"Ha condicionado el cónclave" Ratzinger, ¿un Papa en la sombra?

(Francisco Asensi).- En el Vaticano se lee más (y con mayor provecho) El Príncipe de Maquiavelo que el Evangelio de Jesús. No creo que esa afirmación sea desacertada ni que escandalice a nadie. ¿Ratzinger, un papa en la sombra, como también he escuchado? Puede que no esté desencaminado. Hay indicios. Veamos. Benedicto XVI ha concebido un plan más terrenal de lo que aparece.

1- Ha establecido minuciosamente su día de después: desde el tratamiento que quiere recibir (Su Santidad), su vestimenta (sotana blanca), etc. ¡Hasta sus zapatos! Nada ha dejado a la improvisación de terceros.

2- Ha decidido quedarse en el Vaticano. ¿No hay en su querida Baviera o en toda Alemania un monasterio apropiado? ¿No puede el gobierno alemán garantizar su seguridad, como se ha argumentado? ¡Por favor!

3- Ratzinger el 7 de diciembre de 2012 nombró a Georg Gänswein, su leal secretario, Prefecto de la Casa Pontificia, y el 6 de enero de 2013 lo consagró arzobispo ¡Qué prisas! ¿Qué comporta ese cargo? La Prefectura prepara cuanto se refiere a todas las audiencias, privadas, especiales, generales, y a las visitas de las personas admitidas a la presencia del Sumo Pontífice. Asimismo dispone lo que se refiere a las ceremonias pontificias, a los Ejercicios Espirituales del Santo Padre, del Colegio Cardenalicio y de la Curia Romana. Es decir, monseñor Gänswein ("le beau male", como le aclaman sus admiradores) se convierte en un estrecho lazo (un cualificado correveidile de ida y vuelta) entre Ratzinger y el nuevo papa. Benedicto XVI no estaría tan aislado del mundanal Vaticano como se nos ha querido vender.

4.- Ratzinger no sólo ha manifestado de manera sibilina (tan del estilo curial) sus preferencias sobre el nuevo papa, sino que ha condicionado al cónclave, al hurtar a los cardenales el acceso a los famosos Vatileaks.

Puede que estas elucubraciones sean fantasías mías. ¿Fantasías? ¿Quimeras? ¿Desvaríos? En estos últimos meses hemos visto un culebrón (las riñas por el dinero y el poder entre Bartone-Sodano, asuntos obscenos que no hace falta repetir, etc.) para estar completamente seguros de que en el Vaticano la realidad supera a toda ficción.

Volver arriba