Juan Masiá, sj. "Parió la montaña, nació un ratoncillo"

(Juan Masiá sj).- A quienes estudiaron el Bachillerato de Humanidades clásicas les suena en latín la rima lapidaria: Parturiunt montes, nascetur ridiculus mus: Están de parto los montes, dan a luz un ridículo ratoncillo (De arte poetica,139). Pongamos la frase horaciana como título al borrador (Instrumentum laboris) del próximo Sínodo de los obispos (Octubre, 2015)

El documento de trabajo publicado el pasado 23 de Junio recoge (supuestamente) las propuestas de la iglesia universal sobre el Documento Final del Sínode de 2014, convertido por deseo del Papa Francisco en material de debate (Lineamenta) para el próximo Sínodo de 2015.

Pero al Instrumentum laboris recién publicado le cuadra la cita horaciana sobre el parto de los montes (cordillera larguísima, un texto de 146 párrafos farragosos,"más de lo mismo").

Parto difícil para el Cardinal Baldisseri, abierto y de buena voluntad, que ha de condescender con el lenguaje "eclesiástico neo-con" para pagar el precio por unos mínimos del cambio esperado.

Un ejemplo: al tratar la integración en la comunidad de los divorciados vueltos a casar civilmente (párrafos 120ss.), insinúa tímidamente repensar "las formas de exclusión actualmente practicadas en el campo litúrgico-pastoral, educativo y caritativo"(121); pero añade, con estilo ambiguo de curia: "Manteniéndose firme lo propuesto por la exhortación Familiaris consortio en su número 84". Es decir, que no cambia nada.

En el párrafo 123 se atreve a flexibilizar un poco esa exhortación juanpablina, proponiendo "un camino penitencial acompañado por un presbítero designado para ello, que conduzca a la persona interesada a un juicio honesto sobre su propia condición, de tal modo que el presbítero pueda madurar una evaluación con el fin de poder hacer uso de la potestad de ligar y desatar de modo apropiado a la situación".

Esto es lo que desde hace años ya se hace al acompañar pastoralmente a las personas para resolver el problema, ya sea en el foro de la conciencia o en el marco de la conversación en el consultorio o en el sacramento de la reconciliación, sin necsidad de sentirse atados por ningún derecho canónico, trámite episcopal o documento pontificio. Como reza el clásico adagio teológico: Sacramenta propter homines!

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