"En EE.UU. se trata de un asunto meramente politiquero y electorero, agravado por una falta de criterio" La inmigración hoy: ¿Valor social o amenaza?
"La inmigración ha enriquecido la vida y la sociedad de los Estados Unidos desde siempre. De inmigrantes está hecha esta gran Nación … Pero cada oleada o movimiento migratorio, en cada época, tiene sus propias características"
"Hoy, se trata de oleadas de hombres y de mujeres, adultos, jóvenes y niños, con muy escasos niveles de formación humana, religiosa, académica y profesional y, por ello, con muy pocos valores para ofrecer a la sociedad que los recibe y mucho para exigir"
"Se trata de un nuevo tipo de inmigrante que poco o nada aporta al progreso social y que – por el contrario – crea conflictos sociales desconocidos e inéditos en la vida de la sociedad norteamericana"
"Como CEO de SOMOS Community Care me preocupa esta falta de soluciones equitativas, justas, claras, y definitivas en el tema migratorio; del mismo modo que a todos nos preocupa esta falta de criterio para valorar quien merece y quien no merece documentos en los Estados Unido"
"Se trata de un nuevo tipo de inmigrante que poco o nada aporta al progreso social y que – por el contrario – crea conflictos sociales desconocidos e inéditos en la vida de la sociedad norteamericana"
"Como CEO de SOMOS Community Care me preocupa esta falta de soluciones equitativas, justas, claras, y definitivas en el tema migratorio; del mismo modo que a todos nos preocupa esta falta de criterio para valorar quien merece y quien no merece documentos en los Estados Unido"
| Mario J. Paredes
(SOMOS Comunity Care).- La inmigración ha enriquecido la vida y la sociedad de los Estados Unidos desde siempre. De inmigrantes está hecha esta gran Nación. Desde “los peregrinos” de 1620 hasta hoy, estas tierras norteamericanas no cesan de recibir y acoger hombres y mujeres, de todos los rincones de la tierra, que buscan aquí, hacer realidad sus mejores anhelos y aspiraciones.
Pero cada oleada o movimiento migratorio, en cada época, tiene sus propias características. ¡Cuánto bien trajeron a esta Nación aquellas oleadas migratorias de todas las décadas del siglo pasado! Muchos hombres y mujeres llegaron aquí con buena formación humana, religiosa y, en muchos casos – además - con excelente formación académica y profesional y contribuyeron – con el trabajo esforzado - al progreso y desarrollo del que hoy nos beneficiamos y disfrutamos.
Eran grupos de inmigrantes que buscaban refugio social, estabilidad, y superación de condiciones de extrema pobreza y, al mismo tiempo, se empeñaban – con grandes cuotas de renuncias y sacrificios – por el desarrollo mancomunado de esta sociedad y nación norteamericana.
Hoy, como en toda la historia de la humanidad, los movimientos migratorios continúan, según el permanente derecho que tienen los seres humanos de ser felices y de buscar siempre, con ese fin, mejores condiciones de vida. Pero hoy, el movimiento migratorio ha adquirido características cuasi pandémicas por su globalidad y por las crisis humanitarias y sociales que dicho fenómeno conlleva.
La inmigración de hoy tiene, por supuesto, sus propias características, que – por decir lo menos – son preocupantes. Se trata dehordas de seres humanos empujados por situaciones sociopolíticas de todo tipo en sus países de origen que cruzan las fronteras de esta Nación, con muy poco que perder y mucho que ganar.
Se trata de oleadas de hombres y de mujeres, adultos, jóvenes y niños, con muy escasos niveles de formación humana, religiosa, académica y profesional y, por ello, con muy pocos valores para ofrecer a la sociedad que los recibe y mucho para exigir.
Se trata de un nuevo tipo de inmigrante que poco o nada aporta al progreso social y que – por el contrario – crea conflictos sociales desconocidos e inéditos en la vida de la sociedad norteamericana. Por lo que, en vez de elementos de valor, productividad y riqueza en el “melting pot” estadounidense se convierten en una amenaza para la sana convivencia social
Este tema migratorio tan complejo, de tantas aristas, causas y consecuencias, y que involucra a tantos, ha ocupado gran parte del ministerio del Papa Francisco.
También la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos, en su largo y variado magisterio sobre el tema, ha urgido en las últimas décadas por una solución humana, eficaz, integral, pronta y definitiva para el asunto migratorio.
Cito aquí, al actual Arzobispo de Boston Sean Patrick Cardenal O’Malley, quien - en dos recientes discursos en la Universidad Católica en Washington D.C y en la Universidad Pontificia de Salamanca en España al recibir su Doctorado Honoris Causa en Teología el pasado 19 de abril de 2024 - dijo: “El ministerio del Santo Padre en favor de los inmigrantes implica tres contribuciones: su presencia entre ellos; su enseñanza sobre ellos; y finalmente su defensa.
Hoy en día, las estimaciones más recientes de personas en movimiento a nivel mundial son de 108,4 millones de personas; en 2023 se estima que 1,9 millones de hombres, mujeres y niños llegaron a Estados Unidos como migrantes. El desafío que plantea la migración hoy es multidimensional en sus aspectos políticos. El más profundo se encuentra en la realidad humana contenida en los datos sobre migración. Es la realidad humana lo que hace de la migración uno de los grandes desafíos morales de nuestro tiempo.”
En Fratelli Tutti, el Papa Francisco dice, sobre la cuestión que nos ocupa: “Es verdad que lo ideal sería evitar las migraciones innecesarias y para ello el camino es crear en los países de origen la posibilidad efectiva de vivir y de crecer con dignidad…”
Y continúa el Cardenal O´Malley: “La cuestión de la política de inmigración se ha convertido en un tema que divide a nuestro país. Las divisiones son múltiples: entre el Poder Ejecutivo y el Congreso; Dentro del Congreso los partidos están profundamente divididos sobre esta cuestión, y dentro de los partidos hay todavía más fracturas. Más allá de Washington, los estados están abordando el tema de formas diferentes… Si bien hay muchas causas que contribuyen a esta situación fracturada, la raíz de nuestro problema es la falta de una política nacional coherente en materia de inmigración”
El gobierno norteamericano ha dado en los últimos meses 600.000 documentos de asilo a inmigrantes recientes y, al mismo tiempo, es incomprensible que más de 12 millones de inmigrantes residan en esta nación en situación de indocumentados, con hijos que aquí nacieron, que aquí se educaron, que hablan inglés, que aquí se hicieron profesionales, que aquí trabajan cada día y que pagan impuestos para contribuir efectivamente al progreso presente y futuro de los Estados Unidos.
Tenemos que encontrar, al fin, y como lo recuerda el Cardenal O´Malley, soluciones coherentes, integrales, prontas, dignas y definitivas, además de atacar también, en los países de origen, las causas por las que multitudes se ven obligadas a migrar a nuestra Nación. La solución corresponde a muchos, a nivel nacional e internacional.
En los Estados Unidos, por desgracia y desde hace décadas, el tema migratorio y los inmigrantes se convirtieron en un asunto meramente politiquero y electorero; en una baraja de cambio según el vaivén de los intereses políticos. Con el tema migratorio juegan, por igual, demócratas y republicanos, sin que importen, de verdad, las soluciones humanas, justas y sociales.
Hay, en todo esto, además, una falta de criterio, de valoración crítica y justa frente al tipo de inmigrante que aquí llega. Existe en todo esto un tema de negligencia política y de provecho económico de los inmigrantes que son vistos como mano de obra barata y personas vulnerables y expuestas a todo tipo de atropello, de opresión y de explotación laboral.
Como CEO de SOMOS Community Care, una organización para la salud que destina sus servicios médicos especialmente a comunidades de inmigrantes en la ciudad de Nueva York, me preocupa esta falta de soluciones equitativas, justas, claras, y definitivas en el tema migratorio; del mismo modo que a todos nos preocupa esta falta de criterio para valorar quien merece y quien no merece documentos en los Estados Unidos; a quien se recibe y a quien se le niega la acogida o el asilo; quien contribuye al valor social de esta sociedad y quien amenaza el progreso presente y futuro de esta gran Nación.
Mario J. Paredes es director ejecutivo de SOMOS Community Care, una red de atención social de más de 2500 profesionales que cuidan a más de 1 millón de pacientes de Medicaid en la ciudad de Nueva York.
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