Jordania acoge a 22 representantes del Consejo de Iglesias de Oriente Medio Theophilos III de Jerusalén: "No luchamos contra fuerzas humanas, sino contra los señores de las tinieblas"
(Aica).- El patriarca greco ortodoxo Theophilos III de Jerusalén habló ayer en la apertura de la XI Asamblea General del Consejo de Iglesia de Medio Oriente. En sus palabras describió el escenario en el que se ubican las emergencias y tragedias experimentadas por las comunidades cristianas en la región devastada por guerras y fanatismos feroces.
"No es contra fuerzas humanas, no es contra sangre y carne, sino contra principados y potestades, contra los señores de las tinieblas de este tiempo, contra las huestes del mal en lugares vinculados al cielo", expresó el patriarca.
Participan de la Cumbre unos 22 líderes y representantes oficiales de las Iglesias y comunidades cristianas de la zona. El título de la cumbre, señala una información de la agencia Fides, es tomado del Salmo 118 y propone la vocación de los cristianos a ser instrumentos de la misericordia en esta parte del mundo devastada por la violencia, las injusticias, las conspiraciones y los enfrentamientos por el poder.
"Teniendo en cuenta la situación actual y las duras condiciones de la región", añadió el patriarca Theophilos en su discurso de apertura, "es imperativo que nuestra atención se centre en la necesidad de reducir el sufrimiento humano" y en "proteger la presencia cristiana", en la zona.
"Esto -dijo el jefe de la Iglesia greco ortodoxa de Jerusalén- es nuestra responsabilidad, y no podemos y no debemos esperar a que otros se hagan cargo de esa responsabilidad en nuestro lugar".
Muchas de las intervenciones de los jefes y representantes de las iglesias -desde el patriarca copto ortodoxo Tawadros al patriarca siro ortodoxo Ignatius Aphrem II, del Catholicós armenio Aram I al patriarca greco ortodoxo de Antioquía Yohanna X- abordaron las emergencias de las comunidades cristianas de Oriente Medio en este momento histórico.
Muchos señalaron la necesidad de encontrar nuevas formas eficaces para la comunión entre los bautizados y la urgente necesidad de alimentar la tradición de convivencia y diálogo entre cristianos y musulmanes, para hacer frente juntos a la enfermedad del fanatismo sectario y encontrar las maneras de hacer valer en los países de Medio Oriente, los principios de ciudadanía y de plena igualdad de los ciudadanos ante la ley.