" Ojalá se callen las armas y la paz triunfe" Hemos de mejorar tantas cosas

“Hemos de mejorar tantas cosas”. Éste podría ser el lema del mensaje del papa Francisco para la Cuaresma de este 2022, que comienza el 2 de marzo, miércoles de ceniza. Estas palabras también podrían ser de un fragmento de un sermón de alguno de los Padres de la Iglesia de los primeros siglos del cristianismo (como San Cipriano, San Juan Crisóstomo o San Cirilo de Jerusalén), para exhortar a los cristianos a la conversión, a volver a Dios. Pero en realidad estas palabras corresponden a las declaraciones que el entrenador del Barça hizo el pasado 12 de diciembre.

Xavi Hernàndez, decepcionado con el empate (dos a dos) contra el Osasuna en el campo del Sadar, cuando los jugadores culés tenían el triunfo en la mano, decía: “Hemos de mejorar tantas cosas”. Y añadía aún: “Todos nos hemos de poner las pilas”. Y el 20 de noviembre, en el partido Barça Español, Xavi Hernàndez volvía a insistir: “Hemos de mejorar muchas cosas”, a pesar del 1 a 0 a favor del Barça. Y es que, como decía el entrenador culé, mejorar las cosas, cambiar de dinámica y hacer que los jugadores se pongan las pilas, ayudará al Barça a ganar títulos. 

El entrenador culé, exigente (como lo ha de ser un buen técnico), desde que está al frente del equipo azulgrana, ha repetido diversas veces que el Barça ha de “cambiar de dinámica” para ganar los partidos. Es eso precisamente lo que nos propone la Cuaresma: mejorar las cosas que se hayan de mejorar, cambiar de dinámica y ponernos las pilas.

En el capítulo 49 de la Regla Benedictina, el padre de los monjes quería que la vida en el monasterio respondiese “en todo tiempo, a una observancia cuaresmal”, aunque, realista como era, San Benito reconocía que no siempre era así, y por eso nos pedía a los monjes, y también hoy nos lo pide a nosotros, (como el entrenador del Barça a sus jugadores), mejorar las cosas, cambiar de dinámica y ponernos las pilas. Por esta razón, al inicio del tiempo de preparación para la Pascua, San Benito invita a los monjes “a guardar la propia vida con toda la pureza, estos días de cuaresma”, y a “borrar, estos días santos, las negligencias del resto del año” (RB 49).

En este tiempo propicio que es la Cuaresma, la Iglesia nos invita a revisar la propia vida y a prepararnos para la Pascua, mejorando lo que no hacemos bien y por lo tanto, cambiando de dinámica, como pedía el entrenador del Barça al equipo azulgrana. Y es que conviene que recordemos que la Cuaresma es un tiempo de gracia para volver a Dios. Un tiempo para ponernos las pilas y para emprender de nuevo el camino hacia el Señor, que nos abraza y nos acoge, con ternura y con alegría, como el padre de la parábola del Evangelio de San Lucas.       

No creo que Xavi Hernàndez ni conozca ni haya leído nunca la Regla Benedictina. Pero su consejo a los jugadores del Barça de mejorar tantas cosas, de cambiar de dinámica y de ponerse las pilas, está en la línea de lo que San Benito pide a los monjes en el capítulo 49 de su Regla. 

“Mejorar las cosas” y “ponerse las pilas” es, ciertamente, un buen consejo para que los jugadores del Barça puedan ganar partidos y títulos. Así lo hemos visto el domingo pasado, cuando el Barça goleó al Atlético de Bilbao por 4 a 0. Pero estos consejos de Xavi, también son un buen programa de vida para vivir la conversión en esta Cuaresma que hoy, miércoles de ceniza, comenzamos.  

En el inicio de esta Cuaresma, con la guerra y la invasión de Ucrania por parte de Putin, hemos de unirnos al grito del papa Francisco para que “callen las armas”, ya que “Dios está con los artesanos de la paz, no con los que utilizan la violencia”.

Por eso, los cristianos y todos los hombres de buena voluntad hemos de unirnos al papa en la oración y elayuno, para que el presidente Putin detenga esta guerra cruel y oiga el grito de paz que sale de la boca de tantos y tantos hombres y, de esta manera, acabe la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso. Ojalá que el drama de los que se encuentran en Ucrania y de sus familiares que viven con nosotros, así como los que huyen de su país, acabe pronto. Ojalá se callen las armas y la paz triunfe.