¿Guadalupe para Roma? Obispos ineducados (y con miedos)

Virgen de Guadalupe
Virgen de Guadalupe

"Se trata de un diagnóstico, entre tantos, sociológico- espiritual- religioso que, siempre con buena voluntad, formulan muchos en la actualidad acerca de la salud de parte importante del episcopado oficialmente integrado en las siglas de la CEE"

"En Roma hay muchos papas a quienes le profesan miedos cervales los obispos diocesanos. Así las cosas, y teniendo presente que estilos episcopales como el 'rouconiano', imprimió e imprime, carácter a perpetuidad, lanzo un par de preguntas"

"¿Cuánto hay que pagar para redimir el Santuario-Monasterio de la Virgen de Guadalupe, Patrona de Extremadura, para que con todas sus consecuencias -también jerárquicas- pertenezca canónica y administrativamente a la Provincia Eclesiástica extremeña, todavía sin otro AVE que el gregoriano, en latín y en el marco estacional de sus piadosas letanías e invocaciones?"

"¿Cuánto, cómo y a quién hay que abonarle la cantidad estipulada, en función de lo que genera el culto prestado a la Virgen en su guadalupeño santuario mariano?"

(Se trata de un diagnóstico, entre tantos, sociológico- espiritual- religioso que, siempre con buena voluntad, formulan muchos en la actualidad acerca de la salud de parte importante del episcopado oficialmente integrado en las siglas de la CEE)

Lo de que los obispos, por serlo y para serlo, han de ser y comportarse como “personas que desarrollan o perfeccionan las facultades intelectuales y morales”, y “se manifiestan y expresan con modades correctos”, se da aquí atinadamente por supuesto al menos canónicamente. Pero hay excepciones que, ”aunque confirmen la regla”, merecen ser tenidas en cuenta, comentadas y “oracionadas” por clérigos y laicos, previo su señalamiento y análisis.

CEE
CEE

Se da por sabido, por ejemplo, en lenguaje paulino, que al epíscopo se le exigirá ser y vivir como “vir uníus mulieris” con referencias post celibatarias a la relación esposa-Iglesia-diócesis, de la que pudieran ser testigos y testimonios “indisolubles” los tan preciados y artísticos anillos que enjoyan los dedos de sus manos sagradamente ungidas.

Con referencias a la relación educación episcopal- y pueblo en general, y más el conocido y reconocido como “el de Dios” – , es decir, la propia Iglesia- , es asimismo patente y clarificador el comportamiento de no pocos obispos, que no siempre es homologable con el mantenido por las “autoridades” ejercientes en otras esferas de la vida cívica, aunque solo sea pensando en la rentabilidad de sus votos electorales, cuando se acerque, o llegue, la fiesta de los mítines y de las promesas incumplibles de por sí y por definición .

Con expresa alusión pastoral, que no enfermiza ni patriotera, al caso sorprendente del exilio de la Virgen de Guadalupe, patrona de Extremadura, pero avecindada en la diócesis de Toledo, capital de Castilla- La Mancha, el comportamiento colectivo de los obispos y organismos relacionados con el tema, no puede ser más ineducado, además de nada cristiano ni evangélico. Todos a una, enseñoreados con sus báculos y mitras, ni siquiera contestan a cuantas demandas les cursan los extremeños, con inclusión de sus autoridades democráticamente elegidas, a favor de la urgente corrección de una de las barbaridades canónicas más ofensivas y absurdas que se registran no solo en la historia de la Iglesia, sino en la de las religiones en general.

La “callada por respuesta” no es estilo de convivencia y menos, de vida cristiana. El evangelio es plenitud de claridad y gallardía. Y de penitencia. Cualquier falta de respeto paganiza y desacramentaliza. Ofende a la feligresía y a posibles allegados. Mucho más, si unos y otros son precisamente los más pobres y desvalijados del resto de las Comunidades Autónomas, entre las que, por citar un caso significativo, del término AVE, como “santo y seña” de progreso, solo se conoce su uso y disfrute cuando se le aplica devotamente a la Virgen María en cualquiera de sus advocaciones. Ante panorama tan injusto, los obispos de la Provincia Eclesiástica Extremeña, jamás levantaron la voz para exigir oficial y corporativamente su subsanación.

Virgen española de Guadalupe
Virgen española de Guadalupe

Y es que, con referencias a la segunda parte del diagnóstico antisinodal de los obispos de la CEE. a todos y a cada uno de ellos, los definen mayoritariamente los miedos. El obispo como tal y en conformidad con el tipo prevalente en su nombramiento -que no elección-, tiene miedo a sí mismo. Y a sus colegas. Y al qué dirán, si hacen o dicen esto o lo otro y más cuando no lo avalen tradiciones multiseculares. Tienen sobre todo miedo a Roma. Y más concretamente a su Curia, que no al papa. En Roma hay muchos papas, a quienes le profesan miedos cervales los obisposdiocesanos. Cualquier curial de cualquier dicasterio, es para estos obispos, otros tantos objetos y sujetos que justifican sus miedos, dada la influencia “divina y humana” que ejercen, o pueden ejercer, y además, haciéndolo con la sagrada fórmula de “en el nombre de Dios” y por ser esta, y no otra, “su santa voluntad”.

Pero, así las cosas, y teniendo todavía presente que estilos episcopales como el “rouconiano”, imprimió e imprime, carácter a perpetuidad, y aún al margen de comportamiento sinodales, como casi todo se sigue resolviendo -también en la Iglesia- con euros o dólares, estando condenados por ahora los rublos, ¿cuánto hay que pagar para redimir el Santuario-Monasterio de la Virgen de Guadalupe, Patrona de Extremadura, para que con todas sus consecuencias -también jerárquicas- pertenezca canónica y administrativamente a la Provincia Eclesiástica extremeña, todavía sin otro AVE que el gregoriano, en latín y en el marco estacional de sus piadosas letanías e invocaciones?

Y, para terminar, es decir, para comenzar la santa práctica pecuniaria ¿cuánto, cómo y a quién hay que abonarle la cantidad estipulada, en función de lo que genera el culto prestado a la Virgen en su guadalupeño santuario mariano? Con IVA o sin IVA, es -sería- dato insoslayable en este tipo de operaciones bancarias canónicas.

Monasterio de Guadalupe

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