Tenemos vida porque otros
nos han convocado a la existencia.
Vemos todo lo que nos rodea
porque otros nos ven.
Sentimos a través de la epidermis
que nos une a los otros.
Respiramos por el amor
que aceptamos de otros.
Sembramos caricias
que antes hemos recibido de otros.
Devolvemos sonrisas que antes
han alumbrado otros.
Soñamos en un planeta que ha sido
poblado previamente por otros.
Formamos parte de un mundo
que proviene de muchos otros.
Abandonamos nuestro desamparo
cuando nos dejamos acompañar por otros.
No alcanzaremos nuestra más íntima identidad
sin descentrarnos, para llegar a ser junto con el Otro.