En todas las parcelas del Reino
y en la pasión por Jesús;
cuando clamas
por una Iglesia menos clerical,
más sinodal y misionera
y en tus horas de silencio
orante y reverente ante el Sagrario.
Con vos,
cuando tu buen humor,
nos hace reír a carcajadas,
y en tu sencilla osadía de proclamar,
la alegría del Evangelio.
Con vos,
en las tardes de dolor,
cuando te indigna la guerra
y te empeñas en extender las redes
del encuentro y de la solidaridad.
Con vos,
en ese desvivirte
por soñar lo inédito
y abrir puertas a lo imposible;
en tu indeclinable profecía
y cuando lo adornas todo
de palabra y poesía.
Con vos,
en este abrazo a la fragilidad,
ahora que te visita la enfermedad,
y en este ocaso sereno y confiado,
en el que con tu vida,
nos revistes de esperanza.
Te queremos Papa Francisco
y oramos por ti…
LF