"Basta y sobra con asomarse a los titulares" Algo huele a podrido (en la Iglesia)

Obispos
Obispos

"Huele a podrido también en la Iglesia. En la nuestra. Precisamente a la que en cristiano llamamos y consideramos 'madre' y 'santa' a la vez"

"No hay otra solución que la de abrir puertas y ventanas para que los olores a muladar no solo se atenúen, sino que radicalmente sean eliminados"

"¿Y qué es lo que produce tales olores en la institución eclesiástica, no neutralizables siquiera con los ritos y ceremonias de uso litúrgico, bien regulados?"

Sí, y aquí y ahora, algo -es decir, mucho- huele a podrido, no solo en Dinamarca en donde William Shakespeare, en su “Hamlet” (.a 1601) colocara escenas regias y dramáticas. Huele a podrido también en la Iglesia. En la nuestra. Precisamente a la que en cristiano llamamos y consideramos “madre” y “santa” a la vez.

Sin necesidad de confesar que en este y similares casos, lo correcto sería “no meneallo”, y dejar que las cosas siguieran tal y como están, por compromiso con el Evangelio, por definición de la propia Iglesia, por dignidad y decencia profesionales, no hay otra solución que la de abrir puertas y ventanas para que los olores a muladar no solo se atenúen, sino que radicalmente sean eliminados.

Huevos podridos
Huevos podridos

Que conste, y sea rigurosamente tenido en cuenta, que el uso ritual de los incensarios, con el de su hermano mayor–“abuelo”- del botafumeiro, por muchos sacos den granos de resina gomosa y aromática importados de Oriente, apenas si compensarán el nauseabundo olor a descomposición -pudrimiento que lamentamos.
¿Y qué es lo que produce tales olores en la institución eclesiástica, no neutralizables siquiera con los ritos y ceremonias de uso litúrgico, bien regulados?

"¿Y qué es lo que produce tales olores en la institución eclesiástica, no neutralizables siquiera con los ritos y ceremonias de uso litúrgico, bien regulados?"

Basta y sobra con asomarse a los titulares e informaciones que los medios de comunicación proporcionan día a día, con la documentación requerida judicialmente y con raras excepciones de exageración o de contenido, por lo que se exigen excusas y reparación.

En tales medios de comunicación aparece la imagen de la Iglesia en sus representantes más conspicuos, ilustres y “consagrados”, no solo afeada y deteriorada, sino empecatada y endiablada, imposibilitada, por supuesto, para ser y ejercer de ejemplo de vida para quienes aspiran y esperan ser mensajeros- portadores del Evangelio –“buena noticia”- de salvación y pertenencia al Reino de Dios.

Rechazo en esta ocasión transcribir los titulares que en un solo día han coincidido en las primeras páginas de los respectivos medios en los que los verbos más sucios de la RAE se conjugan sus tiempos de pasado y presente, no solo con el “yo”, “tú” y “él”, sino con el “nosotros” y el “NOS por la gracia de Dios”.

Pederastia

Activa y pasivamente, a la vez que, por acción u omisión, con nombres, cargos, apellidos, ministerios, ornamentos sagrados, trajes y hábitos talares, con predicamentos y posiciones de relieve no solo religiosas sino sociales, aparecen en ocasiones hasta fotografiados impúdicamente y faltos de vergüenza quienes fueran elegidos “ministros del Señor”. A alguno de ellos, y durante años largos, se les permitió seguir en sus puestos, aunque este fuera el de “Delegado de la Comisión Diocesana de Pastoral Universitaria” de una de las archidiócesis más importantes de España.

Y aunque algunos solo perciban el olor a podrido de la pederastia y alrededores de la sexualidad como pecado en el que no cabe “parvedad de materia”, también huele mal cuanto se relaciona con el poder, el dinero, el aislamiento del pueblo por parte de le jerarquía eclesiástica, convertido y tratado despectivamente como “populacho” -laicos y laicas- así como el trato asiduo y fervoroso con la clase social “alta”.

"Y aunque algunos solo perciban el olor a podrido de la pederastia y alrededores de la sexualidad como pecado en el que no cabe 'parvedad de materia', también huele mal cuanto se relaciona con el poder, el dinero, el aislamiento del pueblo"

En este proceso de reconversión inmoral sigue interviniendode alguna manera, parte notable y decisiva de la teología, interpretaciones bíblicas incorrectas y restos de ancestrales nacional-catolicismos, todavía vigentes, que apuestan y añoran mitras, báculos, anillos , “capas magnas” y cátedras sagradas de las que un “feliz” día “tomaron posesión” (¡¡) en presencia del Nuncio de SS, previa laudatoria convocación de las campanas de todas las parroquias de las torres de la diócesis, con el paticojo sobresalto de sus legítimas dueñas y señoras que son las cigüeñas.

Algo-mucho- huele a podrido en la Iglesia. Es verdad de tan gigantes proporciones como sus templos. La función-ministerio que supuso el Vaticano II, para desterrar tal olor de la institución eclesiástica, patrocinada y espabilada por la persistente y ejemplar actividad del papa Francisco, comienza a abrirse caminos, que no pocos juzgan de timoratos y lentos, pese a su decidida proclamación pontificia de proclamarse tan devoto de la audacia y de la Iglesia “en salida”.

Confiamos que el proceso sinodal a cuyo examen se somete y someterá perdurablemente la Iglesia, contribuirá a su conversión-reconversión al Evangelio, piedra angular -“Pedro”- de tan sagrada y salvadora institución.

"A los informadores religiosos, 'profetas' -que no turiferarios-, les corresponde parte importante y difícil de esta misión, 'al servicio de la verdad y del bien común', tal y como adoctrina el papa Francisco"

A los informadores religiosos, “profetas” -que no turiferarios-, les corresponde parte importante y difícil de esta misión, “al servicio de la verdad y del bien común”, tal y como adoctrina el papa Francisco.

NOTA: Mientras tanto, mienten como bellacos- “comportamiento malo y despreciable”-, de “Alfonso”, comentaristas subrogados bajo este seudónimo, que descalifican a quienes por encima de todo queremos un Iglesia limpia por “santa” y por “madre”. No se trata de un caso concreto de pederastia. Los casos son muchos. En ocasiones, cercanos a la pandemia. Así lo han reconocido, y pedido público perdón, por hechos clericales tan escandalosos y nefastos para la Iglesia y la sociedad, el papa Francisco, no pocos presidentes de Conferencias Episcopales en pleno, judicaturas de diversos países, las víctimas y sus familiares. ¡Amigo Alfonso¡.

Cuide usted su membrana pituitaria, porque, averiada, no es posible ser y ejercer de ciudadano y menos, de cristiano.

Nariz
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