Alabado seas por la Creación
Ante tu creación, lo más idóneo
es mantener un respetuoso silencio…
¡Unos quince mil millones de años nos contemplan!
¿Quién podría imaginar que un punto,
miles de millones de veces más pequeño que un punto,
podría llegar a ser el universo que hoy existe?
Tal era el calor y la densidad de la energía, que explotó.
Tal era la inmensidad del Amor condensado,
que estalló en una hermosísima danza cósmica.
Bendito seas bondadoso Origen de la materia:
Tú la generaste, y te contiene, y la sobrepasas,
y la trasciendes… Y tu Espíritu revoloteaba alegre
en la velocísima expansión del universo.
Alabado seas por Antares y Andrómeda,
por la Cabellera de Berenice, por Casiopea
y la Vía Láctea, por nuestro Sol y nuestra Luna.
En especial, por nuestra cálida morada, la Tierra,
este planeta azul de 4.600 millones de años.
Bendito seas, cuidadoso Hacedor,
por sus continentes y océanos,
por sus animales terrestres y marinos,
por la capa de atmósfera que nos permite respirar
y la de de ozono, que nos protege del sol.
Alabado seas Padre y Madre nuestros,
por los homínidos que fueron naciendo
y desarrollándose durante millones de años:
austrolopitecus, homo erectus, homo habilis,
homo neardenthalensis, homo sapiens…
Bendito seas por la mujer y el hombre,
llamados a ser hijos tuyos, fraternos, felices y libres.
Te pedimos que perdones nuestra falta de amor
hacia nuestra madre la Tierra,
por desangrarla, por aniquilar sus bosques,
contaminar su aire y envenenar sus aguas.
¡Que a nuestro planeta (que lanza gritos de dolor,
como de parto) no le causemos heridas de muerte!
¡Que la humanidad no desaparezca para siempre!
Transforma nuestros corazones, para amarte más
en tu creación, en tu humanidad
que trabaja y lucha diariamente
en nuestros pueblos, ciudades y barrios.
Alabado seas Señor, por todos los dioses
que no compiten contigo. Por Buda, por Mahoma;
todos ellos nos invitan a recorrer
en un bello macroecumenismo el camino hacia la Verdad,
mostrándonos al único Dios, vivo y verdadero.
Bendita seas Madre buena, por tu hijo Jesús,
que quiso compartir nuestro destino, nuestras tristezas
y alegrías, nuestras desesperanzas y nuestro amor.
Él comprometió su vida con los más débiles y marginados.
Para mostrar la misericordia de su Dios por ellos,
por toda la creación, entregó su vida en la cruz,
y por esta muestra de infinito amor
la recobró de nuevo de manos de su Abbá,
alcanzándonos así la más plena liberación.
Alabado seas Dios nuestro y cercano, por la amistad,
la justicia, la fraternidad, la paz, la solidaridad…
Por todos los valores que humanizan
y deifican a los hombres y a las mujeres;
por todos los avances realizados
para reducir distancias, unir, interrelacionar, comunicar,
mejorar y dignificar el trabajo de las personas.
Queremos pedirte perdón por tanta gente en paro,
por todos los que dejamos al margen de este proceso,
por los que no cuentan porque no pueden consumir,
aunque sí tienen que pagar la deuda externa impuesta…
Bendita seas, dulce Esperanza nuestra,
por la vida con dignidad
y por la muerte a su debido tiempo;
porque si nos analizamos somos polvo de estrellas;
porque hemos nacido de ti y a ti volvemos.
Alabado seas siempre y en toda circunstancia:
por todo lo que supera nuestro entender,
por todo lo que vemos y gozamos,
por todo lo que nos cuesta y nos hace crecer.
Ayúdanos a dar a luz una Nueva Creación.
Y mientras tanto, ante la que observan nuestros ojos,
permítenos extasiarnos, dar gracias,
contemplar y callar…