Contemplar tu rostro en los olvidados y en la música callada de sus manos obligadas al desamparo.
Descubrir tu huella en el llanto de un niño sin mañana o de una mujer silenciada por el desprecio.
Experimentar tu presencia amorosa en el hedor de la miseria, mientras la rabia asciende como incienso.
Compartir mi casa con los que mantienen la esperanza y con los expulsados de tierra y sangre...
Si pudiera ahuyentar el miedo mi deseo estaría cumplido y mi alegría no tendría fin...
(
Cuida con amor tus estrellas. Paulinas)