"Lo que se espera de la Iglesia, sobre todo es, nuestra defensa de los pobres, de acompañarles en su vida" La Justicia respalda al cura de Cañamares en su cruzada por la dignidad del joven sin techo multado en pleno Estado de Alarma
"Comunicamos con gran alegría y gozo, P., la persona sin hogar, D. Mariano –nuestro abogado- y un servidor, que hemos ganado el juicio del contencioso-administrativo a la Subdelegación del Gobierno en Cuenca, con sentencia firme donde no hay recurso para la impugnación según la sentencia del juez"
"Quizás no nos haya quedado más remedio en esta lucha por parte nuestra de llegar hasta donde hemos tenido que llegar; y por parte de las autoridades civiles les haya sobrado arrogancia y orgullo, han tenido poca cintura política y falta de diálogo"
| Francisco Javier Gómez Ortega, Párroco de S. Millán Abad de Cañamares (Cuenca)
Marcos 2,1-12
Después de algunos días entró [Jesús] de nuevo en Cafarnaún y se corrió la voz de que estaba en casa. Acudieron tantos que no cabían ni delante de la puerta.
Jesús se puso a anunciarles la Palabra. Le llevaron entonces un paralítico entre cuatro. Pero, como no podían llegar hasta él a causa del gentío,
levantaron la techumbre por encima de donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla en que yacía el paralítico.
Jesús, viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:
—Hijo, tus pecados te son perdonados.
Unos maestros de la ley que estaban allí sentados comenzaron a pensar para sus adentros: «¿Cómo habla este así? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?».
Jesús, percatándose enseguida de lo que estaban pensando, les dijo:
—¿Por qué pensáis eso en vuestro interior? ¿Qué es más fácil? ¿Decir al paralítico: «Tus pecados te son perdonados»; o decirle: «Levántate, carga con tu camilla y vete»? Pues vais a ver que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder para perdonar los pecados.
Entonces se volvió hacia el paralítico y le dijo:
—Levántate, toma tu camilla y vete a casa.
El paralítico se puso en pie, cargó enseguida con la camilla y salió a la vista de todos, de modo que todos se quedaron maravillados y daban gloria a Dios diciendo:
—Nunca hemos visto cosa igual.
Con este evangelio de Marcos comunicamos con gran alegría y gozo, P., la persona sin hogar, D. Mariano –nuestro abogado- y un servidor, que hemos ganado el juicio del contencioso-administrativo a la Subdelegación del Gobierno en Cuenca, con sentencia firme donde no hay recurso para la impugnación según la sentencia del juez.
Ha sido una lucha intensa desde el martes santo -30 de marzo de 2021- hasta el día de hoy, donde hemos pasado por periodos duros de soledad, dudas de nuestra defensa, incomprensiones… Por mi parte, he tenido sentimientos paradójicos y encontrados: por una parte sentía compasión de D. Juan Rodríguez Cantos, Subdelegado del Gobierno en Cuenca, por lo mal que lo estaría pasando a nivel personal, como su familia y su círculo de amistades; y por otro lado de indignación por la forma que fue ninguneado P., la persona sin hogar, y un pobre cura de unos pueblos de la España olvidada de la Serranía de Cuenca, y del trato poco humano que recibió en Villanueva de la Jara (Cuenca). Quizás no nos haya quedado más remedio en esta lucha por parte nuestra de llegar hasta donde hemos tenido que llegar; y por parte de las autoridades civiles les haya sobrado arrogancia y orgullo, han tenido poca cintura política y falta de diálogo.
Lo que se espera de la Iglesia, sobre todo es, nuestra defensa de los pobres, de acompañarles en su vida, de intentar hacer procesos de sanación con ellos, como nos narra Marcos en el principio de su evangelio con la curación del paralítico: “Levántate, toma tu camilla y vete a casa”. Que vuelvan a tener confianza en ellos, de poder rescatarlos de la calle, que vuelvan a nuestra sociedad con dignidad, que recuperen su ciudadanía, son personas valiosas. Todas aquellas personas que sanemos en situación de marginación y exclusión social, serán una solución, un problema menos social y en la convivencia. ¿Cuándo se van a dar cuenta de esto nuestros políticos y las instituciones del Estado?
Todas aquellas personas que sanemos en situación de marginación y exclusión social, serán una solución, un problema menos social y en la convivencia. ¿Cuándo se van a dar cuenta de esto nuestros políticos y las instituciones del Estado?
Como Iglesia tenemos que recuperar esta palabra de compromiso social en nuestro mundo de hoy, empezando por nuestros obispos. Desde el acompañamiento y la lucha por los más pobres nuestra palabra como Iglesia será significativa. El gran peligro que tenemos si no vamos en esta línea, sobre todo en la sociedad europea y española, es quedarnos reducidos a un grupo folclórico que viste y desviste santos, que se disfraza en Semana Santa. La palabra de la Iglesia en nuestras sociedades del siglo XXI sigue siendo importante, tiene una valía moral enorme, siempre y cuando estemos convencidos todos los bautizados y como Iglesia de bautizados, que tenemos que seguir a Jesús, dar signos claros de acompañamiento y sanación de las personas más heridas y excluidas de nuestra sociedad como hizo Él.
Dar las gracias a todas personas que durante este tiempo nos habéis acompañado, nos habéis ayudado, nos habéis dado vuestro apoyo moral, ha sido muy importante para nosotros. Sobre todo, dar las gracias a Dios por haber escuchado nuestras súplicas, por todas las oraciones a Dios de tanta gente durante este último tiempo, la oración de intercesión, de rezar unos por otros es importante. ¡Gracias a todos y todas!
Dar las gracias a Religión Digital por su apoyo y publicación de las distintas cartas enviadas por nosotros. Ningún medio de comunicación de la provincia de Cuenca y de la región de Castilla-la Mancha se ha atrevido a publicar la noticia. Gracias por la valentía de Religión Digital.
Dar las gracias a Religión Digital por su apoyo y publicación de las distintas cartas enviadas por nosotros. Ningún medio de comunicación de la provincia de Cuenca y de la región de Castilla-la Mancha se ha atrevido a publicar la noticia. Gracias por la valentía de Religión Digital.
Dar las gracias especialmente a D. Mariano, nuestro abogado, por todo el celo que ha puesto en defender a P., la persona sin hogar, por su dedicación, su diligencia en su trabajo, y porque el lunes 14 de junio durante el juicio estuvo de 10. Concluyo con las palabras que D. Mariano nos ha dado la buena noticia esta mañana de jueves: “Dice el Proverbio 31:9-11: ¡Levanta la voz y hazles justicia!¡Defiende a los pobres y necesitados! Como verás el Juez se acoge a la concurrencia de necesidad. Estima el recurso y DECLARA NULAS LAS RESOLUCIONES IMPUGNADAS. (Que no se le olvide a P. mi cuchara, son mis honorarios). Un abrazo y de verdad me he alegrado mucho”. Que la cuchara con madera de olivo que como honorarios te hará P. sea un sacramento de la vida, símbolo que la justicia hacia los más pobres es posible, y que el dicho que “el pez grande se come al pequeño” no siempre es cierto. Siempre te estaremos agradecidos D. Mariano.
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