(J. Bastante).- Hoy les hablaré de dos hombres de Iglesia. Uno, que es amigo personal, y una persona admirable en todos los sentidos. Otro, con el que me he peleado por la cuestión vasca pero que es uno de los mayores expertos en Pastoral de nuestro país.
Los dos, hombres de Dios. Los dos, perseguidos y ahora reivindicados. La primavera de Francisco, que para que sirva de algo, ha de ser la primavera de todos y cada uno de los seguidores de Jesús, tiene en el padre Ángel y en José Antonio Pagola dos de sus máximos exponentes. Para alegría, espero, de todos los buscadores de Jesús.
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