Tras la protesta evangélica El País retira ‘hoax’ anti-evangélico de Juan Arias
(Protestante Digital).- El artículo "¿Los hombres que cocinan pueden acabar gais?" publicado por el corresponsal de El País en Brasil, Juan Arias (basado en una supuesta afirmación de "las iglesias evangélicas") ha recibido multitud de críticas.
Las múltiples protestas han surgido de parte de lectores evangélicos en el propio artículo de la web y en el facebook de El País, y en un contacto personal con El País desde la Alianza Evangélica Española (AEE). Pedro Tarquis, como portavoz de la AEE, se dirigió a la Defensora del Lector, Lola Galán, mostrando su disconformidad y razonándole con datos que el artículo de Arias se fundamenta en una "web satírica" sin ninguna relación ni representatividad con las iglesias evangélicas.
Además, le expuso, "ataca en base a una simple burla a toda una confesión religiosa en su conjunto. A esto se une la repercusión y el daño que hace a los cristianos evangélicos que un diario de la difusión y calidad habitual de El País publique algo así".
A este ‘hoax', que además se repite desde 2014 con diferentes formatos, añadía Juan Arias varios postulados "que son cuando menos cuestionables" expuso Tarquis. Entre ellos, "habla de las ideas medievales de los evangélicos, cuando fue la Reforma protestante uno de los factores esenciales para la aparición de la sociedad moderna, en todas sus dimensiones: política, industrial, científica, y de derechos humanos".
Se critica además a los cristianos evangélicos "por su menosprecio a la mujer, cuando el movimiento feminista original surgió en EE.UU. de la mano de iglesias evangélicas (como la lucha contra el racismo). Además, desde hace años hay pastoras evangélicas (incluso obispas anglicanas) mientras en nada considera Arias el ostracismo de la mujer -y de las monjas en especial- en el catolicismo de Roma".
DEFENSORA DEL LECTOR Atendiendo a los razonamientos y datos aportados, Lola Galán ha respondido a la AEE que el artículo de Juan Arias ha sido retirado de la versión online de El País, y que tampoco saldrá publicado en su edición impresa. "La primera y fundamental -explica Lola Galán en su artículo publicado este miércoles- es que hemos atribuido a una iglesia evangélica chilena una afirmación que figura, en realidad, en una cuenta satírica de Facebook que la suplanta. Entiendo las explicaciones de Juan Arias respecto a la dificultad de apreciar la burla, sin embargo, antes de publicar una noticia que afirma algo tan ridículo como que cocinar estimula la homosexualidad, creo que era exigible una investigación más amplia del tema y de la cuenta de Facebook en cuestión. En la duda, debiera haber intentado contrastar la información con las iglesias evangélicas chilenas. Al contrario que Arias, yo no interpreto la nota del pastor Elías Ramírez como una disculpa por la absurdez recogida por algunos medios de comunicación. Me parece más bien una nota resignada de una institución quizá acostumbrada ya a este tipo de burlas".
"Otra cuestión distinta -por más que se enrede en la misma historia, confundiéndola- es que la condena de la homosexualidad que hacen las iglesias evangélicas (compartida, por cierto, por la Iglesia Católica), suscite críticas. Arias tiene todo el derecho a sumarse a quienes consideran cuando menos anacrónica dicha condena. Pero debe hacerlo basándose en afirmaciones auténticas de los evangélicos, no en burdas falsificaciones", concluye la Defensora del lector.
Tarquis muestra su agradecimiento y piensa que se trata de "una actuación ejemplar de la labor -siempre difícil- que desarrolla habitualmente de forma excelente la figura del Defensor/a del Lector en El País", y que es "un acto de justicia y de profesionalidad que se eviten este tipo de publicaciones que aportan una imagen totalmente falsa y caricaturesca de la realidad del cristianismo evangélico, que sufre prejuicios y tópicos atávicos en los medios de comunicación de forma habitual".
De hecho, recuerda Tarquis, "la figura del Defensor del Lector es inhabitual por no decir excepcional en los medios de comunicación españoles y latinos, lo que evidencia una gran carencia y a la vez realza la labor que esta figura realiza en El País desde su origen".