La ausencia del gremio clerical Tren para Extremadura: no peregrinaron los obispos

(Antonio Aradillas).- Como pueblo-pueblo, el de Extremadura dio recientemente un buen ejemplo por las calles de Madrid, en reivindicación de las soluciones que demandan los graves problemas que definen a la Comunidad Autónoma más empobrecida de España, con índices de desarrollo tan alarmantes como escandalosos.

De entre los puntos de reflexión que enmarcaron los hechos, destacan los siguientes:

. La manifestación, más o menos numerosa -en conformidad con los datos y apreciaciones de los interesados-, fue un modelo de civismo y de convivencia. Si en el largo, turbulento y espectacular listado de manifestaciones que coinciden en la capital de España a lo largo de un año, se estableciera un premio al civismo, y al respeto a las personas y a los bienes municipales o particulares, la extremeña acapararía los primeros puestos de distinción, moderación y mesura. Resultó ciertamente una fiesta y una veraz exposición de sólidas y documentadas razones, expresadas informativamente en pancartas y voces inteligibles y respetuosas.

. Logro primordial de la cita nacional fue el de tomar -retomar- conciencia de pueblo proscrito y doliente, como tal vez no hubiera acontecido hasta ahora y en cuya constatación se encuentra parte importante de la desidia y del abandono que caracteriza situación social tan degradada, odiosa e insoportable, en comparación con el resto de las Comunidades Autónomas de España.

. Extremadura se presentó y se comportó como Extremadura, entretejida de cuantos componentes la configuran. Representaciones laborales, empresariales, políticas, sindicales, culturales, universitarias, municipales, casas regionales madrileñas y de otros lugares... hicieron desfilar los graves problemas de desigualdades regionales, indignos e impropios de los tiempos que vivimos, pero siempre con sumo respeto, y cargados de razón.

. Aún más, dado que, como no infrecuentemente acontece, cuando no hay fotos de violencias o de "cargas", los responsables estatales del desaguisado no se dan por aludidos, -por lo que todo seguirá exactamente lo mismo-, cualquier atisbo o tentación de desorden fue radicalmente descartado. Esto no quiere decir que, si las promesas lo siguen siendo ineficazmente y a perpetuidad, y no se encarnan en hechos concretos, en algún otro próximo encuentro en Madrid, o dondequiera que sea, a los extremeños se nos tenga que enronquecer sempiternamente la voz...

. Cualquier calificación de "política partidista" que algunos le propinen a la referida manifestación, sería falacia, fraude, engaño o mentira. Los partidos políticos se hicieron presentes en sus más altos niveles autonómicos, provinciales y municipales, pero sin acaparamientos y protagonismos de ninguna clase.

. Dentro y fuera de la organización del reivindicador encuentro, una vez más se comentó, y se echó de menos, la no presencia de los cuatro obispos - arzobispos "con mando en plaza" en la Iglesia de Extremadura. ¿Se pusieron de acuerdo los obispos para tomar tal medida? ¿Lo decidió así cada uno por su cuenta? ¿Lo consultaron antes con el Cardenal Presidente de la Conferencia Episcopal Española y este les dio su conformidad o asentimiento? ¿Acaso la responsabilidad le fue conferida al secretario de la Conferencia, extremeño de nacencia, presente allí a título personal o privado?

. ¿Es posible que otros trabajos "pastorales" les impidieran a los cuatro prelados "vestidos de rojo", subirse al maléfico y perezoso tren, que desde Mérida llevaría a la madrileña estación de Atocha a otros extremeños, entre otros al propio Presidente de la Junta?

. La ausencia del gremio clerical, con las correspondientes cofradías, hermandades y organizaciones "religiosas", pudiera suscitar en algunos "manifestantes" la duda de que la Iglesia no es Iglesia como tal, si no es, y está, en los templos, catedrales, novenarios, misas solemnes, actos de culto, inauguraciones y bendiciones de "Grandes Centros Comerciales", Cajas de Ahorro, entidades bancarias y aún en Campos de Fútbol...

. ¿Cómo es posible que a estas alturas de la educación de la fe se cuestione el contenido "religioso" de la acción social, y se acepten como naturales-sobrenaturales los toques de campana y acordes de órganos, solo para procesiones y "funciones sagradas" con paramentos pontificales, capas magnas, pectorales, báculos, mitras y anillos?

. ¡Por favor!, que no falte el recuerdo a la Santísima Virgen de Guadalupe, como una de las reivindicaciones más apremiantes de la Comunidad Autónoma Extremeña, `perteneciendo como hasta ahora a la jurisdicción eclesiástica de Castilla La Mancha. Sin su Patrona, Extremadura no es, ni será, propiamente, Extremadura. Por lo tanto, la próxima cita, con "escraches" o sin él, en Toledo y ante el palacio del Primado de España. El éxito está asegurado. Por algo se empieza.

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