobierno del Estado y sus tres poderes?, ¿cómo empezamos un movimiento desde abajo?, ¡sin obsesionarnos con las metas, o lentitud del progreso, sino con nuestra perseverancia, coherencia y transparencia en el actuar, sin importar el tiempo que nos tome!, ¿empecemos nuevamente desde nuestras parroquias?, ¿es posible?
¿Cómo podemos incorporar estos objetivos en los procesos de reconversión y formación de laic@s?...
Aún no tengo todas las respuestas… pero el desafío sinodal a lograrlo me convoca con pasión a participar, dispongo de energías, y sentido de búsqueda… para lograrlas!
Un abrazo con afecto.
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