Ejemplo de solidaridad con Valencia desde una pequeña aldea de Mali ¿El óbolo de la viuda?
"Cada semana me llegan de Madrid “las otras noticias”. Son siempre menos de 10, resumidas, breves, que un amigo -buen sabueso él- recoge en unos 8 periódicos de todo tipo, y que nunca salen ni en las portadas ni en los grandes titulares de la prensa escrita. Noticias de todo: de política, de economía, de ciencia, de vida de la calle…"
"No la busquen en las portadas ni en los grandes titulares de los periódicos; apuesto -y me encantaría equivocarme- a que ningún tertuliano de la TV lo va a poner como ejemplo de solidaridad. Sí se van a pelear por saber si un tomate le cayó en la cara a la reina cuando fue con su esposo a Valencia…"
| José Mª Rojo G.
Cada semana me llegan de Madrid “las otras noticias”. Son siempre menos de 10, resumidas, breves, que un amigo -buen sabueso él- recoge en unos 8 periódicos de todo tipo, y que nunca salen ni en las portadas ni en los grandes titulares de la prensa escrita. Noticias de todo: de política, de economía, de ciencia, de vida de la calle…
Noticias con un claro signo solidario. Él nos dijo al comienzo a los que nos enviaba: “no me pidan neutralidad ni imparcialidad, que no las tengo; exíjanme objetividad, que procuraré garantizarla” Y lo va cumpliendo ya durante nada menos que 349 semanas (¡no es moco de pavo el trabajo realizado!).
Se lo juro, es un aire fresco que me llega cada semana a este rincón de la frontera de Perú con Ecuador, en la sierra ayabaquina, de nuestro Piura. Esta semana me he llevado una gran sorpresa: encabezando las noticias me topo con la que sigue:
"SOLIDARIDAD
Hace unos meses, se registraron en Mali fuertes inundaciones, que dejaron 75 muertos. Los soldados españoles estuvieron allí, echando una mano.
Hace unos días, el alcalde de una pequeña aldea de Mali se enteró de la tragedia causada por la DANA en Valencia, y decidió con sus vecinos que ahora les tocaba a ellos. Hicieron una colecta para ayudar a los valencianos afectados. Juntaron lo que su pobreza les permitió: ¡50 euros! que enviaron a la embajada de España en Bamako, la capital de su país.
Un gesto que le humedece a uno los ojos y le reconcilia con el ser humano”.
Así de escueta y directa la noticia. He buscado en internet y estaba. Afortunadamente alguien, además de mi amigo, se había enterado y la había hecho colocar con unas fotos al respecto (“ahora san Google lo sabe casi todo”).
Por supuesto, no la busquen en las portadas ni en los grandes titulares de los periódicos; apuesto -y me encantaría equivocarme- a que ningún tertuliano de la TV lo va a poner como ejemplo de solidaridad. Sí se van a pelear por saber si un tomate le cayó en la cara a la reina cuando fue con su esposo a Valencia…
¿Será esto más importante que el sublime gesto de esos malienses? Sé que casi todos tenemos nuestras manías y en todas partes “cada loco con su tema”. Como sacerdote, como cristiano no pude menos que pensar en el conocido relato del óvolo de la viuda, cuando Jesús se coloca en el templo de Jerusalén frente a la alcancía y la cola de los que echan las limosnas y, llamando a sus discípulos, les dice: “Esa pobre viuda echó mas que nadie, porque todos echaron de lo que les sobraba, en cambio ella echó de lo que tenía para comer”.
¿No les parece que los malienses de aquella aldea africana dieron para los valencianos mucho más que todos los grandes donativos que les hayan llegado?
A mí también se me humedecen los ojos, como a mi amigo. Yo también -con gestos como el de Mali- me reconcilio con el ser humano. Ojalá cunda el ejemplo.
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