Sobre la participación de Crismhom en la marcha del Pride+ en Madrid "Dios bendice y ama a las personas con VIH"

Grupo de Crimshom en la Pride+
Grupo de Crimshom en la Pride+ CRISMHOM

Por primera vez en su historia, una de las entidades que se integró en esta marcha estatal es una entidad cristiana ecuménica, CRISMHOM (comunidad  cristiana LGTBI+H de Madrid)

CRISMHOM, como recién llegada, caminó en último lugar cerrando el recorrido, un  puesto muy evangélico y muy simbólico: al final de la marcha, como recogiendo a  quienes se quedaban atrás, a quienes les cuesta seguir al ritmo de los otros, en el  lugar evangélico de la humildad, mirando al que sufre desde abajo, desde el servicio,  del que lava los pies cansados y sucios como lo hizo Jesús

CRISMHOM no es una ONG sin más, es el rostro y las manos de Jesús en el  colectivo LGTBIQ+

El pasado sábado, 19 de octubre, tuvo lugar en las calles del centro de Madrid  la III Marcha estatal en defensa de los derechos y la dignidad de las personas con  VIH, que congregó a unas 5.000 personas caminando juntas bajo el lema "Nuestras  vidas rompen prejuicios, rompe el estigma".  

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Organizado por Cesida y con la participación de entidades de toda España  que trabajan en favor de las personas con VIH, ONGs, agrupaciones de pacientes,  familiares, investigadores, personal sanitario, activistas sociales, etc. Muchas de  esas personas forman parte del colectivo LGTBIQ+, uno de los más afectados por la  pandemia que se inició en los años 80 y que se cobró alrededor de treinta y seis  millones de víctimas antes del descubrimiento de la medicación actual, que convierte la presencia del virus en sangre en indetectable e intransmisible por  ninguna vía.  

Cabecera de la manifestación
Cabecera de la manifestación CRISMHOM

También muchos eran supervivientes de largo recorrido, que padecieron los  primeros años de angustia mientras se experimentaba con diversos tratamientos y  ninguno parecía acertar con la solución al desarrollo del virus que provocaba el Sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) con resultado de muerte. Otros  participantes de la Marcha eran recién diagnosticados, porque aunque ya no se  hable tanto del tema, sigue la expansión de los contagios, calculándose que en  España hay unas 150 mil personas diagnosticadas. 

Por primera vez en su historia, una de las entidades que se integró en esta marcha estatal es una entidad cristiana ecuménica, CRISMHOM (comunidad  cristiana LGTBI+H de Madrid) 

Fundada hace 18 años, acoge y trabaja con personas del colectivo, personas  aliadas y sus familias para tender puentes entre las iglesias cristianas y el colectivo  LGTBIQ+. Es una voz profética de los valores espirituales y cristianos desde la  perspectiva de la diversidad de la orientación sexual y la identidad de género.  CRISMHOM, como recién llegada, caminó en último lugar cerrando el recorrido, un  puesto muy evangélico y muy simbólico: al final de la marcha, como recogiendo a  quienes se quedaban atrás, a quienes les cuesta seguir al ritmo de los otros, en el  lugar evangélico de la humildad, mirando al que sufre desde abajo, desde el servicio,  del que lava los pies cansados y sucios como lo hizo Jesús.  

Entre los participantes de la comunidad de CRISMHOM había socios y socias,  simpatizantes, familiares y algunos miembros de la nueva Junta Directiva (presidida  por primera vez por una mujer, Ana Díaz). Con este gesto solidario y valiente están  marcando de forma visible el talante de esta nueva etapa de CRISMHOM: el ser  testimonio del Evangelio en medio de la sociedad, del colectivo arcoíris y de las  diversas Iglesias, incluida la Católica; al estilo del Buen Samaritano, con acciones  reales y concretas de apoyo a los más vulnerables. Así lo pide el seguimiento de  Jesús, en quién creemos y a quien queremos hacer presente en nuestro mundo y  en las diversas realidades donde CRISMHOM está a través de sus miembros.  

Quiere caminar al estilo del evangelio y ser testimonio del amor misericordioso de  Jesús en realidades difíciles: afrontar, acompañar y denunciar el acoso homo transfóbico que sufren los creyentes LGTBIQ+ dentro de algunas comunidades  cristianas; acoger y caminar con las personas creyentes con VIH, que pueden sufrir  por su condición serológica y el miedo a ser descubiertos en sus comunidades de fe; apoyar a víctimas LGTBIQ+ de abuso sexual y de poder en ámbitos religiosos

La comunidad y su nuevo equipo motor tienen ante sí muchos retos y  objetivos apasionantes, pero creo que algunos deberían tener prioridad si la entidad  quiere caminar al estilo del evangelio y ser testimonio del amor misericordioso de  Jesús en realidades difíciles: afrontar, acompañar y denunciar el acoso homo transfóbico que sufren los creyentes LGTBIQ+ dentro de algunas comunidades  cristianas; acoger y caminar con las personas creyentes con VIH, que pueden sufrir  por su condición serológica y el miedo a ser descubiertos en sus comunidades de fe; apoyar a víctimas LGTBIQ+ de abuso sexual y de poder en ámbitos religiosos, a  migrantes o refugiados por razones de orientación sexual o de género, a creyentes  con disforia de género, a personas LGTBIQ+ en situación de marginación, de calle o atrapadas en el mundo de la prostitución; sirviendo como red de rehabilitación  para quienes en el colectivo luchan para superar adicciones.  

CRISMHOM no es una ONG sin más, es el rostro y las manos de Jesús en el  colectivo LGTBIQ+, un Jesús que se pregunta cuando ve las realidades de  sufrimiento dentro del colectivo, "¿a quién enviaré, quién irá por nosotros?" (Is. 6,8).

En la marcha del sábado por la dignidad de las personas con VIH había  quienes todavía recuerdan los conflictos entre la Iglesia Católica (y otras iglesias) y  las agrupaciones de seropositivos junto a los que luchaban por sus derechos, como  Act Up en Estados Unidos. La oposición al uso del preservativo como medio de frenar  los contagios, la consideración del virus como un castigo divino por parte de algunos  sectores conservadores, con tremendas soflamas apocalípticas que angustiaban a  los portadores del virus durante los primeros años de la pandemia del Sida, crearon  un abismo que parecía insalvable entre las comunidades cristianas y los colectivos  activistas del VIH. Por eso creo que la participación de CRISMHOM ese sábado es  un hecho histórico, lleno de un significado simbólico que marca una nueva etapa. 

Sería muy hermoso que el año que viene, en la cuarta Marcha, se unieran más entidades cristianas, parroquias, movimientos… que se integren a esta marea de apoyo a las personas con VIH en España

Es el momento de dejar atrás desconfianzas mutuas y miradas reticentes: es  el momento de abrazarnos, caminar juntos y poner en el centro la lucha contra todo  tipo de estigma y discriminación a las personas con VIH, y de apoyar los esfuerzos  mundiales en encontrar lo antes posible una cura que libere a los pacientes de esta  carga viral que de por vida marca su estado de salud, y cuya medicación sigue  teniendo importantes efectos secundarios. Cualquier persona y entidad que quiera  incorporarse a este itinerario de esfuerzo, reivindicación y solidaridad activa tiene  que ser bienvenida y sentirse parte de esta movilización social y comunitaria, que  no olvida a los que han ido quedando atrás, a los que no llegaron a tiempo a los  descubrimientos médicos que empezaron a salvar vidas, pero que por desgracia no  acabaron con el imaginario negativo asociado al virus y que aun genera el peso de  la discriminación y el miedo al rechazo. 

Sería muy hermoso que el año que viene, en la cuarta Marcha, se unieran más entidades cristianas, parroquias, movimientos… que se integren a esta marea de apoyo a las personas con VIH en España.  

Gracias, CRISMHOM, por querer ser parte de este camino, por querer ser  parte de este proyecto solidario, por aportar tu granito de arena para un mundo  mejor. La presencia de Dios, que bendice y ama a las personas con VIH y a los  grupos, asociaciones y entidades que trabajan por sus derechos y su dignidad  siempre ha estado ahí, como una fuerza de amor contra todo desaliento, pero gracias  a CRISMHOM ese amor de Dios incondicional se ha hecho un poco más visible.

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