Se encuentra en Abu Dabi celebrando el aniversario de la firma Miguel Ángel Ayuso: "El Documento de la Fraternidad nos recuerda que hay que tener el coraje de conocer al otro"
Ha invitado a "todas las tradiciones religiosas a entrar en este proyecto de promover esta fraternidad en vista de la paz y por la convivencia común"
El cardenal ha llamado a "vivir nuestra vida de relación como ciudadanos y como creyentes en un espíritu de sinceridad de nuestras intenciones"
| Bernadette Mary Reis
(Vatican News).- El cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, está en Abu Dabi en las celebraciones del primer aniversario de esta histórica firma.
¿De qué trata este Documento, qué pide en concreto la Declaración a las religiones del mundo?
En primer lugar estoy muy muy contento de haber tenido la posibilidad ayer de celebrar en un modo muy sencillo, pero al mismo tiempo solemne, el primer aniversario del documento de la fraternidad humana. Lo que hemos vivido ayer significa que este ideal, que el Papa Francisco junto al gran imán han propuesto al mundo el año pasado, con el compromiso que han querido manifestar a través de la firma que pusieron en el documento, es un dedicarse con toda la capacidad que ellos tienen, e invitando a todas las tradiciones religiosas a entrar en este proyecto de promover esta fraternidad en vista de la paz y por la convivencia común.
Todas las religiones están comprometidas y tienen que estar llamadas a promover este espíritu. Aunque este momento histórico ha ocurrido en Abu Dabi, el contenido de la Declaración es un contenido universal. Es importante que se haga un llamamiento a todos los creyentes que pertenecen a distintas tradiciones religiosas para que nos embarquemos todos en esta barca, con el deseo de que, en este mar, tantas veces encrespado, podamos llegar a la serenidad y a la paz, de ver que como seres humanos y creyentes somos capaces de transformar el mundo.
¿Las religiones deben transformarse para alcanzar esta fraternidad humana?
Tenemos que estar siempre bien fundamentados en nuestra tradición religiosa, sin renunciar a nada. No podemos llegar a decir nunca que todas las religiones sean iguales, caeríamos en un relativismo, en un sincretismo religioso. Lo importante de este mensaje que el Papa junto al gran imán nos han transmitido es no el de unificar sino de reconocer que en el mundo hay muchas religiones y que humanamente hablando, no como creyentes sino sobre todo como ciudadanos, viviendo en una única plataforma que es la de nuestra humanidad, nosotros trabajamos juntos para promover un mundo mejor. En el espíritu de lo que el Papa Francisco declaró cuando visitó El Cairo hace un par de años o tres, para hablarles a los participantes de la Conferencia Internacional por la Paz que tuvo lugar en Al-Azhar, que es muy importante permanecer bien radicados en nuestra propia identidad, pero que hay que tener el coraje de conocer al otro, salir al encuentro de los demás y de vivir nuestra vida de relación como ciudadanos y como creyentes en un espíritu de sinceridad de nuestras intenciones.
Cada religión tiene sus ideas sobre el Señor, sobre Dios, tiene sus tradiciones. ¿Cómo es posible trabajar juntos para realizar la Fraternidad humana si hay diversas ideas de Dios?
Bueno tengamos presente que nosotros todos adoramos el Dios Único, pero lo creemos de manera diferente. El hecho de reconocer un Dios y que Dios es Uno, nos permite situarnos no en la dimensión religiosa sino en la dimensión humana, como creyentes, pero también como seres humanos. De manera que podamos entrar en un proyecto no de confrontación uno frente al otro para discutir sobre cuestiones religiosas o dogmáticas, sino para reconocernos creyentes, pero al mismo tiempo ciudadanos y de decir ¿por qué no caminamos juntos, por qué no miramos hacia delante y nos ponemos uno al lado del otro para caminar y mejorar el mundo en el cual vivimos? Y aquí sinceramente hablando a pesar de nuestras diferencias y sin crear ningún tipo de sincretismo tenemos una gran responsabilidad religiosa a cumplir.