Emotivo testimonio de Antoine Audo en Malmoe El obispo de Alepo reclama al mundo "que no dejen que se destroce y fragmente Siria"
El obispo de Alepo, Antoine Audo, pidió ayer a las personas de buena voluntad "que no dejen que se destroce y fragmente Siria", durante la conmemoración de los 500 años de la Reforma luterana que se celebró en Suecia con la presencia del papa Francisco.
Audo llevó su testimonio sobre los bombardeos en Alepo y la situación en Suecia a este evento conjunto entre católicos y luteranos y en el que se firmó un acuerdo entre Caritas Internacional y la Federación Luterana Mundial para colaborar en ayuda humanitaria a Siria y otros proyectos humanitarios.
"La guerra que estamos viviendo todos los días en Siria, Irak y Oriente Medio nos hace testigos de la destrucción de nuestra "casa común", de la muerte de los inocentes y de los más pobres", explicó el obispo caldeo.
El obispo de Alepo explicó también que "la mayoría de los hospitales se han destruido y el 80 % de los médicos han dejado Alepo".
"En Siria, 3 millones de niños no asisten a la escuela. El deterioro físico y moral se lee en cada rostro y especialmente en los más pobres y, entre ellos, muchos niños, adolescentes y ancianos", continuó Audo, que también dijo que las "escuelas y las universidades son bombardeados casi a diario".
Instó a "los cristianos del mundo, a los musulmanes entre Oriente y Occidente, a la gente de buena voluntad, que no deje a nuestra querida Siria ser destruida y fragmentada".
"Espero que la construcción de la paz escuchando al más pobre puede convertirse en el pan de cada día de la humanidad y la inspiración divina para todos religiones y creencias", agregó.
En este contexto de diálogo entre religiones, Audo explicó que "la religión no debe ser una fuente de impedimento para el encuentro, sino más bien, en el respeto mutuo y la atención a los más pobres - ya sean cristianos o musulmanes".
Durante este acto en el palacio de los deportes de Malmoe, Francisco se había referido en su discurso al drama de la ciudad siria de Alepo, "una ciudad extenuada por la guerra, donde se desprecia y se pisotean incluso los derechos más fundamentales" y donde "las noticias nos refieren cotidianamente el inefable sufrimiento causado por el conflicto sirio, que dura ya más de cinco años".
Recordó entonces como "en medio de tanta devastación, es verdaderamente heroico que permanezcan allí hombres y mujeres para prestar asistencia material y espiritual a quien tiene necesidad".
"Es admirable también que tú, querido hermano, sigas trabajando en medio de tantos peligros para contarnos la dramática situación de los sirios", dijo al referirse al obispo caldeo.
(Rd/Agencias)