Once años de diálogo con la humanidad y fraterna propuesta El esperanzador peregrinaje de Francisco
Las palabras de Francisco en su sinodal peregrinaje por miles de kilómetros y de islas, naciones, etnias, lenguajes, historias, culturas, políticas, economías, floras y faunas, se me pone muy claro que Francisco prioriza su esperanzado aprendizaje sinodal al compartirles su cristiano, fraterno y compasivo mensaje
Muy especialmente lo hizo, cuando en octubre pasado se sentó, bolígrafo y libreta de notas en mano, a lo largo de todo un mes, en una mesa redonda
Oyéndolo compartir su esperanzador pensamiento y sus humanizadoras propuestas sinodales, me olvido que se mueve en silla de ruedas y que su rostro está marcado por ochenta y siete años de larga y laboriosa existencia
Sugiero, muy fraternalmente, la lectura o audición, la cuidadosa reflexión y el fraterno compartir lo que Francisco nos va recordando y proponiendo en su esperanzador peregrinaje actual
Oyéndolo compartir su esperanzador pensamiento y sus humanizadoras propuestas sinodales, me olvido que se mueve en silla de ruedas y que su rostro está marcado por ochenta y siete años de larga y laboriosa existencia
Sugiero, muy fraternalmente, la lectura o audición, la cuidadosa reflexión y el fraterno compartir lo que Francisco nos va recordando y proponiendo en su esperanzador peregrinaje actual
| P. Román Espadas, S.J.
Escuchando las palabras de Francisco en su sinodal, homérico sin odisea, peregrinaje por miles de kilómetros y de islas, naciones, etnias, lenguajes, historias, culturas, políticas, economías, floras y faunas, tan ricas y tan variadas, se me pone muy claro y en primer lugar que Francisco prioriza su esperanzado aprendizaje sinodal al compartirles su cristiano, fraterno y compasivo mensaje.
Lo primero que hace es valorar, positiva y concretamente, el proceso histórico, la cultura y la realidad actual de la nación que lo recibe.
Lo segundo es llamar la atención sobre el valor simbólico y comunicativo del lugar, ambiente y edificación, desde donde y en el cual está compartiendo su fraterno y humanizador pensamiento, y su enriquecedora propuesta sinodal de caminar y construir juntos, todos y todas en fraterna armonía y solidaridad.
Lo mismo ha ido haciendo a lo largo de sus once años de diálogo con la humanidad, por medio de Todos hermanos, Laudato Si, de su fraterna propuesta y énfasis sinodal de caminar y construir juntos, eclesial, social y ambientalmente, en su habitual todos y todas…
Muy especialmente lo hizo, cuando en octubre pasado se sentó, bolígrafo y libreta de notas en mano, a lo largo de todo un mes, en una mesa redonda, donde Papa, cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas, hombres y mujeres, eran, se sentían y obraban radicalmente como iguales por estar bautizados, consagrados e identificados en la misma fe, la misma esperanza y la misma caridad.
Oyéndolo compartir su esperanzador pensamiento y sus humanizadoras propuestas sinodales, me olvido que se mueve en silla de ruedas y que su rostro está marcado por ochenta y siete años de larga y laboriosa existencia.
Deseamos que todo lo que de Francisco, todos y todas, estamos aprendiendo sinodalmente en este largo y esperanzador peregrinaje de Francisco, se haga presente, muy presente, en el ya próximo encuentro sinodal de octubre.
Sugiero, muy fraternalmente, la lectura o audición, la cuidadosa reflexión y el fraterno compartir lo que Francisco nos va recordando y proponiendo en su esperanzador peregrinaje actual.
Iré compartiendo con Uds. lo esencial de sus palabras.