El evangélico lamenta que la Curia impida al Papa culminar sus reformas Guillem Correa: "Francisco está intentando dar la vuelta a la Iglesia que se encontró"

(C.D./Efe).- Otra prueba más de que los cristianos evangélicos valoran el esfuerzo del Papa Francisco de reformar la Iglesia católica, a pesar de las resistencias de la Curia romana. El secretario general del Consejo Evangélico de Catalunya (CEC), Guillem Correa, ha agradecido el "estilo de vida y de palabra cercano y sincero" del actual pontífice, si bien ha reconocido que tras cinco años de Bergoglio aún queda camino por recorrer para que el catolicismo vuelva al ejemplo de Jesucristo.

Bajo el título de "Francisco todavía no lo ha conseguido", Correa explica en su carta semanal que hace cinco años que el Papa Francisco "está intentando dar la vuelta a la Iglesia católica que se encontró".

Correa reconoce que al valorar estos cinco años de pontificado, "todo el mundo coincide en que el talante personal del Papa actual es totalmente diferente de lo que hasta ahora habíamos conocido".

Pero lamenta que sobre "las grandes cuestiones de fondo, las que debe afrontar la Iglesia Católica, siguen prácticamente igual: sin ningún tipo de modificación significativa".

Según Correa, "hay quien ve en la fuerza de la Curia romana un contrapoder con capacidad de vencer incluso al Papa actual. También hay quien dice que la misión que el actual Papa se ha impuesto a sí mismo es preparar el camino para que su sucesor pueda hacer las reformas que la herencia recibida le impiden hacer".

El pastor protestante advierte que "nuestras ciudades y nuestros pueblos viven ensimismados en sus propios problemas sin preguntarse, en la mayoría de los casos, más allá de sus necesidades más inmediatas".

"Por esta razón", añade, "la Iglesia católica actual, como las otras dos Iglesias cristianas -la Iglesia ortodoxa y la Iglesia protestante- debemos confrontar con nuestra falta de santidad".

"Francisco todavía no lo ha conseguido pero seguramente los demás tampoco lo hemos conseguido. Y los que más llaman para acusar a los otros de infidelidad a la Palabra de Dios son los que menos lo han conseguido y los que tienen más de qué arrepentirse", acusa Correa, que concluye su carta semanal preguntándose: "¿Quién soy yo para escribir estas palabras si todavía me queda tanto para arrepentirme?".

Volver arriba