El Vaticano felicita a los musulmanes de todo el mundo por el Ramadán Roma pide al Islam "pasar de la competencia a la colaboración"

"Apreciamos la importancia del mes de Ramadán, así como el gran esfuerzo de los musulmanes de todo el mundo expresado en el ayuno, la oración y el compartir los dones del Omnipotente con los más pobres", con estas palabras inicia el mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, felicitando a la comunidad islámica, con motivo del inicio del noveno mes del calendario musulmán, conocido internacionalmente por ser el período en el que practican el ayuno diario desde el alba hasta la puesta del sol.

"Conscientes de los dones que brotan del Ramadán, nos unimos a ustedes agradeciendo a Dios misericordioso por su benevolencia y generosidad, compartiendo algunas reflexiones concernientes al aspecto vital de las relaciones entre cristianos y musulmanes: la necesidad de pasar de la competencia a la colaboración", continúa subrayando el escrito, firmado por el cardenal Jean-Louis Cardinale Tauran, presidente de este Dicasterio instituido para promover estudios adecuados y favorecer relaciones amistosas con los seguidores de las religiones no cristianas.

Asimismo, el mensaje hace referencia a que en el pasado, las relaciones entre cristianos y musulmanes han estado, en la mayoría de los casos, marcadas por un espíritu de competencia, originando consecuencias negativas como celos, recriminaciones y tensión.

"En algunos casos, estos han llevado a enfrentamientos violentos, especialmente cuando la religión ha sido explotada, principalmente debido a intereses partidistas y motivos políticos".

Tales rivalidades interreligiosas han afectado negativamente a la imagen de las religiones y sus seguidores, alimentando así, "la idea de que no son fuentes de paz, sino, más bien, de la tensión y la violencia".

Para prevenir y superar estas consecuencias negativas, el documento sugiere que es importante que cristianos y los musulmanes, "sin dejar de reconocer nuestras diferencias, tengamos en cuenta los valores religiosos y morales que compartimos", ya que mediante el reconocimiento de lo que tenemos en común y del respeto a nuestras legítimas diferencias, "podemos establecer más firmemente una base sólida para construir las relaciones pacíficas, pasando de la competencia, a la lucha por la cooperación eficaz para el bien común".

Esta es la ventaja, concluye el mensaje, especialmente para los más necesitados "ya que permite a todos ser testigos creíbles del amor del Todopoderoso por toda la humanidad".

(RD/Vatican News)

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